Epilogo

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El dulce aroma de la rosa habitación inundaba mis fosas nasales, pero continúe con la historia.

- Y así pasaron los años - Dije mirándola con una sonrisa triste y mis ojos cristalizados.

- Fue una hermosa historia, una aventura que daría lo que fuera por volver a vivirla, solo éramos unos adolescentes, sin saber lo que la vida nos esperaba pero a pesar de eso, apostábamos todo por estar juntos - Seque mis lagrimas para sacar la dulce cajita verde que tantos recuerdos me traía.

- Esta es la cadena que te conté y como tu papa lo hubiera querido, te la doy a ti, para que permanezca contigo y el día que encuentre a esa persona que te haga feliz, que te ame y que quieras formar una familia, esto le pertenecerá a tu hijo o hija - Dije dándole la caja de terciopelo color verde oliva.

- Gracias, ma - Dijo la dulce niña tomando la cajita. Ella era mi todo es estos momentos. Ella era lo único que me quedaba de el.

- Me lo pondré mañana, para mi cumpleaños numero 12 - Dijo Sol entusiasmada.

- Se que tanto yo como Jug, estamos orgullosos de ti - Dije con una sonrisa vacía.

- ¿Cómo sabes que el lo esta? - Pregunto Sol esperando una respuesta de mi parte.

- Por que lo siento - Respondí para luego secar rápidamente las lagrimas.

- Ahora descansa - Dije finalmente, saliendo de la habitación.

Camine hasta mi habitación, corrí la cortina que impedía la vista a la ventana y mire las cuantas estrellas que descansaban en el cielo.

- Ella tiene razón, tuvimos la mejor historia - Dije mirando el cielo como si este me fuese a dar una respuesta.

Saca nuevamente las lagrimas que volvieron a caer para continuar con las cosas de la casa. Me dirigí al ático para terminar de ordenar las cosas viejas. Se me hacia muy difícil el poder entrar a este, tenia muchísimos recuerdos que lo único que hacían era romper mi corazón aun mas.

Corrí algunas bolsas y abrí algunas cajas, cuando me encontré con un gorro. Pero no cualquier gorro. Su gorro. Ese gorro gris que muchísimas veces me hacia diferenciarlo con los demás. Ese gorro gris que moría por ver cada tarde, cada mañana, cada noche.

Lo toque. Toque cada fibra de lana que lo construía, los recuerdos iban y venían como si se trataran de estrellas fugares en el campo. Me quede unos minutos así, hasta que la puerto sonó.

- Hola chicos - Dije algo apagada.

- Hola Stella - Dijeron el pelirrojo y la dulce pelinegra al unísono.

- Pasen - Dije haciéndome a un lado.

Ellos de alguna forma notaban como realmente me encontraba y siento que muchísimas veces venían, esperando verme mejor. Pase la noche con ellos, riendo y dándole vida a los recuerdos. Lo único que me quedaba era eso, recuerdos y una linda historia que repetía en mi cabeza como si de un disco rayado se tratase.

Lo ame, lo amo y lo voy a amar sea en donde este. Lo voy a amar.

Extrañaba cada abrazo, cada beso, cada chiste, cada cosa que hacia con el.

Solo se que si lo hubiera podido hacer. Hubiera podido disfrutar tanto nuestro ultimo beso, nuestra ultima caricia. Realmente no sabia que era el final.

Así que si llegaste hasta acá y tenes a esa persona. Disfruta con ella tanto como puedas, tal vez piensas que no será el ultimo, yo tampoco lo pensaba, pero mírame. Solo disfruta, disfruta con esa persona como si fuese el final, hazlo por mi.

The life in riverdale - Jughead JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora