capitulo 35

42 1 0
                                    

Ahora me encontraba ahí, viendo la expresión de Jughead, el chico del gorro a escuchar tales palabras, simples palabras pero peligrosas al mismo tiempo.

- ¿Qué escuchaste? - Me limite a decir.

- Stella - Dijo el chico de gorro gris, mientras me miraba a los ojos tratando de buscar una respuesta.

- ¿Estas embarazada? - Soltó dé repente. Me hacia mal, esas palabras me hacían mal, ¿Cómo llegue a este punto?.

- No - Dije rápidamente como si del tiempo se tratase. Dado a mi respuesta, solo obtuve una mirada de desacuerdo por parte de Sweet Pie.

- Escuchaste mal -  Dije para tapar el incomodo silencio y tratar de cortar la mirada de Sweet Pie.

- No, no escucho mal -  soltó Sweet Pie, como si fuese algo fácil. Quería llorar y no parar, parecía que de un momento a otro todos me odiaban y estaban en mi contra.

Después de varias segundos en silencio, decidí levantar la vista para encontrarme con el. Con Jughead, con el chico del gorro que ahora tenia sus mejillas empapadas y sus ojos rojos.

- ¿Por que lloras? - Dije acercándome a este como si nada hubiera pasado entre nosotros.

- No se quien fue, como llegue a eso, yo te amo, enserio que lo hago - Soltó el con un par de lagrimas mas que inundaban sus mejillas.

- Jug, yo también te amo y muchísimo pero, me lastimaste - Dije mientras tomaba con mis frías manos, su rostro pálido.

- Necesito hablar con vos a solas - Dijo el chico del gorro gris, esperando que se fuera la presencia de Sweet Pie.

- Stella, no pienso dejarte sola con el - Soltó Sweet pie cruzando sus brazos.

- Sweet pie, tranquilo, no me hará nada - Hable esperando que Sweet pie pueda irse tranquilo sabiendo que va a estar todo bien.

Basto unos minutos para que se valla. Cuando estuvo realmente lejos tanto la mirada de Jughead como la mía, se cruzaron para encontrarse pero no por mucho tiempo. Ya que este, no dudo un segundo en juntar sus perfectos labios con los míos, los cuales encajaban perfectamente como si hubiéramos sido creados el uno para el otro.

Nos besábamos, después de mucho tiempo de no tocar sus labios, esos que se juntaban con los míos y generaban una lluvia de colores dentro de mi, que me hacían feliz, que me tranquilizaban, que me hacían olvidar de los problemas, que me hacían ser yo.

- Te amo - Solté al finalizar nuestro beso con nuestras frentes apoyadas con la del otro, pudiendo respirar libremente sin ningún peso en nuestras espaldas.

- Yo mas - Dijo el con una sonrisa marcada en su rostro generando una de mi parte como si esta fuese contagiosa.

- De enserio, perdón - Dijo mientras sus manos buscaban algo en sus bolsillos.

- ¿Qué haces? -Pregunte desesperadamente al no entender su acción.

Al cabo de un segundo, saco un cajita verde oliva de terciopelo que daba pinta a ser algo antiguo.

- Stella, esto es para ti - Dijo haciendo una pausa mirando la cajita de terciopelo.

- Es una reliquia familiar por así decirlo paso en manos de cada generación de mi familia, hasta llegar a la mía, me dijeron que se la diera a la persona que me haga feliz, la cual ame, la cual me enamore, con la cual quiera tener una familia. Y sabes, que esa persona sos vos - Dijo extendiendo su brazo con la cajita terciopelo a mi dirección. No sabia como reaccionar, ni que hacer, así que solo la tome.

Cuando la abrí, me encontré con un hermosa cadena con un dije de diamante verde en forma de gota que brillaba muchísimo, la saque de la caja y me quede un par de minutos mirándola. Jughead se acerco a mi, corrió mi pelo y puso la fina cadena en mi cuello.

Después de unos segundos, se paro de nuevo enfrente mío para volver a hablar.

- Te amo, se que pasamos muchísimas cosas tanto feas como hermosas - Soltó el, mientras una lagrima corrió por mi mejilla y mi mano sostenía la bella piedra verde que ahora permanecía en mi cuello.

- Pero a pesar de todo, siempre permanecimos juntos, a pesar del miedo, del peligro, siempre estuvimos para el otro, por eso te la di. Por que sos esa persona con la cual quiero compartir el resto de mis días, levantarme viendo tu sonrisa y dormirme con ella, te amo muchísimo como nunca mas ame a nadie - Dijo el esperando una respuesta de mi parte, pero no podía procesar todo lo que habia pasado, quería ir y gritarle a el mundo lo mucho que lo amo.

Solo me limite a correr a sus brazos para besarlo y decirle.

- Sabes que nunca habia entendido el amor, hasta que te conocí. Nunca supe que se podía amar tanto como lo hago yo a ti. No me dejes nunca - Dije con lagrimas en los ojos enredada entre sus brazos, casi en forma de susurro.

Estaba a salvo, estaba bien, estaba feliz. Y era esto lo que quería por el resto de mi vida.

A el, y nadie mas.

The life in riverdale - Jughead JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora