ᴄʜᴀɴɢᴇ ʏᴏᴜʀ ᴅᴇsᴛɪɴʏ [𝑲𝒆𝒏 𝑹𝒚𝒖𝒈𝒖𝒋𝒊] {FINALIZADA}

23 - Dulces palabras

Bien, mantener su cabeza en una fuente de agua era exagerado, pero sentia tanto asco.
Por el inmenso frío que sentía, sacó la cabeza intentando respirar. Quería llorar pero solo hizo una mueca de dolor, miro su mano vendada, comenzaba a sangrar.

<¿¡Qué debo hacer!?>

Camino ignorando el frío y ese cabello completamente mojado, en especial parte de su uniforme.

El invierno llegaría el día de su cumpleaños, siempre nostálgico ese día, sentia que esa estación era como un amigo que la acompañaba en su dolor.
Esperaba que todo termine bien, faltaba unos poco días para salir con Draken, ya no aguantaba estar callada.

<Draken...>

No dudo en correr siendo observada por alguien, quien se marchó del lugar.

Finalmente llegó a casa y pudo bañarse lo más tranquila, bueno, su mente no podía permanecer con tranquilidad después de todo lo que está pasando.

Pasando por cosas así... ¿puede llegar a colapsar? ¿Qué podría llagar a hacer si eso sucede? Temia mucho ver el resultado del colapso mental.
Aunque ella no sabía cómo liberarse, en lugar de ver que todo se calme parecía empeorar. Era como ser rodeada por una inmensa oscuridad más y más.

Ya lista solo observo los mensajes de esa persona y le comento todo lo que pasó. Era lindo desahogarse con alguien más sin que te conozca, así hay menos riesgo de que se lo diga a algún conocido.

— ¿Porqué sigues soportandolo?

Esa pregunta no la espero, pero quedo pensativa.

— Por la persona que amo

— Entonces ¿porqué no esta ahí para abrazarte?

No quería admitirlo, era su culpa el que Draken no sepa nada. Pero planeaba decírselo, y aceptaría su ayuda. Eso fue lo que le escribió, aunque esa persona no respondió.

Observo un papel que había encontrado en una tienda para que las personas puedan tomarlo. Era un número para ayudar a aquellos jóvenes o adultos que intentan suicidarse.
No entendía porque lo tomo, solo se lo trajo y ya.

De pronto escucho la puerta abrirse, y ver a su hermanito le molesto. Más teniendo esa sonrisa arrogante.

— Hey, mis amigos harán un juego donde quien aguante más golpes ganará dinero, dijeron que podremos traer a cualquier perro que tengamos. Y quiero que vengas, mañana.

¿Soportar golpes de unos niños?

— Pero al ser más grande usarán palos.

A la mierda.

— ¡Ikki ya lárgate de aquí! —Exclamo acercándose a él con una mirada de enojo.

— ¡Oye cálmate o le mostraré la foto a nuestros padres! —Amenazo algo asustado mientras retrocedía, mostrando el celular.

El niño no imagino que su hermana le quitaría el celular y lo partiría en dos frente suyo: seguido por una bofetada.