ᴄʜᴀɴɢᴇ ʏᴏᴜʀ ᴅᴇsᴛɪɴʏ [𝑲𝒆𝒏 𝑹𝒚𝒖𝒈𝒖𝒋𝒊] {FINALIZADA}

25 - Llamada suicida

Corrió lo más rápido sin rumbo, pero por un momento recordo el riesgo al intentar ir a casa del rubio. Además posiblemente este con problemas de la pandilla.
Ahí vio una cabina de teléfono a lo lejos. No le importaba que su cuerpo esté temblando y sus pies congelandose, al menos logró tomar un abrigo que terminó mojandose poco a poco.

Después de tanto caminar en los charcos de agua fría llego frente al teléfono.

No dudo en acercarse y tomar el teléfono, por suerte arriba tenia un pequeño techo que la protegía de la lluvia. Marco el número en ese papel mojado y espero unos segundos.

— Hola, ¿usted... es la persona que quiere suicidarse? —hablo una voz masculina del otro lado, guardando calma.

— ¿Puedo hacerle una pregunta?

— Si, pregunte usted

— Tengo catorce años a punto de tener Quince, ¿no es esa la edad... que se supone —decía mientras bajaba la mirada— es la parte donde todo puede mejorar? —apretó el teléfono con una mueca de dolor— ¿pero porqué es tan horrible?

Con cada palabra recordaba la sonrisa del rubio, su voz y la calidez de su mano al tomar la suya.

— Si dios existe... me gustaría preguntarle esto —comento dejando caer sus lágrimas seguido por algunos sollozos— ¿¡qué planes tienes para mi!? ¡dímelo! —exclamo desahogandose.

El hombre del otro lado escuchó con atención, su trabajo era escuchar he intentar que las personas eviten ese pensamiento suicida. Estaba acostumbrado a oír cosas así.

— En la vida nada se mejora por si solo, y en esa edad yo creo que es la parte mas difícil. —hablo el mayor— debes...

— ¿Pensar por mi misma?, si. Me lo han dicho, y siempre sale mal.

— Pero ¿realmente lo hiciste por ti?

— ... no lo sé. Siento que todo se está acabando, y solo tengo a una persona que podría salvarme

— ¿Entonces porqué no se lo dices? ¿Sabe como te sientes?

— No. Siempre creí que estorbaria con mis problemas y él ya tiene suficientes. Podría ser...

— ¿Un estorbo?, es normal creer eso, pero si te ama no dudará en ayudarte. No lo dudes, debes hacerlo, joven.

Lo pensó y el recordar esa sonrisa...

— Si... tal vez es mi última oportunidad, al menos el verlo hará que vea cuanto le importo, con ese día especial lo sabré. Muchas gracias.

— No dude en llamarnos otra vez si necesita ayuda, recuerde que es muy joven para terminar con su vida. Todo tiene un arreglo.

Y la llamada terminó...

La lluvia comenzó a detenerse, ella solo dibujó una pequeña sonrisa, sabia que el día de su cumpleaños Draken estará libre. Ahí podrá ver cuanto la quiere.

<¡Esperare por ti!>

Sonrio corriendo alegremente.