ᴄʜᴀɴɢᴇ ʏᴏᴜʀ ᴅᴇsᴛɪɴʏ [𝑲𝒆𝒏 𝑹𝒚𝒖𝒈𝒖𝒋𝒊] {FINALIZADA}

1 - Saludo

Cada quien con sus problemas... siempre se dice que es mejor pedir ayuda, pero ella no veía eso como una opción. La pelirroja de ojos verdes observó el cielo y luego dibujó una pequeña sonrisa al verlo irse... dándole la espalda mientras sentia su corazón gritar por consuelo.

Pero no quería molestarlo...

Él tenía cosas que hacer, permanecía mucho tiempo con la ToMan y en especial su mejor amigo, igualmente con la hermana del enano.
No lo culpaba por nada... ella misma se quedaba callada y fingía estar bien, para no preocuparlo.

Aunque también era cierto que él mucha atención no le daba...

De seguro ni su cumpleaños se acuerda.

Unos pasos se detuvieron a su lado, ni se molestó en mirar, ya sabía quiénes eran.

— No entiendo como es que eres novia de ese chico, Draken ¿cierto? —Pregunto incrédula— tu relación da pena.

— Si, él nisiquiera te presta atención y tu solo le sonríes o lo sigues como un perro en silencio. No parece en nada que estén en una relación.

Las observo en silencio unos segundos que se les hicieron eternos. El viento movía su largo y rojo cabello, las ojeras eran un poco notorias.
Tenia que usar maquillaje para ocultarlas...

— No me molesta.

Fue lo único que respondió con una sonrisa, una apagada. Volteo y siguió su camino para irse a casa, necesitaba estudiar o su madre se enojaria otra vez, ni hablar del hermanito menor. Le costaba imaginar cuanto dolor puede causar un niño con sus palabras.

<Draken...>

Vaya, se lo volvió a encontrar en el camino. Estaba en una bicicleta junto a Mikey, ambos yéndose. En ese momento su celular vibró y no tardó en revisar el mensaje... era nada más y nada menos que su madre, enojada por estar tardando en llegar.
Suspiro con algo de nervios, ya la hizo enojar y eso no es nada bueno.

Ahí se dio cuenta de que alguien la miraba. Cuando observo era él, la vio de casualidad al intentar irse con su amigo, la saludaron con la mano y ella les devolvió el saludo.

Pero antes de que se lleguen a acercar, volteo para correr lo más rápido a casa. Claro que confundió bastante a esos dos... así que antes de estar tan lejos se adelantó.

— ¡Llego tarde a casa, lo siento! —Exclamo mirando sobre su hombro a ambos.

Basto para convencerlos... pero deseaba tanto, el poder abrazar al rubio y decirle todo lo que siente respecto a su vida de mierda.

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Capítulos cortos, así que no se quejen.