¿Alcohol o destino? ShikaSaku.

La mañana siguiente.

La mañana siguiente.

Shikamaru se despertó y no pudo abrir los ojos del dolor de cabeza que sentía. Recordó el día anterior poco a poco. Temari, su rechazo, la frase que le había dolido en el orgullo que salió de los labios de ella, "Esto no era algo tan serio Shika". Recordó el bar, Sakura, alcohol.

Recordó el dolor en los ojos verdes de ella, más alcohol, como las muecas tristes se perdieron en risas cuando el sake hizo efecto en sus cuerpos y comenzaron a recordar anécdotas de cuando eran más chicos. Su mente le mostraba las imágenes como su fuera una película, como se ofreció a llevarla a casa, como cuando llegaron a la puerta del departamento de ella, sus ojos se conectaron, como bajo su mirada para ver los rosados y carnosos labios de la chica. A partir de ahí, las imágenes eran más borrosas, besos, sacarse prendas de ropa, el contacto de su piel caliente con la de él, las caricias, mordidas.

Finalmente abrió los ojos, reconociendo que esa no era su habitación. A pesar de cuánto le dolía la cabeza, la giro, para ver a la joven a su lado, desnuda, con su cabello rosa, ahora largo, desparramado por la cama.

La expresión de ella era tan tranquila. Tomo una manta que estaba cerca, para cubrir el cuerpo de ella y su propia desnudez. Se volvió a acostar, mirándola de cerca.

Tenía pestañas largas y rosas, algunas pecas distribuidas por sus mejillas y nariz. Sus labios estaban más hinchados de lo normal, probablemente por la apasionada noche que habían pasado. La respiración de ella era tan tranquila, volvió a pensar.

Sakura era una belleza, nadie podría negarlo, no solo su rostro, sino también su cuerpo, suave e incluso dulce cuando lo probabas de la forma en la que él lo había hecho. Pero esa belleza, tenía dueño, todos lo sabían.

Sasuke Uchiha la había reclamado para él, y ella parecía haberlo aceptado. Pero aquella noche, ella se había entregado a él, un pobre diablo que tuvo la suerte de estar en el lugar y tiempo justos para pasar la mejor noche de su vida con ella.

Pensó que la belleza de Sakura venía acompañada de una filosa inteligencia, y, como había deducido hacía mucho tiempo ya, una incontable cantidad de pasión. Porque esa sería la forma en la que la describiría, apasionada. Sakura era apasionada al hacer cualquier cosa, lo era cuando curaba, lo era cuando peleaba, lo era cuando hablaba y sobre todo cuando amaba.

Extendió su mano para acariciar el rostro de ella, provocando que despertara y abriera sus ojos. Lejos de gritar o alejarse de él, como pensó que haría, ella le sonrió.

- Buenos días- le dijo ella. Sintió entonces que un nudo se formaba en su estómago. ¿Qué tan bueno había sigo en su vida anterior, para que luego de ser rechazado por la persona que pensaba sería el amor de su vida, Kami le enviaba una mujer como Sakura?

- ¿No te arrepientes? - le pregunto rápidamente entonces, saltándose la educación que le habían enseñado. Necesitaba saber que ella no se arrepentía, que estaba igual de contenta que él.

- No Shika- ella nunca perdió la sonrisa.

Luego, extendió su mano, apoyándola en la frente de él, liberando su chacra y fácilmente calmando el dolor de cabeza que estaba sintiendo. Él cerro los ojos, disfrutando del contacto y la energía de ella fieltrándose en él.

- Ahora podemos seguir durmiendo- dijo el ver como la expresión de él se relajaba, mientras se daba vuelta y se acurrucaba en la manta.

Él dudo lo que debía hacer, pero decidió disfrutar de aquella situación, hacer algo que nunca se imaginó y acercar su cuerpo al de Sakura, sintiendo su tibia piel desnuda contra la suya, mientras la abrazaba por atrás.