Nada puede ir tan bien. Nada puede ser tan fácil.

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Nada puede ir tan bien. Nada puede ser tan fácil.

Kiba fue invitado a la misión para que Akamaru, su perro enorme ninja, fuera utilizado como una especie de caballo para transportar a la matriarca Nara hasta destino. Por suerte, el trayecto que tenían que hacer para llegar al Uchiha era relativamente corto, quizá un día al paso que iban. Podrían hacerlo más rápido si saltaran por las ramas, pero en la condición que se encontraba Sakura, eso no seria posible.

El camino fue muy tranquilo, no hubo ataques ninja ni problemas. Hacían paradas constantes para no agotar a la futura madre, y le ofrecían comida y agua suficiente como para que ella fuera perfectamente cómoda. Incluso Akamaru, que quería mucho a la pelirosa por la cantidad de veces que había salvado a su humano padre, caminaba de forma lenta y moviéndose lo menos que pudiera, para que su pasajera estuviera cómoda.

Para cuando llegaron, los AMBU médico, que había estado a cargo de mantener a Sasuke vivo hasta que ella llegara, le pasaron el parte. Tenía varias fracturas, en su pierna derecha, ambos brazos y costillas. Además de eso, un pulmón perforado, varias laceraciones y una gran contusión en la cabeza, este último era el peor, si no se tenía en cuenta la gran herida en su abdomen, que aun con el tratamiento de los ninjas fantasmas, seguía sangrando.

Sakura pensó que era un milagro que aquel hombre no estuviera muerto ya. La pelirosa llego a la conclusión de que los AMBU habían decidido enfocarse en que vivera, mas que en curarlo, lograr que aguantara hasta su llegada, transfundiéndole chacra desde el accidente, al ser varios, lograron ganar el tiempo suficiente. De todas formas, ellos se retiraron luego de dar la información, justificando que tenían otra misión que completar.

Iba a agacharse para comenzar con la curación, pero hizo una mueca de molestia, lo que alarmo a los presentes.

-Sakura-chan ¿Qué sucede? ¿Estas bien? ¿Está el Teme muy mal? - Naruto soltó las preguntas rápido, quería saber que sucedía, pero no era médico, no entendía nada de lo que sucedía allí. Pensó que hubiera sido mejor que lo llamaran a pelear antes que a salvar. Mas que para cuidar de su amiga, era completamente inútil ahí parado.

-Estoy bien, solo molestias, no puedo agacharme al suelo- confeso ella, porque era la verdad, su gran vientre no le permitía ir tan bajo.

-Kiba, busca una roca donde Sakura pueda sentarse- le ordeno al chico perro- Naruto, tu busca una tabla de madera donde podamos acostar cómodamente a Sasuke- la voz de comendo del Nara los movilizo rápidamente.

Kakashi y él fueron a buscar otras dos rocas grandes, y de esa forma crearon una especie de camilla alta y asiento para que ella pudiera atender al hombre.

Cuando movieron a Sasuke, él abrió sus negros ojos, enfocando su mirada sobre lo primero que pudo ver.

- ¿Sakura? ¿Qué haces aquí? ¿Estoy muerto? Le pregunto, con la voz ronca.

-Quien pensaría que tienes que estar a punto de morir para hablar tanto- se rio ella, aunque las lágrimas habían comenzado a caer por su rostro al ver al joven en esas condiciones. No le sorprendió que el Uchiha pudiera hablar aun en esas condiciones, tanto él como el Uzumaki parecían ser invencibles aun al borde de la muerte.

-No llores, no por mí. No merezco eso. - le respondió él.

-Ya se que no lo mereces- bufo ella, riendo un poco- Pero no puedo evitarlo- confeso.

-Tampoco merezco verte reír- dijo el Uchiha, cerrando sus ojos y disfrutando la sensación suave del chacra cálido de la pelirosa entrando en su cuerpo y curando sus heridas de forma mágica.

¿Alcohol o destino? ShikaSaku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora