¿Alcohol o destino? ShikaSaku.

Postres y charlas pendientes.

Postres y charlas pendientes.

Cuando el Nara entro a la casa, negó con la cabeza al ver a su esposa en el sillón, con una gran variedad de postres frente a ella; mientras sus mujeres estaban tragando prácticamente sin masticar, de la cocina salía su madre, con otro plato de, por lo que podía ver unos 10 Dorayakis.

Algo que en esos meses había sucedido, era la unión de la ex matriarca Nara y la nueva. Yoshino disfrutaba consintiendo a su nuera, como la había llamado "la hija que siempre deseo tener". Ni mencionar cuando se enteró del embarazo, y trato de enseñarle, a su poco habilidosa con las agujas esposa, a tejer, terminaron decidiendo de Yoshio tejía y Sakura comería mientras hablaban.

Incluso un día las había encontrado juntas una noche, su esposa sentada en el suelo comiendo y su madre haciéndole peinados. Definitivamente su esposa atraía gente que la amaba y malcriaba.

-Si lo llegas a decir en voz alta, dormirás en el sillón Nara- con la boca llena, la voz de su esposa se alzó.

- Va a valer el dolor de espaldas de mañana- se rio antes de decir algo que sabía le costaría caro- Te lo dije, te dije que Kakashi no sabia de nuestro matrimonio. Te dije que no sabia que el padre del bebe era yo. ¿Sigo? -

-Si sigues duermes afuera- y volvió a meterse otro dango en la boca.

-Deberías haber visto sus caras, apenas te fuiste, Naruto casi se desmaya, y Kakashi salió corriendo a buscar el certificado de nuestro casamiento, creo que lo releyó por lo menos 10 veces, ni se dieron cuenta cuando me fui. -

Iba a continuar con otro comentario para molestarla, pero sintió como un cucharon de madera lo golpeo en la nuca. Su hermosa y dulce madre lo miraba con advertencia, ella había sido quien le arrojo el utensilio de cocina.

-Sakura-chan y la beba necesitan amor en este momento, no tus comentarios de sabelotodo. Ahora, ven a ayudarme a terminar de hacer el ramen que ellas quieren- Si, definitivamente Yoshino tenia una nueva favorita, y no era su hijo biológico, sino la legal.

- ¿Por qué Sakura es la que siempre come? - bufo, pero en realidad tenia una sonrisa en su rostro porque no podía decir que su madre mimaba mucho a su esposa sin sonar como un hipócrita, cuando él era el primero en hacer todo para ella.

Madre e hijo se dirigieron a la cocina, con Sakura y uno de sus platos de postres siguiéndolos. Entonces, ella pego un grito, lo que volteo a los otros dos en su dirección de inmediato; dejo su comida sobre la mesada de la cocina, para correr en dirección a su esposo y tomar su mano, colocándola en su panza.

- ¡Se está moviendo Shika! - grito ella con emoción.

-No lo siento- dijo el joven, mirando fijamente el vientre de la pelirosa.

-Ahí está de nuevo- exclamo.

-Aun es muy pronto para que se note el movimiento, niños- les dijo la mayor en la habitación, luego de dejarlos unos minutos disfrutar del momento. – Por ahora solo Sakura puede sentirlo, en unos meses podrás hacerlo tu hijo-

Shikamaru asintió, y de todos modos se inclino para depositar un beso en el vientre de su esposa. Momentos como estos lo hacían feliz, tener a las tres mujeres de su vida con él, siendo felices, riendo juntos.

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-Sakura-san- la mencionada vio como luego de aceptar la entrada de quien toco la puerta, entro la heredera Hyūga- Lamento molestarla, solo venia a hablar con usted-

-Hinata-san, ¿En qué puedo ayudarla? – pregunto la embarazada, un poco incomoda con la presencia de la chica.

Ellas nunca habían amigas, si conocidas, si compañeras, pero nunca llegaron a ser tan cercanas; lo poco que su relación podría haber avanzado, se perdió cuando la Hyūga persistió en la inocencia de Naruto en cada ocasión que compartían, logrando que, en pro de su paz mental, Sakura se alejara de ella.

-Le traigo Dangos- dijo, extendiéndole un contenedor con el postre. Automáticamente perdió la mitad de la atención de la chica, que se enfocó completamente en los dulces tricolores; prioridades le dicen.

Abrió el contenedor y los saboreo. sonrió, estaban ricos.

-Sakura-san, quería hablarle de Naruto- y la incomodidad volvió a la médica- No quiero molestarla, se que usted esta enojada con él, pero lo veo tan mal- intento justificarlo ella.

-No estoy interesada en esta conversación, si es lo único que pretende, la invito a dejar mi oficina-

-Espere, Haruno-san...-

-Es Nara- la corrigió automáticamente. -Tu si sabias de mi casamiento, si tanto te preocupas por Naruto, le hubieras dicho, se que se enviaban cartas mientras él estaba fuera de la aldea. Digo, porque contigo si mantuvo contacto- Lo último, fue con un tono sarcástico muy acido, que calo hondo en la morocha.

-Creo que deberían hablar, creo que tienen una charla pendiente que ambos necesitan- insistió una última vez, para luego irse.