Niños genios.

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Niños genios.

A sus 27 años, Sasuke nunca hubiera creído si alguien le decía que era un estúpido. Si, había tomado malas decisiones en la vida, y si, no tenia un cerebro tan dotado como el de Sakura o Shikamaru, pero esto que estaba sufriendo, era una humillación.

Frente a él, estaba sentada una niña de lo mas preciosa, cabellos castaños atados en dos coletas, piel clara y unos enormes y hermosos ojos verdes, que lo miraban con burla infantil. Shika, a sus 6 años, era una niña de lo mas preciosa, y lo que tenia de hermosa, lo tenia de inteligente.

No fue consuelo para el Uchiha, voltear a ver a su Sensei y verlo con la misma expresión de derrota en su rostro, pero sentado frente a Shikadai. El niño, tenia el mismo cabello marrón de su hermana, pero a deferencia del verde, el chocolate cubría sus ojos, igual que a su padre. También, compartía la misma expresión de aburrimiento de su progenitor mientras veía al peliplata tratar de hacer un movimiento con alguna de las piezas.

Al parecer, los genes Haruno y Nara se habían mezclado para crear a un par de gemelos superdotados genios, que a los 6 años no veían un reto jugar juegos de mesa con dos hombres adultos. ¡Por Kami! Kakashi y él eran estrategas, prodigios, un capitán AMBU y un ex Hokague, y ahí estaban, siendo juzgados por la mirada burlona y divertida de Shika, y la aburrida de Shikadai.

Enfoco sus ojos dispares en la niña. Mierda y muy mierda. Esa niña seria igual de hermosa que su madre en un futuro, lo sabía, podía verlo en la chispa que tenían esos ojitos verdes cuando lo veían. También sabia que ese niño sería igual de huevon que su padre, si a los 6 años nada parecía sorprenderlo o emocionarlo.

-Otra vez perdieron- no fue pregunta, sino afirmación, la que hizo el progenitor de los menores cuando entraba a la sala de su casa.

-Es aburrido jugar con ellos Oto-San- suspiro el menor.

-A mi me gusta jugar con tío Sasuke- sonrió la niña. Nadie podía deducir si fue porque el Uchiha fue quien la ayudo a salir al mundo, si fue porque fue lo primero que vieron sus ojitos, o si heredo el viejo amor de su madre por el morocho, pero Shika amaba a su tío Sasuke, era su tío favorito en el mundo, -sus palabras-.

- ¿Cuándo llega Naruto? - esta vez, el niño hablo, porque si Shika ambas a Sasuke, Shikadai amaba a Naruto. Su padre creía que era por la energía del rubio, esa sería la única explicación, eso o...- Tengo hambre de ramen- la fascinación de su hijo por aquella comida, que compartía con el Uzumaki.

-Yo quiero dango, ¿Me compras Dangos tío? - miro con sus ojitos verdes al Uchiha, sabía que, si ponía ojitos de perrito, lograría que él hiciera lo que sea que ella quisiera.

El Nara mayor sonrió, porque ahora podía identificar cual de sus hijos había provocado cada uno de los antojos que su esposa había tenido en el embarazo.

-Oka-san y Naruto vendrán apenas terminen en la oficina- después de todo, el rubio estaba por obtener su título como Hokague, y la pelirosa le estaba dando una mano en la parte administrativa.

Pasaron unos minutos, que los dos adultos usaron para huir de la humillación de los pequeños, cuando los mencionados entraron a la casa Nara.

- ¿Cómo están mis bebes? - pregunto la mujer. Su hija corrió a sus brazos, gritando lo bien que la había pasado, al contrario, su hijo camio lentamente, con cansancio, hasta entrar entre los brazos de la mujer, alegando que -de nuevo- habían ganado, y quejándose de que era problemático y aburrido no poder jugar contra nadie.

Esos niños eran polos opuestos, pero se amoldaban perfectamente a la familia que tenían.

-Nadie puede ganarles a esta altura- suspiro Kakashi, ya ni vergüenza le daba no ser competencia para esos niños, eran demasiado inteligentes. - Incluso hicieron llorar a Ibiki, y creo que aun usaban pañales en ese entonces- se burló.

En un comienzo, cuando los gemelos tenían 3 años invitaban a todos a jugar con ellos, nadie se negaba, desde profesores y demás niños de la academia, médicos y enfermeros del hospital, incluso los amigos de sus padres, con sus hijos y parejas. Para los 4 años ya les ganaban a todos cómodamente, y sus padres, Kakashi y Sasuke parecían los únicos que representaban una "competencia" entretenida a sus pequeños ojos.

A los 6 años, solo sus padres parecían poder seguirles el paso, demostrando que eran verdaderamente los cuatro cerebros mas grandes de la aldea.

-Yo aun les gano- respondió Shikamaru, con soberbia.

- ¿Te das cuenta que te estas jactando de, con 27 años, ganarles a niños de 6, ¿verdad? - se le burlo el Uchiha.

El chico bufo, avergonzado por las palabras del morocho, porque a pesar de que les seguía ganando, cada vez tenia que pensar mas y mejor las estrategias que utilizaba, sin mencionar que no podría volver a jugarlas nunca más, sus hijos memorizaban todo y establecían estrategias y defensas para lo que sea que él realizara.

Sus hijos crecerían para ser genios, de eso estaba seguro, y aun no definía si era bueno o malo.

De Shikadai no se preocupaba mucho, desde que era un bebe podía ver lo tranquilo y hasta fiacoso que seria. Pero tenia una veta caprichosa y conflictiva, sabía que, aunque fingía que no le interesaba, por dentro el niño disfrutaba ganar y vencer, culparía de ello a su madre.

La que no dudaba que voltearía Konoha de cabeza definitivamente, era Shika, sobre todo si tenía al Uchiha como consentidor y guardián, al Uzumaki Hokague mimándola y defendiéndola, y al ninja copia como cómplice y protector.

¡Niños Genios! Y esperaba que no del mal.

Aunque viendo como ellos eran, como habían heredado los genes hermosos y un poco caprichosos de su madre, y quizá un poquito de culpa suya al heredar su inteligencia superior, muchas chances a que sean del bien, no había. 

Quizá, aquella noche donde empezó la aventura fue gracias al alcohol que tanto él mismo como Sakura habían bebido, quizá, fue el destino, esperando la oportunidad perfecta para unirlos. De lo que si estaba seguro, era que era un hombre feliz, con un clan prospero a su cargo, una esposa hermosa y fuerte a su lado, y dos niños genios que lo desafiaban todos los días. 

Definitivamente, Shikamaru agradeció, sea por lo que sea que se haya dado aquella unión. 

¿Alcohol o destino? ShikaSaku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora