-mordida-

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El día que Jayce había marcado a Viktor había sido el mejor pero el peor día de su vida. Fue después de esa maldita guerra civil. Eran científicos jugando a las peleas, o era lo que decía Viktor, y en ese momento en que veía como el amor de su vida se le iba de las manos se daba cuenta.

Había ido a una emboscada al refugio de uno de los quimiobarones más importantes de ese momento, Vi estaba con él cuando todo sucedió. Se enfrascaron en una pelea extrañamente rápida, movía el martillo de forma profesional ahora, el aire solo estaba cubierto de sonidos de hierro contra hueso y estática. Cuando pensó que por fin habían terminado con todos de lo alto apareció el dueño de todo ese desastre.

—Me han dicho que a pesar de tener la fuerza de su lado, el nuevo justiciero piltillo y la traidora de zaun tienen corazones.— les dijo mientras hacían señas tras de él.

Dos matones traían arrastrando a unos mal heridos Viktor y Jinx, ella aun insultaba y escupía a sus captores, en cambio Viktor estaba inconsciente. La espalda de Jayce se erizo y apretó con fuerza su martillo.

—¡Powder! —grito Vi, lanzándose hacia enfrente, junto a Jayce— No sabes con quien te estas metiendo sabandija, ¡¿Sabes lo que podríamos hacerte Vander, Silco y yo si lastimas a una de las nuestras?!

—Si, lo sé, por eso usaré a la rata de las fisuras. —Con una de sus uñas largas mandó a traer más cerca a Viktor.— ¿Qué te parece si hacemos una prueba con él?— le pregunto mirándole a los ojos mientras sacaba una jeringa con el extraño líquido morado que estaba causando todo esto y lo acercaba al otro.

Los ojos de Jayce se desorbitaron y algo dentro de él se apoderó de sus músculos, pues en cuestión de segundos estaba lanzándose hacia enfrente con el martillo cargado, su idea era alejar a su compañero de aquellas personas, tomar a Jinx y destruirlos a todos. Vi, intrépida como ella sola, lo siguió, dando un golpe certero a quien tenía a su hermana. Con un golpe sordo, Jayce estrelló su martillo contra el cráneo del quimiobaron, dejándolo muerto en el acto, pero tarde se dio cuenta que un poco de aquella sustancia escurría del cuello de su pareja. Cuando lo tomó en sus manos escuchó como Vi se comunicaba con Caitlyn para que entraran al lugar por los sobrevivientes y a confiscar el lugar.

—Viktor ¿Cariño?— tomo suavemente a su omega.—Vi, Viktor necesita ver un doctor... no sé... le está pasando algo.—dijo nervioso mientras veía como las venas comenzaban a brillar en el tono morado de la sustancia.

—Oh no... yo, creo. ¡Cupcake, sube a un medico por favor, tenemos una situación!

—Silco, necesitan llamar a papá Silco.—Dijo Jinx mientras se alejaba de su hermana que la estaba asfixiando con un abrazo.

—No creo que vaya a ser posible niña...

—¡Tia Sevika!¡¿ Le pasó algo a papá Silco?!—pregunto desesperada Vi mientras se volvía a poner los guantes.

—No, solo está inconsciente, cuando trataron de llevarse a Jinx, peleó con todo lo que pudo para que no se la llevaran, el bar es un desastre ahora, Vender está vigilando todo mientras cuida de él. — le informo la mujer mientras miraba el cuello del omega.—Llevenlo con el Doctor, el sabra que hacer, le enseñó todo lo que sabe a Silco, podrá con el muchacho, pero tienen que apresurarse no se ve bien.

Jinx se acercó a Jayce y le jalo de la camisa.

—Vamos fortachón, te llevaré con el Doctor de Zaun.

Jayce tomó a Viktor en sus brazos y siguió con prisa a la chica de cabello azul.

—Ja...Jayce...—Hablo con cansancio el hombre en sus brazos.

—No te esfuerces mi amor, te sentirás mejor pronto.

Viktor volvió a relajarse mientras daban una vuelta más entre los callejones.

—¡LLegamos!—dijo Jinx mientras abría una puerta blanca.—¡VIejooooo tenemos una emergencia aquí!

Bajaron unas escaleras que las dirigían a un gran espacio, lleno de aparatos científicos y médicas, al final se encontraba una persona sentada en un escritorio mirando por un microscopio.

—Creo que tenias prohibida la entrada a este lugar jovencita, la última vez...—El hombre dejó lo que estaba haciendo y miró a los recién llegados. — Oh eso si es una emergencia.

—Te lo dije.—Contestó Jinx mientras le sacaba la lengua y se sentaba en otro escritorio mientras veía que podía... mejorar.

—Traelo para acá, necesito revisarlo mejor.

Jayce en ese momento ya estaba sudando y apunto del colapso, Viktor se movía de su agarre, y respiraba de forma irregular. El Doctor los llevó a una habitación más esterilizada, con una camilla donde depositó a su socio.

—Mira a quién tenemos aquí...—dijo el más viejo.—Si es el niño de las fisuras, he escuchado de ti y lo que has logrado allá arriba. Impresionante...—se acercó y vio un brillo de reconocimiento en los ojos de Viktor.

Con cuidado el anciano hizo una prueba rápida, a Jayce le parecieron horas, pero al final de un tiempo este se levantó. En ese punto Jayce soltaba lágrimas silenciosas mientras sentía que en cualquier momento Viktor dejaría de respirar, y si Viktor se iba... Jayce le seguiría, era increíble como estaban tan conectados sin la marca.

—Esto no se ve bien, el compuesto ha avanzado mucho por los conductos omega. Y no está marcado, ¿me equivoco?— preguntó al otro, jayce movió la cabeza rapidamente.— Si sigue así podría morir...

—¡Por favor! tiene que haber una forma, po...podriamos ir a cualquier parte del mundo, el no... el no puede... yo...

—Tranquilo, escuchame.—Le dijo el Doctor.— Tienes que morderlo, tienes que llenar esos conductos con tu ponzoña de alfa...—dijo con un poco de disgusto.— Eso lo estabilizara y con un poco de cuidados estará bien.

Jaye asintió repetidas veces. Haría lo que sea por salvar a Viktor, solo se sintió triste porque esta parte tan importante fuera de esta forma, Viktor merecía más que esa unión, en ese lugar y forma.

—Bien, hazlo y si algo se siente mal, ve a la sala donde me encontraron. Entrarán en un precelo al momento de la mordida. Si no salen en diez minutos se que estarán bien.

El Doctor abandonó la sala, Jayce escuchó los pasos alejarse y se limpió el rostro con el dorso de su camisa. Con cuidado se sentó sosteniendo el cuerpo laxo de su pareja. Tenía muchas dudas y sentimientos encontrados. Pero mirando cómo la vida se le iba del rostro a su amado sabía que tenía que actuar.

Con cuidado le quitó la camisa a su pareja, el blanco pecho subía y bajaba de forma dolorosa.

—Viktor, amor.—Le hablo con todo el cariño que le tenía al nombrado, observó como los ojos se entreabrieron y continuó.—Tengo que morder cariño, es hora. Sé que no es la forma y el lugar pero no te voy a perder. Quédate conmigo bebé.

Viktor le miraba más inconsciente pero aún así un pequeño brillo se instaló en sus ojos. Con un largo suspiro, Jayce se aproximó con sus colmillos listos para la mordida. Cuando lo hizo una corriente eléctrica pasó por todo su cuerpo, Viktor comenzó a temblar y suspirar, sus ojos se apretaron mientras se acostumbraban a la conexión que estaba sintiendo, el dolor, el cansancio, el amor y la pasión, todo se estaba encontrando en él. Cuando soltó el cuello de Viktor, no dudó en lamer la herida que había creado, el espeso líquido morado comenzaba a dejar el cuerpo de su ahora pareja de unión.

—Estarás bien, te cuidare omega, te cuidare muy bien.

Después de unos rápidos minutos la cara de Viktor cambió del pálido al rosado, y comenzaba a buscar las manos de Jayce para que le tocara. Jayce decidió por un rato olvidarse en donde estaban y que había pasado por un momento para atender a su ardiente omega. Tomarlo había sido tan diferente a antes, se sentía completo y lleno del ferviente amor que tenía por su socio. Por fin estaban unidos y no encontraba en su mente el tiempo anterior a eso.

*Imagen por treslech3s 

-OMEGACEMBER- Jayce/ViktorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora