Al terminar su pequeña comida Rubén le dijo a Sam que lo acompañaría a dejar a sus hermanos y luego regresaba a ese lugar por su auto.
En cuanto llegaron a la entrada del condominio, los chicos bajaron despidiéndose de los mayores entrando a su casa dejando a Rub y a Sam solos.
-Así que ¿esta era tu casa?- Preguntó Rubén mientras Sam avanzaba con el coche.
-Efectivamente, extraña ¿no?- Respondió Sam.
-Digamos que...peculiar- Contestó Rubén haciendo que Sam empezara a reír.
Se quedaron un rato en silencio hasta que Rubén volvió a hablar.
-Tus hermanos son fantásticos-
-Lo sé, los quiero mucho- Dijo quedándose callado por un momento.
Esto Rubén lo notó y preguntó.
-Sam ¿estás bien?-
-Si, solo es que estaba pensando lo mucho que deseo sacarlos de esa casa pero...-
En ese momento Rubén lo interrumpió.
-Hey, todo a su tiempo príncipe, ellos estarán bien, son personas inteligentes, además ese tema tienen que tratarlo con cabeza y cautela- Dijo sonriendo- También sabes que cualquier cosa, por más mínima que sea, cuentas conmigo-
Samuel le sonrió, cuando un alto los hizo detenerse el chico aprovechó para entrelazar la mano del castaño con la de él llevándola a sus labios para besar el dorso de la misma y luego no soltarla en todo el trayecto.
Esto sorprendió al chico de ojos verdes, no podía creer que su corazón estuviera desbocado por un gesto que desde otro ángulo de visión pareciera tan simple.
Cuando llegaron nuevamente a la cafetería ambos bajaron del auto de Sam, Rubén estaba dispuesto a subir a su propio auto e irse cuando Sam lo detuvo.
-Rub, son casi las 10:30, llegarás a España como a las 2:30am, quédate- Suplicó, pues le preocupaba mucho el chico.
Rubén se negó las primeras veces pero al final no tuvo más que aceptar, así que ambos condujeron en sus respectivos autos hacia la casa del chico de ojos amatista.
Al llegar la primera en recibirlos fue Kira, la cual pasaba por las piernas de su dueño y luego por las de Rubén. Este último la tomó entre sus brazos acariciándola para luego dejarla en el sofá.
-¿Quieres que te preste algún pijama?-Preguntó Sam mientras caminaba adentrándose en su cuarto.
Rubén se entretuvo unos segundos con la gata, dándose cuenta que Sam ya había subido en su totalidad a su habitación.
-Creo que no Sam, así...-
No pudo terminar su frase cuando Sam bajaba las escaleras ya cambiado, su mirada no pudo despegarse de él pues tenía un pantalón corto y una camisa de tirantes que en algunos ángulos se transparentaba. El chico llevaba una ropa similar en la mano.
-Ten- Le dijo mientras le daba la ropa. Rubén la tomó aún sin quitarle la mirada- ¿Qué?, ¿te gusta?- Preguntó Samuel refiriéndose a la ropa.
-¿Cómo? -Pregunto el castaño.
-Tío, me estas comiendo con la mirada-Dijo Sam riendo, risa que le contagió a Rubén.
-La verdad es que sí, me guasta, te ves muy bien pero, ¿sabes cómo te verías mejor?- Preguntó Rub acercándose.
-La verdad no sé, ¿cómo?- Dijo Samuel acercándose de igual manera.
-Sin ella- Dijo mientras lo tomaba de la cintura acercándolo lo suficiente para comenzar a besarlo, algo que Sam correspondió casi al segundo.
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La voz de mi vida
RomanceRubén Doblas, más conocido como Rubius es uno de los creadores de contenido más conocidos del momento. Un día decide empezar a jugar GTA roleplay con un modulador de voz para que no se le reconozca. Por casualidades del destino entra al mismo servid...