Prólogo

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-No puedo creerlo... - dijo Atsumu en cuanto a Osamu se le escapó uno de sus pases por estar holgazaneando, el chico del cabello grisáceo lo miró soltando un suspiro. Era el primer entrenamiento del año escolar y se supone que solo calentarían si no fuera por la insistencia del rubio. - Pensé que teníamos casi la misma habilidad, pero creo que no.

-Estoy agotado ya... - dijo su hermano soltando un suspiro y miró a su alrededor. - Gin chan ¿dónde está Suna?

-No lo sé. - dijo el chico del cabello claro encogiéndose de hombros. - Seguro que viene en camino.

She's got a smile that it seems to me...

Suna caminaba con audífonos tranquilamente, con la misma expresión seria de siempre y el cuerpo encobado. Miró su teléfono para subir el volumen de la música, y luego miró detrás de este, en donde, tirada en el suelo, había una raqueta de tenis. Él la miró extrañado por un par de segundos. Por qué demonios había una raqueta a la mitad del pasillo. Un chico la levantó delante de él la recogió, parecía divertirle. Suna se quedó parado para no chocar con él, y el chico de pronto levantó la raqueta lo más alto que pudo.

-Oh ¿está es tu raqueta?

-Si. - dijo una chica llegando al lugar agotada, no parecía contenta, tampoco específicamente enojada, pero si cansada, posiblemente de él. - Ya devuélvela ¿si? Tengo que irme al club y de verdad, estoy atrasada.

-No pasa nada si llegas un poco tarde, Mayu.

-No me gusta llegar tarde. - dijo ella soltando nuevamente un suspiro. - Dame la estúpida raqueta, en primer lugar no tendrías por qué haberla tomado y en segundo lugar, no me llames por mi nombre de pila, ni siquiera somos amigos, tampoco estoy planeando en hacer amistad contigo, así que por favor, ya dámela.

-Tan esquiva, Mayu chan, por eso me gustas. - dijo el chico sonriendo y ella solo soltó un suspiro, desagradada. Suna la miró un par de segundos y le arrebató el chico la raqueta de las manos para luego entregándosela. Ella lo miró en silencio e hizo una pequeña reverencia en agradecimiento, Suna la miró un par de segundos más, tenía los ojos marrones y tremendamente grandes, algunas pecas en su cara y el cabello, atado en una coleta, de color negro y con ondas en las puntas de este, en resumen, era preciosa. Tenía las pestañas largas lo que expandía mucho más el tamaño de sus ojos, su rostro era muy tierno, a pesar de que fuera increíblemente neutral. - Oye, no te metas, solo jugábamos.

-Ella no parecía estar jugando. - dijo Suna casi en un suspiro mientras lo rodeaba para seguir su camino, el chico solo se quedó parado y chasqueó la lengua. Suna miró de reojo hacia atrás y su mirada se encontró instantáneamente con la fija mirada de la chica, quien ahora, se despidió con una pequeña sonrisa casi imperceptible en su rostro. Suna volvió a mirar al frente impresionado, era extraña, bastante extraña.

últimamente las cosas habían cambiado para él en la escuela, se había vuelto bastante popular por el club de voleibol, chicas se le acercaban todos los días para hacerle favores o darle a veces, pequeños obsequios, iban a verlo incluso a los entrenamientos y gritaban su nombre; hacía bastante tiempo que no lo miraban fijamente de manera seria, bastante tiempo.

-Llegaste. - dijo Gin viendo como el chico entraba al camerino, él estaba abrochando sus zapatillas cuando el castaño entró al lugar. - Los Miya estaban preguntando por ti ¿en qué tardaste tanto?

-Me dormí en la enfermería. - dijo el chico poniéndose la polera del equipo, su amigo asintió con la cabeza tranquilamente. Suna terminó de vestirse luego de un par de minutos y su amigo lo esperaba en la banca pacientemente, cuando lo vio llegar, ambos salieron del lugar juntos. Suna lo miró un par de segundos. - Los Miya van al salón justo bajo el nuestro ¿verdad?

-Si ¿no lo habías notado?

-¿Conoces a algunos de sus compañeros de clase? - dijo el chico y Gin intentó recordar si conocía alguno. - Una chica, cabello negro, ojos grandes.

-¿Akane chan? - dijo el chico y Suna lo quedó mirando. - Akane Masayu chan tiene el cabello negro y los ojos grandes y azules ¿por qué? ¿Te gusta esa chica?

-Masayu... - dijo el chico pensando en el apodo de la chica: mayu. - Si, podría ser ella a quien me refiero. No es que me guste ni nada, solo que no la había visto antes.

-He hablado con ella en varias ocasiones. - dijo Ginjima con una sonrisa en el rostro y bastante contento, Suna no hablaba de chicas nunca, a pesar de que era alguien popular, era complejo que se fijara en alguien por iniciativa propia, y por supuesto que Ginjima, su amigo más cercano, estaba feliz de ofrecerle ayuda con ello. - Está en el club de teatro, saldrá a la misma hora que nosotros.

-Que bien. - dijo el chico con una media sonrisa y finalmente se dirigieron al entrenamiento. Tras pasar el tiempo, finalmente llegó la hora de irse a casa, y al salir ya había un montón de gente caminando hacia la salida. Suna estaba en la puerta del gimnasio con su amigo esperando para ver si pasaba la chica que había visto antes de ir al gimnasio.

-¡Hey, Akane chan! - dijo Ginjima de pronto y Suna se sobresaltó y vio una chica corriendo hacia ellos. Akane tenía el cabello hasta los hombros y un flequillo cayendo sobre su frente, parecía bastante arreglada y tenía una enorme sonrisa en el rostro. Los chicos la miraron al pasar, tenía un físico llamativo, no podía negarlo, muslos anchos y una cintura pequeña, pero no era la chica que el buscaba. - ¿Ya te vas a casa?

Mientras la chica hablaba con Gin, Suna le negó discretamente con la cabeza para darle a entender que no era ella. Suna soltó un suspiro agotado, no sabía cuándo la volvería a ver, o quien era; podría perfectamente haberle preguntado a los gemelos, pero no quería ser indiscreto y que lo molestaran de por vida con ello y posiblemente se lo dijeran a la chica.

-¡Oh! ¡Mayu chan! - dijo Atsumu saliendo del gimnasio con una enorme sonrisa en el rostro y corriendo hacia alguien. Suna lo siguió con la mirada y finalmente se encontró con la persona que buscaba, delgada y pequeña, con dos mechones de cabello cayendo detrás de sus orejas escapando de su coleta alta, con una raqueta de tenis en la mano. El rubio la levantó como si fuera una muñeca y casi ni recibió ninguna expresión de regreso. - Cómo te fue en tenis.

-Bien, supongo. - dijo ella mirándolo fijamente con sus ojos enormes. Suna se quedó completamente perplejo mirándola por un buen rato, Gin claramente se dio cuenta de ello. - Oh, Samu.

-Mayu. - respondió el segundo gemelo y le revolvió el cabello con una media sonrisa, ella caminó entre los dos Miya hacia la entrada de la escuela y pronto, apareció el capitán caminando detrás de ello, ella se volteó inmediatamente hacia él.

-Shinsuke. - dijo ella mirándolo con una sonrisa, Suna quiso que la tierra se lo tragase. El capitán pasó su brazo por sobre los hombros de la chica y se fue caminando junto a ella, ambos se despidieron de los Miya y se fueron. Gin miró a su amigo, quien seguía plasmado en el mismo lugar que antes.

-Lo llamó por su nombre, y caminan abrazados. - dijo el chico soltando un suspiro y echando la cabeza hacia atrás. - No esperaba menos del capitán, algún encanto debe tener.

-¿Es la novia de Kita san?

-Posiblemente.

-Posiblemente

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Overprotected Player Girl {Suna Rintarou}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora