O1꒱︰𝗧𝗵𝗲 𝗝𝗲𝗼𝗻𝗴

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Los Jeong varios conocían a esa familia y cuál era su posición, otros preferían no saber nada o más bien hacer como que no estaban al tanto, pero todo Gwangju lo sabía. Todos conocían a la perfección la historia detrás de esa familia no era un secreto todos los trabajos que hacían y no, no eran los trabajos decentes aunque también les iba bien por esa parte, Kwangmin el alfa líder la familia era un gran empresario dueño de varias empresas, su esposa Haein era una reconocida diseñadora de modas que casi siempre estaba fuera del país, sus hijos mellizos los cuales eran alfas, Yunho que al igual que su padre era empresario aunque no trabajaba con su padre él prefirió empezar su propia empresa aliándose con su mejor amigo, y Ahin que también decidió irse por el camino empresarial pero ella si se quedó en la empresa de su padre.

Los cuatro tenían un gran carácter y eso los volvía intimidantes ante los demás, ninguno se dejaba de nadie, ni siquiera Haein y no necesitaba ayuda de su esposo, aunque a veces este se encargaba, Ahin no se dejaba menospreciar por los alfas de la empresa, y quien se burlará de ella no le iba muy bien empezando con que eran despedidos y después ya no volvían a encontrar trabajo en ningún sitio en el país, pero podían ser amables si se lo ganaban.

Y esa era la mejor parte de ellos, pero estaba la otra cara, una no tan legal, ellos no venían de una familia que ya tenía dinero por doquier, no por supuesto que no. Kwangmin comenzo a meterse poco a poco en negocios ilegales para poder pagarse la universidad, hizo aliados en su trabajo, de no saber nada lo aprendió todo quizas mas, y fue gracias a esos aliados que su empresa creció a pasos gigantes, después conoció a Haein y quedó perdidamente enamorado de ella, la cortejo y como no quería ocultar nada le contó de todos sus negocios, la omega en un principio se asustó y no era para más, pero volvió no por el dinero sino que se dió cuenta que Kwangmin era su alfa y que en el tiempo que la cortejo ella se enamoró, el alfa le prometió jamás meterla en sus negocios, pero ella igual termino uniéndose por su cuenta y con su carácter cosa que el alfa amo, a los dos años de casados tuvieron a sus mellizos y bueno ellos tendrían toda la libertad de elegir lo que quisieran hacer con sus vidas, al igual que su madre se metieron por su cuenta pero ya siendo mayores de edad.

Y esa era la familia Jeong, una de las mafias más poderosa.

Ahora bien, Yunho un gran e intimidante alfa, que tenía omegas, betas y algunos alfas detrás de él, a sus veinticinco años no pretendía tener una relación estable, prefería las cosas casuales de una noche, no quería deberle nada a nadie y menos darle cuentas a alguien, en todos sus años jamás había marcado a alguien ni por accidente y procuraba no embarazar a alguien, no quería ningún tipo de unión.

Pero está claro que a veces los planes no salen como se pensaban.

—Ahin— La rubia gruñó cuando su hermano la llamo.

—Estoy ocupada— El alfa que la acompañaba sonrió— ¿Que quieres?

—Ya vete a un hotel— Se burló, la alfa bien pudo levantarse y atacarlo pero si acompañante se lo impidió— Suerte, mi querida hermana.

—Bastardo— Bufó.

Yunho camino fuera de ese club para fumar, bien podía hacerlo dentro pero quería estar solo, o casi. Gruñó con fuerza al sentir el aroma de un omega que si conocía y que ya lo tenía harto, no era de su agrado que un omega se rebajará tanto solamente por querer su atención.

—¿Que haces aquí?— Preguntó demostrando su desagrado.

—Aun no terminamos de hablar, Yunho— El alfa alzo una ceja y dejo salir el humo del cigarro— Si me dieras una oportunidad podría mostrarte que soy un omega digno para ti, no importa que tipo de negocios tengas yo estaré junto a ti, tampoco importa cuántos hijos quieras— Yunho soltó un pequeño gruñido. El omega estaba por volver a hablar pero Yunho se lo impidió.

—Basta— El omega tembló al eschar el tono molesto del alfa— Sólo cállate, Yubin, no me interesa nada, ni contigo ni con nadie, así que toma algo de dignidad y déjame en paz.

—P-pero...

—Escucha, mi padre me crío para respetar a un omega siempre sin importar qué, pero sigue jugando con mi paciencia y conocerás una parte de mí que desearas no haber visto— Gruñó logrando intimidar al omega, quien se alejó de él y salió corriendo.

Yunho bufó, siguió con su tarea de fumar mientras disfrutaba del silencio de la noche. Disfrutaba tanto del silencio y más si fumaba, últimamente no había tenido tiempo pues tenía asuntos importantes como para darse el lujo de perder tiempo. Hecho su cabeza para atrás y expulsó el humo, esa noche era tranquila tal y como le gustaba, o al menos lo fue por cinco minutos pues después se escuchó a alguien gritar.

—¡Suéltame, Dongsik!¡Que me sueltes!— Yunho alzo una ceja al ver a una pareja discutiendo al otro lado de la calle, él prefería no meterse en asuntos que no eran suyos—¡Suéltame!— Pero se trataba de un omega que estaba por alterado y asustado, y ya más de una ocasión había pedido que lo soltará.

Su lobo le exigió ir a rescatar al pobre omega asustado y cuando notó que que ese omega lloraba dejó caer la colilla del cigarro la piso y cruzó la calle para salvarlo. Al principio no entendió la exigencia de su lobo pero al sentir ese aroma a manzana acaramelada lo entendió, no era un omega cualquiera, era su omega.

Y cómo recordarán Yunho se había planteado que no quería ningún tipo de relación fuera del sexo. Bueno eso se fue al demonio apenas el aroma del omega llegó a sus fosas nasales.

—Te dijo que lo soltarás— Sabía que pedirle amablemente que lo dejará no funcionaría, pues ese alfa tenía aires de superioridad.

—Largate esto no te importa, a menos que...— El omega jadeo de dolor cuando el alfa apretó con fuerza su muñeca— ¿También estuviste de puta con él?

Yunho gruñó odiaba esa palabra para referirse a un omega, así que alejó la mano de ese detestable alfa del brazo del chico asustado, estrelló la espalda del alfa contra la pared y apretro el cuello de este.

—Escucha muy bien imbécil, jamás volverás a tratar a un omega de esa forma, pero antes de que eso suceda le pedirás una disculpa— El alfa sonrió ladino y Yunho apretó más su cuello— Puedo hacerlo hasta que se rompa o dejes de respirar, puedes elegir.

El alfa miró al omega que estaba algo alejado.

—No lo vale— Soltó con dificultad.

Yunho sonrio y no respondió sólo rompió el cuello de ese alfa, dejó caer su inerte cuerpo y bufo. Se suponía que esa noche no haría nada pero bueno ya que más daba, giró para mirar al omega que ahora estaba aterrado por lo que presenció, su vista enfocaba al alfa a quien hace unos minutos le estaba gritando, se acercó con sutileza para que dejará de mirarlo, este tembló de miedo cuando acunó su rostro.

—Shh, no pasará nada— Murmuró, tapo sus ojitos cuando unos hombres que trabajaban para él llegaron y se llevaron el cuerpo de ese alfa.

Sostuvo el cuerpo del omega cuando se desmayo, bueno no esperaba menos lo había visto asesinar al alfa, así que lo cargo y lo llevo hasta su auto para llevarlo a su casa pues no sabía dónde dejarlo, igual no le molestaba no tenía ningún plan esa noche.

Su lobo le protestó en todo el camino por la forma en que se presento con su omega, si sabía que no fue la mejor manera pero se enojó y ya no podía no hacer nada.







Sí soy yo con una nueva historia.
Se me ocurrió hace unas semanas y me termine emocionando, espero que les guste ʕ◕ᴥ◕ʔ♡

⬭. ֶָ֪ 𝗜𝘁'𝘀 𝗻𝗼𝘁 𝗶𝗻𝘁𝗶𝗺𝗶𝗱𝗮𝘁𝗶𝗻𝗴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora