El fin de semana estaba llegando a su fin y un puntito de nostalgia invadía mi ser. Esos dos días con mi madre habían estado plagados de risas y charlas, algunas más profundas que otras pero todas igual de importantes, porque ella volvía a Roma y yo la echaría de menos una vez más. El domingo por la tarde volví a casa, mama y Salvatore querían despedirse de Carmina antes de regresar, entonces la Yaya nos esperó con té y una tarta casera da manzana que recordaba como una de las favoritas de Bárbara. Pasamos un último rato estupendo y cuando faltaban solo minutos para ir al aeropuerto recibimos una visita inesperada...
- Salut... – antes de que pudiese responder continuo – sé que dijiste que llamarías cuando acabes los estudios, pero... han pasado dos días más y sigo sin...
- ¡Ciao Elliot! – saludo mi madre acercándose.
- ¡Barbara quelle surprise! No sabía que estabais aquí – dijo mientras recibía los dos besos de mi madre.
- Vinimos solo por el fin de semana, ya nos estamos yendo de hecho o perderemos el avión... – Salvatore se acercó arrastrando la maleta de ruedas.
- Cojo las cosas y vamos...
- No hace falta, cogeremos un taxi...
- Claro que no – respondí mientras me adentraba hasta mi habitación por mi móvil, mi billetera y documentos.
- Debería estar enojada contigo por lastimarle, pero me caes bien – susurro mi madre a Elliot y él esbozo una media sonrisa – Elliot nos acompañara – dijo alzando su voz cuando regrese con ellos y yo le clave la mirada.
- No, no quiero molestar...
- No eres una molestia... venga, bajemos – insistió mi madre ignorando mis gestos desesperados porque desistiera de su idea.
El viaje hacia el aeropuerto fue incómodo. Bárbara y Salvatore se ubicaron en el asiento trasero, dejando a Elliot el lugar de acompañante. Mi madre fue la única que combatió el silencio contando sobre los paseos, las comidas y las dos películas que habíamos disfrutado juntos en esos días. Mantuve mi vista siempre en el camino, aún me daba nervios manejar pero más nervioso me ponía mi acompañante mirándome todo el tiempo. Al llegar, Salvatore bajo las pertenencias del maletero mientras yo me despedía de mi madre quien no quiso que entremos para aguardar con ellos la salida del avión, no le gustaban las despedidas, ni a mí, bueno supongo que a nadie le agradan. Cuando mi madre desapareció de mi vista volví al auto sin decir nada, me senté y me coloque el cinturón de seguridad entonces Elliot apoyo sus antebrazos en la ventanilla abierta del lado del acompañante...
- Ve, cogeré un taxi...
- No seas niñato, sube... – solté mirándolo por primera vez...
- Si subo tendré que besarte, es que no entiendes lo sexy que te ves al volante – no pude evitar sonreír ante su comentario y baje la mirada – si te ríes solo aumentas mis ganas...
- Vale, vale... – dije y volví a mirarlo con el rostro impávido – sube...
- Haz recibido un gran regalo por solo haber acabado el primer año... – soltó mientras se sentaba junto a mí.
- No ha sido por eso, pero es un gran regalo... – encendí el motor – igual... ¿cómo sabes que acabe? – consulte intrigado.
- Nunca dude de ti...
- Yo tampoco de ti... – dirigí mi mirada hacia delante – y así me fue... – solté seguro mientras llevaba mi mano a los cambios del vehículo.
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Yo, Bruno Bergeron
ФанфикBienvenidos/as !!! Aquí encontraran una historia ficcional basada en las series televisivas "Merli" y "Merli Sapere Aude", cuyo creador original es Héctor Lozano. Esta narración busca trazar una continuidad desde al final de MSA al epilogo de Merl...