Capítulo 038

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Después de haber vivido un alucinante día rodeado de amigos en el parque acuático, al salir de allí le cedi las llaves del coche a Pol y, confiando de forma plena en él, me dormí a los pocos minutos. Lo siguiente que recuerdo fue el contacto de su mano sobre mi muslo mientras pronunciaba mi nombre con suavidad para que despertara.

- ¿Qué hacemos aquí? – pregunte notando que nos encontrábamos en la esquina del apartamento de Elliot al tiempo que refregaba mis ojos y me incorporaba en el asiento.

- Quedo mi moto aquí antes que me arrastraras al parque – explico quitando las llaves.

- Dices que te he arrastrado como si lo hubieses pasado fatal – proteste mientras abandonábamos el vehículo.

- Gracias – soltó lanzándome las llaves por encima del capo del coche.

- ¿Por dejarte conducir?

- Por haberme arrastrado – aclaró dando la vuelta alrededor del automóvil para subir a la acera donde me encontraba – ha sido el día más divertido en mucho tiempo.

- Me alegro, podemos repetirlo cuando quieras si luego de reconciliarte tu novio el aburrido y controlador nos deja – solté picándolo y él esbozo una pequeña sonrisa

- Vale, vale, podemos... así me puedes acompañar otra vez al "King Khajuna", pero esta vez sin ponerte blanco como el papel – me pico divertido y yo le sonreí.

- Bueno me piro, estoy muriendo de hambre – comente pasando junto a él y golpee su bíceps a modo de saludo.

- Seguro hay pizza arriba, no creo que Oscar la haya acabado – soltó mientras yo rodeaba el coche para poder conducir – si quieres... podemos... – continuo aunque sin completar ninguna frase al tiempo que señalaba hacia el edificio y yo acepte su oferta.

Intrigados lo primero que hicimos al poner un pie en el apartamento fue ir a ver los avances de su hermano y nos sorprendió descubrir que prácticamente había acabado con lo que había que romper. Por suerte antes había cubierto los muebles con sabanas amplias pues ahora el polvo lo cubría todo y limpiar era trabajo de Pol, quien estuvo a punto de quejarse de la mugre que había dejado Oscar pero se contuvo al recordar que él le estaba ayudando.

Pol se dirigió a la cocina para encender el horno que calentaría nuestra cena, yo me dirigí a la habitación, me tumbe en la cama, cerré mis ojos y suspire con desgano recordando la pelea con Elliot. Volver al apartamento de algún modo era regresar a los problemas, las dudas. Estuve allí algunos minutos hasta que sentí la presencia de Pol, abrí mis ojos y le vi con la espalda y su pie izquierdo apoyándose en el marco de la puerta.

- ¿No te ha alcanzado la siesta en el coche? ¿Tan cansado te ha dejado el agua?

- Que va – solté negando – la he liado con Elliot y no sé cómo voy a arreglarlo – solté con honestidad y solo basto que lo nombrase para ver como Pol desviaba la vista y apretaba su mandíbula, aquel gesto me resulto extraño pero no le di mayor importancia.

- Puedo ayudarte si lo precisas, soy especialista en liarla – dijo después de dejar salir un suspiro – de verdad puedo... – agregó volviendo a mirarme y le interrumpí...

- Tú ni siquiera puedes resolver tus problemas con Alex ¿Cómo planeas ayudarme?

- Pues... – se encogió de hombros y se acercó hasta la cama – haciéndote compañía de comienzo – dejó caer su cuerpo junto al mío y me corrí para darle más espacio – y luego podemos bebernos una de esas botellas con etiqueta francesa que guardan por allá y olvidarnos de todo – propuso señalando la puerta mientras volteaba su rostro para verme y guiñarme un ojo.

Yo, Bruno BergeronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora