Yo, Bruno Bergeron

Capítulo 016

Llegaba tarde a la guardería por Mina y eso me tenía absorto en mis pensamientos cuando cruce la puerta de entrada y me tope, sin aviso, con alguien más, no alcance a verle pues fue tan fuerte el impacto que las carpetas que esta persona llevaba cayeron al suelo, incluso algunas hojas se esparcieron por el pasillo.

- Perdón, perdón, que gilipollas soy – dije mientras intentaba arreglar el desastre de papeles que cubrían el suelo entre nosotros.

- ¿Bruno? – preguntó extrañado y por un instante que pareció eterno mi corazón se detuvo, mi sangre se helo y un escalofrío recorrió mi espalda. No importa cuánto tiempo hubiese pasado, parece que jamás sería suficiente para serle indiferente. Alce la vista y ahí estaba, más guapo que nunca con la barba bien crecida y su cabello rubio desalineado, quise evitarlo pero me fue imposible: sonreí, sonreí como si nada hubiese pasado, sonreí como si nuestros últimos dos encuentros no hubiesen sido uno más humillante que el otro, sonreí como si no llevara casi dos años sin verle o tal vez justamente sonreí porque llevaba casi dos años sin verle...

- Pol ¿qué haces aquí? – consulté mientras le ofrecía los últimos papeles que recogí del suelo.

- Vine por un trabajo de filo – respondió mientras tomaba aquellas fotocopias y al hacerlo rozó mi mano, el contacto fue casi imperceptible pero basto para que supiera que todavía tenía la capacidad de encender mi piel. El cortocircuito de mi cerebro duró apenas unos segundos, de modo muy veloz volví en sí con una sola palabra en la cabeza "NO": no tenía permitido volver a acercarme a Pol, no quería hablar ni saber de él, no, definitivamente no.

- ¿Un trabajo de filo aquí? – pregunté confundido

- Sí, estoy haciendo unas entrevistas a profes de filo para la uni. La salida del bachi estaba cerrada así que me enviaron a salir por aquí.

- Que bien que sigas en la carrera, veo que mi padre no se equivocó contigo – "Como si lo he hecho yo" complete la frase en mi mente y él sonrió.

- Si todo sigue así me recibo en un año más – soltó contento.

- Ojala así sea – solté mientras pasaba junto a él – disculpa pero estoy apurado – aun creía que llevaba tarde a buscar a mi hermana.

- Pero ¿a dónde vas? – ¿de verdad lo estaba preguntando? ¿de verdad no tenía noción de que podría estar haciendo yo en aquel lugar? pero claro, ¿cómo iba a saberlo? si ni siquiera había sido capaz de ir a conocerla, siempre el mismo egoísta envuelto en sus propios problemas.

- Tengo que irme, llego tarde – avance hacia el pasillo correspondiente y entonces lo dijo...

- Mina no sale hasta dentro de media hora, porque supongo que vienes a recogerla ¿no? – me voltee y mi expresión de sorpresa mezclada con enfado debe haberme delatado – llevo dos semanas viniendo a hacer observaciones y entrevistas, no es difícil distinguir a un Bergeron o a una.

- Que suerte que finalmente la has conocido – solté con ironía y el respondió pronunciando mi nombre casi suplicando piedad – tengo que irme...

- No tienes que irte, quieres hacerlo que es diferente... pero si te apetece a mí me gustaría tomar un café contigo.

- ¿Para terminar cómo la última vez?

- No, esta vez preferiría que mi ropa acabe limpia... es que no tengo mucha ropa decente para venir aquí – reconozco que, aunque intente que no lo notara, el tono divertido de su voz me dio gracia y en algo tenía razón, no estaba apurado, faltaba un buen rato hasta que pudiera retirar a mi hermana así que acepte su invitación. ¿Qué tan mal podía terminar esta vez?