Capítulo 063

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Nota Pol

Mi cabeza daba vueltas aun antes de abrir mis ojos, Bruno tenía razón debía haber dejado de beber mucho antes pero qué más daba, era mi fiesta de graduación y el alcohol me había ayudado a olvidar para disfrutar: olvidar que Axel estaba allí y la farsa continuaba, olvidar que Bergeron estaba allí y yo no podía siquiera tocarle. Arrastrando mis pies y con los ojos entreabiertos fui hasta la ducha, el agua fría me espabilo y al dolor de cabeza lo ataque con analgésicos. Mientras tomaba mis medicinas habituales cogí el móvil, tenía más de treinta llamadas perdidas de Axel, varios mensajes de Oti y sólo uno de Ángel que me informaba que él, mi chaqueta y mi moto habían llegado sanos y salvos a su apartamento.

Esa tarde luego de una siesta y algunos analgésicos más, fui a buscar mi moto a casa de mi amigo, él me invito a pasar por un zumo y yo sonreí al poner un pie dentro de aquel diminuto apartamento al recordar la única vez que había estado allí...

- ¿Sonríes porque recuerdas lo bien que la pasaste con Bruno en mi cama? – preguntó con picardía hablándome al oído por detrás mientras cerraba la puerta, yo solté una carcajada – ¿Di en la tecla?

- No ha pasado nada con Bruno – respondí volteándome para verle – Ni ese día, ni ayer – aclaré antes que lo preguntase.

- Que desilusión – soltó con un suspiro y se acercó a la nevera para sacar el zumo – ¿Estás diciéndome que he tenido que soportar a tu novio por nada? – agregó mientras servía dos vasos.

- ¿Qué le has dicho? – consulte interesado.

- ¿Aún no has hablado con él? – preguntó abriendo sus ojos como platos y yo solo negué con la cabeza – Pues le he dicho la verdad, que me pediste que cogiese tu moto sin ninguna explicación – se sentó a la mesa y me hizo señas para lo imitase – No le he dicho que te he visto escapar corriendo con Bruno, como dos amantes fugitivos – soltó con tono más bajo y teatral mientras liberaba una risilla – Pero si tú dices que no ha pasado nada – se encogió de hombros antes de beber.

- Estoy diciendo la verdad, lamentablemente no ha pasado nada – aclaré de modo cansino – Tengo que resolver mis asuntos con Axel primero.

- ¿Y qué esperas?

- He venido a coger mi moto para ir a verle pero no sé si tengo las fuerzas – en ese momento sentí a su gata, Arepa, frotarse contra mis piernas – Fush, fush, vete con tu dueño – dije apartando mis piernas.

- Ven con papi gatita hermosa – Ángel la cogió en sus brazos – Él tío Pol no sabe lo tierna que tú eres, a él solo le gustan los perros.

- Gustarme, gustarme las tías y tíos... Pero los perros al menos hacen caso y no tienen esas garras asesinas.

- ¿Sabes porque te gustan más los perros? – alce mis cejas esperando su explicación mientras bebía mi zumo – Los gatos creen que son dioses, le gusta que los veneren, ellos son los dueños del hogar – explicó mientras frotaba su mejilla sobre Arepa – Los perros, en cambio, ven a sus dueños como los dioses, les gusta estar detrás de ellos todo el rato, venerarlos... y a ti Pol Rubio te encanta que te veneren – solté una fuerte carcajada – Te ríes porque sabes que es verdad... Venga – dijo poniéndose de pie – Mueve ese culo tan espectacular que tienes y pirate, ve a hacer lo que tienes que hacer...

- Acabo de llegar – protesté.

- Pues te has equivocado de sitio porque no es conmigo con quien debes hablar – sostuvo cogiéndome del brazo para levantarme.

- ¿Y si solo le mando un mensaje? – solté analizando esa posibilidad en voz alta.

- ¿Y perderte la cara de Axel cuando le digas que estás enamorado de alguien más?

Yo, Bruno BergeronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora