Amanecí con el típico dolor de cabeza que le sigue a una noche en la que te duermes empapado en lágrimas, el silencio de la casa me recordó que la Yaya no estaba y no regresaría por algunos días ya que había viajado a Zaragoza a casa de una amiga para festejar el resultado de sus estudios médicos. De momento entonces tenía dos caminos: pasarme el día entero en aquella cama maldiciendo mi vida por mis continuos fracasos amorosos o levantarme y buscar compañía para que aquel día se transformara en algo un poco menos depresivo.
Encendí mi móvil, una lluvia de mensajes y llamadas pérdidas por parte de Elliot cayeron de inmediato, los elimine sin leerlos y bloquee su número. En veinte minutos había organizado todo mi día: arrancaría yendo a entrenar con Rene y Antón, dos compañeros de la carrera de sonido que llevaban varias semanas invitándome para que me sume. Luego almorzaría en casa de Iván, no era el mejor consejero en temas del corazón pero sabía que no me juzgaría por sentirme un fracasado. Más tarde iríamos a visitar a Mina y de seguro acabaríamos paseando por el parque o la playa, Iván siempre votaba la primera opción, yo por la segunda y a Mina le daba igual siempre que no la hiciésemos caminar. Para cerrar el sábado acabaría cenando en casa con Sara y Ángel, que convenientemente tenían ambos la noche libre en sus curros.
El día salió tal cual lo planeado y lo mejor de él fue la sensibilidad de Mina. Siempre que Iván la visitaba ella no se despagaba de él, era normal lo adoraba como a un hermano más pero lo veía mucho menos que a Gerard o a mí. Ese día en cambio no se despegó de mí, como si entendiese lo mucho que necesitaba de sus abrazos o su risilla sanadora. Fuimos a la playa y con mi amigo acabamos mojando nuestros pantalones hasta la rodilla corriendo a Mina que se dirigía siempre directo al mar dispuesta a bañarse en las olas sin ningún miedo.
Estaba anocheciendo cuando mis ex colegas de uni llegaron a la casa. Les relate lo ocurrido con Elliot mientras Sara respondía con su típico sarcasmo y Ángel se abocaba a la cocina, había traído todos los ingredientes para preparar un típico plato venezolano: pabellón criollo. Yo había prometido aprender el procedimiento ya que era un plato que me encantaba pero la verdad es que no pude seguir el tren de mi amigo que, como siempre, rebosaba de energía. Cuando acabamos el exquisito plato Sara propuso ir a por un helado pero su idea fue rechazada, en cambio, Ángel me obligo a cambiar mi vestuario para ir por unos tragos y un poco de música a la discoteca. La combinación desengaño amoroso, discoteca y yo no habíamos funcionado bien en el pasado pero mis amigos prometieron cuidar de mí y acepte. No os miento cuando digo que lo intentaron, pero controlar a un Bergeron herido no es tarea sencilla y las cosas no acabaron bien.
Los golpes repetidos en la puerta me despertaron, la cabeza me dolía aún más que la mañana anterior. Abrí los ojos desorientado, no estaba en mi habitación si no en el sillón del living. Me senté, llevaba puesto mi jean y el torso descubierto, los golpes en la puerta continuaron "¡Ya voy!" grite y sentí una punzada en mi cerebro. Estire mi brazo para coger la camisa que estaba en el suelo, la acerque para ponérmela pero su olor daba asco, de seguro más de un trago se había derramado en ella. Volvieron a golpear y me puse de pie fastidiado, entonces note que llevaba puesta solo una zapatilla, me la quite empujándola con el pie descalzo y fui hasta la puerta pensando en cuál sería la mejor forma de recibir a aquel impaciente visitante, mis opciones eran: un golpe de puño en el estómago, una bofetada a mano abierta en el rostro o tal vez una escupida.
- ¿Qué te ha pasado? – soltó barriéndome con la mirada – ¿estás bien?
- He estado en mejores condiciones...
- ¿Dónde estabas? – preguntó entrando a la casa y yo cerré la puerta tras él.
- ¿Y a ti que te pasa? – dije alzando un poco la voz y la punzada en mi cerebro se repitió – ¿Por qué tanta preguntadera? ¿y porque golpeas así? estaba durmiendo...
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Yo, Bruno Bergeron
Fiksi PenggemarBienvenidos/as !!! Aquí encontraran una historia ficcional basada en las series televisivas "Merli" y "Merli Sapere Aude", cuyo creador original es Héctor Lozano. Esta narración busca trazar una continuidad desde al final de MSA al epilogo de Merl...