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Dándole un sorbo a su café, la castaña despegó la mirada de su libro para suspirar gustosa. Luego de volver de sus clases y poder estudiar sin apuros para sus exámenes finales, pudo darse un tiempo para ella y simplemente disfrutar de sus lecturas favoritas mientras bebía su café, caliente y bien cargado; su favorito.

Al notar como la rubia entraba repetidas veces a su habitación para observarse en el espejo de su habitación, cambiando sus atuendos entre vestidos de fiesta y faldas de tubo junto a botas de plataforma, hizo que la castaña apartara su mirada de su lectura mirándola con extrañez.

—¿Saldrás a algún lado? —preguntó mirándola con extrañez, haciendo que su amiga asintiera para luego bufar para ella misma.

—Debería usar el vestido platinado ¿verdad? —preguntó sin dejarla responder— Olvídalo, me cambiaré —se quejó para ella misma saliendo de la habitación, haciendo que Maddison la observara con extrañez quedando con las palabras en la boca.

A veces realmente no entendía a su amiga. 

Cuando volvió a la habitación usando la prenda mencionada junto a sus botas de plataforma color negro, junto a su maquillaje sutil pero atrapante luciendo sus ojos oscuros azules, sonrió gustosa frente al espejo.

—¿A dónde vas? —interrogó con el libro en sus manos, mientras Emily se arreglaba su vestido frente al espejo. Ésta volteó su mirada a su amiga con una sonrisa.

—Saldré con mis amigas —dijo arreglando su cabello rubio mirando su reflejo— Kell consiguió entradas para un club exclusivo ésta noche.

Al escucharla volvió a dirigir su mirada a su lectura poco interesada.

—Creí que mañana tenían ensayo de la presentación del muestrario —le recordó volviendo a mirarla, haciendo que la rubia guardara silencio.

Como uno de sus proyectos finales, Emily junto a sus compañeras debían exponer una especie de muestrario de modas; luciendo todas sus creaciones de diferentes estilos, retocados y colores. Era la actividad más importante del año en su carrera.

—Podemos moverlo para otro día —se excusó, haciendo que la castaña rodara los ojos para ella misma por su irresponsabilidad— Aún queda una semana, además... tendré tu ayuda como modelo —le sonrió.

Maddison se quejó por lo alto al recordarlo.

—No me lo recuerdes —se quejó la joven de ojos verdes.

—Ya no puedes arrepentirte, Cadwell —la apuntó a la lejanía entrecerrando sus ojos, generando la risa de su amiga.

—Te prometí que estaría ahí —dijo frunciendo el ceño mientras su amiga se ponía un collar, riendo por su expresión— Soy una mujer de palabra.

—Claro que lo sé querida, por algo te lo pedí a ti —le sonrió burlona, generando una mala mirada de la castaña. Antes de salir de la habitación de su roomie, volteó en su dirección— ¿Segura qué no quieres acompañarnos? —le insistió haciendo puchero— Puedo prestarte ese vestido negro de seda que hice, te quedaría maravilloso.

Maddison le sonrió por lo bajo.

—No, gracias —dijo sonriéndole a pesar de no gustarle su sugerencia— No sé si lo recuerdas, pero quiero descansar. Mientras más lejos me mantenga de bares, mejor.

Su amiga la miró suspirando sin opciones; no podía obligarla a ir siendo ella la que le había insistido tanto en tomarse unos días de descanso, no podía presionarla a que hiciera todo lo contrario a sus mandatos. Además, la castaña no era muy buena para salir de fiestas.

just him | sebastian stanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora