just him | sebastian stan

18

—¡Maddison!

Esa maldita voz; con sólo escucharla quedó completamente petrificada en su asiento. Ni siquiera le dio el tiempo para reaccionar, estaba temblando del miedo y aún no había volteado a ver su rostro. Aunque no tuvo que hacerlo, el fuerte agarre en su antebrazo la hizo levantarse sin darle la oportunidad de hacerlo por su cuenta.

Sabía que se trataba de él.

—Así quería encontrarte —habló el hombre de contextura media; cabellos oscuros y mirada penetrante de grandes ojos verdes con una pizca de avellana en los bordes de su iris. Tomándola fuertemente de su brazo, sin dejarla soltarse de su agarre a pesar de que forcejease para hacerlo— ¿Me extrañaste, cariño?

Lo único que pudo sentir Maddison en ese momento fue pánico. Quería alejarse de él lo antes posible, no quería tenerlo cerca. No pudo evitar sentirse una tonta al no ser más precavida y poder haber prevenido el numerito que Nathan iba a montarse en ese momento.

Quería que la tierra simplemente la tragase.

—Nathan, déjala ya —advirtió el castaño de cabellos ondulados; a lo que el hombre frente a él sólo pudo reír a su intento de intimidación. 

—¿O qué? —desafió en una risa— ¿Vendrás a golpearme?

Incapaz de quedarse de brazos cruzados, se acercó hasta el hombre para intentar que dejara en paz a su amiga de una buena vez; pero lo único que consiguió fue un empujón lo bastante fuerte de su mano desocupada, tirándolo al suelo con fuerza. Mientras todos eran espectadores de la escena, sin hacer absolutamente nada por ellos. 

—No vuelvas a intentar acercarte, idiota —advirtió.

En ese momento la impotencia invadía su pecho, notando como el círculo de personas no haría nada por ella; una simple chica siendo agredida por su ex abusivo. Todos condenan ese tipo de acciones, pero cuando la tienen en frente no hacen nada. Sólo una mente totalmente egoísta podría ser testigo y cómplice de una escena violencia así. 

La rubia, intentando hacerse paso entre la multitud para ver que demonios ocurría; pudo sentir el mismo pánico que su amiga estaba sintiendo en ese momento al ver la escena frente a sus ojos. Ver al ex abusivo de su mejor amiga tomándola fuertemente del brazo, sin mencionar que Matthew se encontraba en el suelo, solo la hizo enfurecer.

—¡Oye pedazo de imbécil! —se hizo paso entre las personas; haciendo que Nathan volteara en su dirección con su expresión de burla. Emily siempre fue un obstáculo para él, evitando que la castaña fuera de él siempre que quisiese— Déjala en paz.

—¿Tú también vienes a defender a tú amiga? —preguntó burlón, mientras la rubia sin dudarlo se acercaba hasta él— Si no quieres salir herida tu también será mejor...

El sonido del impacto de su mano en su rostro hizo que reinara el silencio.

Lo único que se escuchó después de eso fue una exhalación de sorpresa de la multitud a su alrededor; mientras la rubia intentaba levantarse con dificultad tras el fuerte empuje del hombre frente suyo, que aún mantenía su mano en su mejilla tras el ardor del golpe. Matthew la ayudó a levantarse rápidamente; cerciorándose de que Emily estuviese bien. Claramente lo estaba, pero lo único que le importaba era que su amiga lo estuviese.

Y claramente ella no lo estaba.

—Nathan, por favor —le suplicó la castaña, sintiendo el nudo en la garganta que le impedía hablar.

—Te dije que no te librarías de mi tan fácil, Maddison —no dejaba de agarrarla por su brazo con fuerza, a pesar de que ésta luchara por soltarse de su agarre— Asume tus consecuencias.