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Mientras entregaba a los clientes frente suya sus tragos con una sonrisa forzada, finalmente suspiró pesadamente viendo como éstos se alejaban de su dirección, cansada. Ya habían pasado un par de días desde el muestrario; y honestamente, Maddison se sentía agotada en todo sentido.

Los exámenes finales la estaban matando lentamente, el final de semestre lo sentía en toda su expresión, con todas las consecuencias que ello acarreaba; litros de café, horas sin dormir y múltiples dolores de cabeza, sin mencionar el estrés que sentía, que atraía otros síntomas y sensaciones, como sentir ansiedad y nerviosismo todo el día.

Lo único que la mantenía con ánimos últimamente; era que sólo le quedaba un semestre para poder graduarse, salir de ahí y comenzar a oficializarse en lo que ella quería; la literatura y la escritura. Tal vez con un trabajo menos agotador como lo era trabajar de noche como bartender, con la libertad de tener más tiempo libre para ella misma. Maddison suspiró para ella misma, esperando poder lograrlo.

Y desgraciadamente, además del cansancio mental que sentía por el estudio y su situación emocional, sin siquiera mencionar al castaño; debía volver a su despreciable realidad laboral, teniendo que soportar al cretino de su jefe y las pocas horas de sueño en su cuerpo. Despejando los pensamientos negativos de su mente, comenzó a limpiar la barra frente a ella, esperando a que el tiempo pasara lo más rápido posible. Aún le quedaban dos horas para salir y parecían una verdadera eternidad.

—Maddison —la llamó su compañera, haciendo que la joven de ojos verdes le dirigiera su mirada en un instante— Llegó algo para ti, está en la puerta trasera.

Ésta la observó confusa, frunciendo el ceño.

—¿Para mi? —su compañera pelirroja asintió.

Por la reacción de la castaña; ésta no tenía idea de que se trataba.

—¿Quieres qué te lo traiga? —le ofreció.

Claramente todos en el local sabían lo molesto que era Jordan con la castaña y la razón del porque era así con ella; por lo cual, intentaban ayudarla siempre que podían. Maddison sonrió asintiendo.

—Por favor —le pidió encarecidamente— Si Jordan me ve dejando la barra un segundo de seguro me despide.

Sonriéndole comprensiva, su compañera asintió volviendo a la parte trasera donde se encontraba el supuesto pedido para la castaña, generando algo de incertidumbre en ésta. Al volver a la barra, viéndola llegar con un ramo de tulipanes blancos junto con pequeñas decoraciones del mismo color; la miró extrañada.

—¿Es para mi? —cuestionó confusa.

Su compañera nuevamente asintió afirmativa mientras le entregaba el ramo de flores, riendo para ella misma por la extrañada reacción de Maddison. Al parecer; era un regalo sorpresa, o eso podía deducir por la confusión de la castaña.

—Tiene tú nombre, así que supongo que sí —la castaña se mantuvo en silencio, viendo como en la etiqueta salía claramente su nombre.

—¿Viste quién lo trajo? —cuestionó.

—No, alguien más lo recibió —lamentó, para finalmente mirarla burlona, notando como la castaña no quitaba su mirada del ramo de flores— Deben quererte mucho para mandarte un ramo así, campeona —la molestó alzando sus cejas.

La castaña rodó los ojos mirándola mal mientras la pelirroja caminaba hacia una de las mesas riendo burlesca; desde que la conocía, Blake era bastante burlona. Llevaba el mismo tiempo que Maddison en su trabajo, con la diferencia de que ella no le desagradaba tanto  trabajar ahí como a la castaña. La pelirroja ganando algo de dinero para su diario vivir, estaba satisfecha. 

just him | sebastian stanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora