Mientras contemplaba la vista que daba su ventana a la iluminada ciudad de Nueva York aquella noche, el par de mujeres ya iban en un taxi con dirección a su próximo destino; el hogar del ojiazul. Maddison sentía que los nervios la comerían viva en cualquier instante; claramente sin saber que tenía en mente el castaño para la noche, pero sentía que debía confiar en él a pesar de sus nervios. Volteando a su amiga, notándola en doble de nerviosa, sonrió para ella misma.
—¿Nerviosa? —preguntó, francamente sabiendo la respuesta.
La rubia ahogó un suspiro dirigiéndole la mirada.
—Muy nerviosa —afirmó jugando con el borde de su vestido, doblando la tela color burdeo entre sus dedos— Espero no haya sido una mala idea venir hasta aquí.
—No lo será —le aseguró la castaña, tomando sus manos para que la rubia evitara seguir jugando con el dobles de su prenda— De seguro todo saldrá increíble —sonrió.
Tras la palabras de la castaña, su amiga dirigió su mirada a su frente suspirando; tratando de convencerse de las palabras de aliento de Maddison, volviendo a sonreír un poco más tranquila. A pesar de sus nervios, confiaba plenamente en la castaña; aunque se estuviese equivocando, necesitaba creer que todo saldría bien aunque tal vez no fuese particularmente el caso.
Luego de unos minutos de viaje; notando como el ambiente en las calles de ciudad lentamente se hacía más costoso, alejándose del centro de Nueva York, finalmente habían llegado hasta su destino sin convenientes algunos. Maddison, viendo a su alrededor, realmente creía que era una broma por parte del castaño; pero al parecer vivía en uno de los barrios más exclusivos, pero no siendo realmente excesivo, evidentemente otras celebridades tendrían mansiones o casas muchísimo más grandes que esas.
Pero para Maddison, le era impactante de igual forma.
Bajándose del vehículo luego de pagar su viaje, miraron a su alrededor algo confusas y realmente consternadas. Emily conocía el departamento de Chris en profundidad, que era igual de costoso pero dentro del mismo centro de la ciudad; pero a Sebastian no le gustaba mucho rodearse de gente, optando por una opción más alejada de la ciudad, en comparación a su amigo que no le molestaba estar en el centro de los paparazis y el ajetreo de Nueva York.
—¿Estás segura qué es aquí? —murmuró la rubia a la castaña.
Antes de que ésta pudiese responder, el ojiazul apareció frente a ellas; robándole las palabras de la boca a Maddison al verlo con su traje color negro, sonriendo al notar la presencia de ambas, específicamente de la castaña, viéndola usar su vestido color nude oscuro junto a una chaqueta. La joven de ojos verdes sólo pudo observar al castaño sin decir palabra.
Evidentemente, el negro era su color.
—Me alegra que hayan venido —saludó a la rubia con un corto beso, generando una ínfima molestia en su estómago por tal detalle; además de dirigirse a ella primeramente— Honestamente... creí que no vendrían —sonrió.
—Pero aquí estamos —respondió Emily en una risa; haciendo que el castaño imitara su acción, obligando a Maddison reír al coro de ellos.
Claramente no iba a ser la diferencia frente al par. Dirigiéndole la mirada, Sebastian se acercó a ella simulando saludarla, tomándola desde su cintura baja para acercarla discretamente hacia él.
—Luces maravillosa como siempre —le murmuró besándola cortamente en su mejilla.
Maddison rogó que la rubia no notara sus mejillas enrojecidas por su acción; separándose de él con una corta sonrisa, bajando su mirada mientras jugaba con sus mechones castaños frente a su rostro.
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just him | sebastian stan
Fiksi Penggemaroh, oh, luxury... donde sebastian creía que el dinero compraba la felicidad, hasta que la conoció a ella. ❝―no vas a comprarme con dinero y juegos sucios, señor stan❞ sebastian stan x fem!oc © tylersticker. publicada: 14/01/22