Capítulo 11

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Juliette

Ha pasado una semana desde la fiesta y Emma no para de hablar sobre los mensajes que le escribe Amber para saludarla últimamente - claramente hicimos el cambio de números tal como lo planeamos -.

Emma estuvo insistiéndome que debíamos vernos en mi casa para contarme algo extremadamente importante. Posiblemente esté exagerando porque siempre lo hace.

- Te tengo que decir algo pero no te burles de mi. – Agrega.

- Sí claro, puedes contarme lo que quieras, lo sabes.

- ¿Crees que sea buena idea invitar a salir a Amber? – Me quedo unos segundos en silencio procesando lo que acaba de pasar – Como amigas... claro – Añade rápidamente al darse cuenta de que ya le estoy clavando la mirada.

- Soy todo menos estúpida, dime la verdad. – Le repito.

- Bueno, tal vez puede que tenga más adelante segundas intenciones pero es todo. – Masculla un poco apenada.

Honestamente no sé qué decirle.

- Sí, claro. – Quise decir decidida pero la voz salió un poco insegura.

- ¿Me lo dices en serio o solo me lo dices porque sabes que es lo que quiero escuchar? – Pregunta al ver que no estoy del todo conforme.

- Sinceramente no sé... Creo que lo pueden intentar pero llevas muy poco hablando con ella. Pero aún así, si es lo que quieres voy a apoyarte Em. – Los Aries no soy muy inseguros al tomar decisiones muy importantes, eso si que lo sé. Necesitan siempre la aprobación de los demás. Pero eso sí, cuando toman una decisión no hay nadie que los detenga.

- Bien, intentémoslo. – Procede a retirar su celular de su bolsillo y veo que unos pocos segundos después empieza a escribir algo en el teclado, lo cual no alcanzo a ver. Nota mi inquietud y me responde. – Le estoy escribiendo.

Eso era algo bastante obvio, sin embargo prefiero no mencionar nada más por el momento. Segundos más tarde se rompe el silencio nuevamente.

- ¿Crees que es mejor ir al cine o comer helado? - Quiere saber.

- Ir al cine y comer helado.

- Inteligente. - Procede a escribir algo y la noto algo impaciente.

- Cálmate, dirá que sí. Es tauro. – Le recuerdo.

No pasan más de dos minutos cuando recibe una notificación. Acto seguido sonríe y empieza a escribirle de vuelta.

- ¿Qué dijo? – Cuestiono.

- ¿Cómo sabes que es ella?

- Tu estúpida sonrisa me lo dice todo. – Digo volcando mis ojos.

- ¡Ashh! – Bufa.

- Solo me ha respondido hola y está escribiendo. Dios, que nervios. – Dice casi gritando.

Mi mejor amiga se preocupa por muchas cosas... entre ellas por gente que acaba de conocer.

Tarda mucho escribiendo pero lo único que responde es un simple: Sí, claro.

- Quedamos mañana en la tarde, a las seis. Pasaré por ella. – Le dedico una larga mirada algo impresionada. Emma nunca trata a la gente así, no sé si debería preocuparme como lo cáncer que soy.

- ¿Así que pasarás por ella?

- Sí – Exclama entre risas – ¿Qué te pasa? ¿Estas celosa?

- No, para nada. – Digo con un poco de sarcasmo – Solamente me parece... un poco extraño.

- ¿Raro que vaya a recoger a alguien que conocí hace apenas una semana? No, para nada. – Dice sarcásticamente.

- Nada. Es lo más normal del mundo.

Lo primero que se pregunta es el signoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora