3. Conejo lunar sin luna

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— ¿De verdad? No creo que este funcione.

—Es el único Omega, hay que llevarlo.

Le molesta el collar en el cuello, más aún que tenga correa.

—Puedo caminar solo. —El beastman doberman da una risa y extiende la mano para que la tome. Sus orejas se levantan lo más que pueden, su expresión espantada. Es jalado del brazo para no ver atrás. El sonido de los disparos continúa y algunos chillidos también. Abre y cierra la boca, sin lograr preguntar nada.

Da un grito de susto por pisar un charco rojo que sale de la puerta de un departamento. Ve cuerpos tirados en el piso. Es cargado por el beastman con traje de oficial y el sonido no deja de repetirse. Lo meten a un camión con varios otros conejos. Donde él es el único Omega, el único con orejas caídas y el único sin ninguna mancha en alguna parte de su pelaje o cabello.

~ * * * ~

Está en una especie de guardería u orfanato de conejos. Todos menores de catorce años, con sus orejas levantados y energéticos. De vez en cuando vienen personas a buscar a quien adoptar. Se llevaron a sus cinco hermanos restantes y que no fueron asesinados en casa. Sabe por qué pasó:

Hay sobre población de conejos por su natalidad alta y la controlaron así; erradican a los padres, más de la mitad de las crías y salvan a los que tengan más potencial.

—Él es bastante obediente. Tiene seis años, sabe leer, escribir y está aprendiendo a bailar. —levanta la cabeza y mira a la pareja. Una mujer Alpha y un hombre Beta. Ambos le dan una mirada de indecisión o mejor dicho, desagrado. Esa clase de gesto que haces cuando en una tienda te ofrecen algo que, a pesar de la buena presentación, se sabe de mala calidad.

—Quisiéramos uno normal, ya sabe con las orejitas levantadas. —aclara la mujer con las manos en la cabeza para emularlo.

—Oh, entiendo, en ese caso...

Y se alejan. Como todos los demás a quienes lo presentan. Continúa garabateando en su hoja de papel.

. . .

— ¿Eh? ¿Otra vez sin grupo?

Jimin asiente a la encargada. Una beastman de oso panda. La toma de la mano y pasean entre los grupos de niños que se apartan para no acabar con él inmiscuido. Solo es hacer grupo para compartir pinturas y un bote con pinceles. No harán mucho más.

— ¿No pueden aceptar a Jimin en su grupo? Deben ser buenos entre todos. —dice la cuidadora y los niños sacuden la cabeza.

— ¡No! ¡Es feo y llorón! ¡No lo queremos aquí!

—No seas tan grosero—Regaña la cuidadora—. Ni modo, vendrás a pintar conmigo ¿No es genial? —Jimin sonríe penoso y la sigue.

Todos los conejos que había se fueron, reemplazados por muchos más y ninguno es blanco, ninguno tiene las orejas caídas y ninguno lo quiere cerca. Dicen que es feo por sus pestañas pálidas; las orejas largas como dos coletas y los labios gordos junto a los cachetes. Las cuidadoras hacen sus mayores esfuerzos por hacer que se acople, así como conseguirle alguien que lo adopte como mascota. Sin éxito ninguno.

~ * * * ~

— ¿Tú escribiste esto?

Asiente con la cabeza al Alpha que vino a hablar con él. Las encargadas asomadas para asegurarse de que no haga nada al Omega de diez años. El hombre se inclina un poco hacia adelante.

—Los conejos no pueden hacer esta clase de cosas, mucho menos publicarlas—Le informa y Jimin baja la mirada—. Sin embargo, considero que tiene mucho potencial. Uno que podría explotarse si se siguen ciertas reglas.

— ¿Podría salir de aquí con eso? No me importa, solo quiero irme.

Jimin no se da cuenta de que se trata de un beastman serpiente. Los ojos rasgados, doble parpado, piel escamosa bajo su traje. Una pitón. Una de las principales clases de beastman que suelen adoptar conejos y poco tiempo, se sabe que están muertos por haberlos devorado o asesinado a gusto.

La pena no es mucha, son conejos. Son mascotas y se reproducen sin parar. Una docena menos es indiferente. Tal como para el centro -no así las cuidadoras-, da igual que sea él quien se lleve a Jimin. Tras demasiado tiempo, finalmente pueden deshacerse de ese conejo pálido con orejas caídas.

~ * * * ~

Toma el libro de tapa gruesa y dura. Bonitas ilustraciones y donde dice que el autor es Choi Sang-Woo. Revisa el interior y todo está como recuerda haberlo escrito. Incluso los dibujos; INCLUYEN un lunar dentro de la oreja derecha del conejo; están pintados como hizo en sus rudimentarios bocetos al enviar el borrador la editorial. Le gusta escribir.

Mucho.

Muchísimo.

Tanto como bailar.

Son sus dos actividades favoritas.

Cierra el libro y vuelve a ver el autor. Un nombre que no es suyo, sino de quien lo adoptó. El acuerdo es simple: Jimin escribiría más cosas como ese cuento infantil, Sangwoo las presentaría como suyas a la hora de publicarse; a cambio lo mantendría bajo su tutela para que viva "libre" como quiere sin estar en un centro de adopción. Ambos ganan. Más o menos.

—Es todo un éxito. La gente lo ama—informa Sangwoo y Jimin se hace una oreja atrás—. Te presentaré como mi acompañante cuando haga falta ¿Recuerdas las otras partes de nuestro acuerdo?

—No decirle a nadie que soy el autor y no tener Alphas o Betas conmigo.

—Bien, entonces puedes acomodarte.

Mira su habitación. Es grande con muebles bonitos. Un espejo con el que puede verse del todo. Se cubre la boca con una mano, la manga larga le hace ver más pequeño. Sus orejas caídas y blancas en contraste con la ropa gris.

No Alphas o Betas.

No decirle a nadie la realidad.

Fingir ser su mascota.

Puede con eso. Da igual de todos modos ¡Está fuera! Ya nadie más podrá rechazarlo de nuevo. Decir que tiene algo mal... todo eso acabó finalmente. Aunque pensó que cuando eso sucediera, no se sentiría tan solo como siempre.

Bunny Moon || VMinKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora