1.2 Lobo libre, pero solitario

2.5K 446 39
                                    

— ¡Eres un ingrato! ¡No puedes hacerme esto! ¡No puedes...!

—Ya lo hizo, Sra. Jeon. Es mi deber informarle que, si continúa gritándole, será multada.

La mujer da un quejido lloroso y rabioso. Sus puños apretados y rostro rojo. Jungkook se mantiene con la cola en un balanceo constante, sus orejas algo caídas y acabando de guardar sus pertenencias en una maleta. Sacude la cabeza para apartar el mechón de cabello blanco que viene a su rostro.

— ¡Es mi beastman!

— ¡NO SOY UN PERRO! —chilla Jungkook repentinamente alterado.

Cierra la maleta y retira de la habitación casi claustrofóbica. Papel tapiz con estampado de huesos, collares y correas de perro; cestas con juguetes de goma de la misma índole; fotos familiares donde está apartado, usando un collar con una placa. La mujer de traje lo sigue de cerca. Baja y pequeña, mujer Alpha, representante legal de su caso.

Caso en el que decidió dejar de ser el beastman de la familia jeon.

La sociedad permite y ve como signo riqueza tener un beastman. A más exótico, mayor el caché. Sin embargo, al mismo tiempo dan posibilidad de cambiar ese estatus. Reconocen que los beastman tienen lo mismo de persona que de animal. Si desean quedarse como mascotas, pueden hacerlo e incluso hay un listado de cosas que a Jungkook le fallaron.

Se sentía una mascota, un perro, un animal. Tener un collar en el cuello, no poder comer en el comedor sino en el piso; los regaños, la ropa; negarle cualquier gusto que fuese "humano" como pintar o la música.

Se escapó, fue a la estación de policía a reportar que quería independizarse e inició el proceso. La base fue genial: es un beastman lobo, pero siberiano. Impropio de Corea. Recuerda a sus padres, de que lo separaron de ellos. Llegó aquí por contrabando, hijo de una familia beastman independiente. Presentó una evaluación para demostrar conocimiento suficiente para vivir solo y no ser una carga o necesitar una familia de acogida.

Ganó. Todo lo que pidió lo obtuvo. Independencia, orden de alejamiento de la familia Jeon, diez millones de wons -gastados en comprarse un departamento-, acompañado de una mensualidad hasta que llegue a sus veintiún años.

—Nosotros te dimos una familia y nos apuñalas por la espalda. Eres un animal sarnoso. —Culpa el hijo mayor de la familia. Jungkook no dice nada.

— ¡Suerte por ahí! ¡No duraras nada! Perro malcriado. —farfulla el hijo intermedio, cruzado de brazos.

—Mamá, se van a burlar si se enteran de que nuestro beastman se fue ¿¡Qué voy a decir en la escuela!? —quisquilla la hija menor, alterada y asustada. La única Omega en casa. Los demás son betas.

—Di que lo echamos... Por ser un perro de poca monta.

Sube al auto y recuesta de la puerta. Es un día horrible, su propia capacidad emocional a pique; al mismo tiempo ¡Está feliz! ¡Es libre! No tiene que aguantar un silbato de entrenamiento, estar amarrado a un poste en la calle, desnudarse frente a las amigas de la hija Jeon. Nada. Es libre de vivir como desee.

~ * * * ~

Le va bien. Usa su mensualidad para pagar cursos de arte, música, canto, tatuaje, todo lo que se cruza. No sabe que quiere, que no quiere, es odioso. Se pintó el cabello y pelaje de negro para ser un poco más parecido a los lobos que hay en Corea. Aunque ocupa la mente en eso, se siente solo.

Muy, muy solo.

Indiferente a las nuevas amistades.

A los logros que obtiene.

Es libre, pero está muy solo.

Concluye un curso de arte digital, hace comisiones por internet; por un amigo empieza a producir música que va bien, musico y cantante independiente; empieza a gustarle la fotografía, pintar con acuarelas. Su vida es un caos de tantas cosas entre mezcladas que al final no llegan a nada ¿Por qué? Porque se siente solo y con ello, es como si cualquier rasgo positivo se anula.

Quiere un compañero.

Quiere un Omega.

Quiere un conejo lunar.

¿Qué es lo más extraño? Todas las noches lee el mismo cuento con hojas gastadas, colores pálidos y un poco amarillentos. Media hora de su noche se va, siempre y sin falta, en leer el cuento del Conejo Lunar. Diría que no hay nada que ame más que ese cuento.

No se trata de que quiera a un conejo por ser un conejo, ser blanco, tener orejas caídas, esas solo son señales de que es el correcto; lo quiere porque anhela lo que representa: una compañía fiel, amable, cariñosa y eterna. Sea por su propia madurez en crecimiento, es imposible no sentir la necesidad de protección, de que, si tiene a alguien a quien amar, no haría otra cosa que adorarlo hasta que duela.

Quiere un conejo de la luna y por ello...

—De verdad prometo aullar todos los días ¡Molestaré a los vecinos si hace falta! Quiero... quiero dejar de estar solo... —gimotea viendo por la ventana. La enorme luna llena en el cielo. Brillante y blanca. Da chillidos perrunos, las orejas caídas y su cola quieta sobre sus piernas.

~ * * * ~

Dejó un encargo en la universidad de ciencias humanísticas. Fue un punto de encuentro algo extraño para entregar, pero no tuvo de otra. Se siente aun desanimado. Ha pedido desde que es niño por un conejo de luna. No llega. Parece que ni siquiera existe, no obstante, eso no va a hacer que se rinda.

Por tener la moto en el taller debe irse en bus, lloverá dentro de poco, lo percibe; ve que en la parada de autobús hay un grupo de personas molestando a otra. Blanquea los ojos. La lluvia venidera lo pone de malhumor. Los espanta sin mucho problema y-

Su cola empieza a moverse.

Es un conejo albino, con orejas caídas.

Agradece, pero Jungkook no presta atención de verdad. Hace un esfuerzo por controlarse y finalmente presentarse—: Me llamo Jungkook. Jeon Jungkook.

Su cola no deja de moverse y se siente demasiado nervioso. Es un conejo bonito. No ha visto muchos. Este lleva collar en torno al cuello, por lo que es soltero y sin marca. Una directa señal a que puede acercarse al menos un poquito. Lo suficiente para no asustarlo. Temas de presa y depredador. Podría asustarlo.

—Park Ji-Min, un gusto.

Se queda en silencio un momento y:

—Eres un conejo albino.

Jimin no capta el deje emocionado en ello.

—Nunca había visto un conejo como tú. Blanco y con las orejas caídas. —Añade como un niño pequeño y emocionado.

— Eh ¿Vale? M-me alegra que descubriera algo nuevo. —dice Jimin, confundido.

— ¿Estudias aquí?

—No.

Jungkook se muerde los labios un instante y se ríe tonto.

—Eres muy bonito.

Nota que se sonroja, arruga la nariz y no deja de mover la cola. Empieza con cosas pequeñas, simples y sutiles.

Jimin saluda de regreso, a veces se dan apretones de mano o un abrazo; empezó a regalarle comida y la aceptó, también que le prestara su chaqueta, la cercanía, platicas pequeñas. Si un Omega no te aleja para ese momento y te corresponde con aroma ¡Es porque está dando permiso a cortejarlo! Y quiere asegurarse de hacerlo bien.

Además de no asustarlo. Son relativamente desconocidos aun. Sería normal que desaparezca. Dibujos, detalles como cuadernos -lo ha visto escribir mucho dentro de la biblioteca-, plumones de colores; dibujos después de tomarle fotos -tras pedir permiso-.

Jimin corresponde a todo.

Bueno, casi todo, pero han sido detalles sociales tontos. No cuentan.

Así que ¡Puede seguirlo cortejando! Y cuando llegue el festival de emparejamiento, le pedirá ser su Alpha ¡Tendrá un conejo de la luna! ¡La luna se lo dio! ¡FINALMENTE!

Bunny Moon || VMinKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora