3.2 Conejo deprimido y conformista, pero anhelante

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Tacha varias de las notas en su cuaderno y regresa la vista al computador, tecleando rápidamente en el documento de quinientas páginas. El máximo son mil y tanto, pero a la editorial no va a importarle. Saben que será un éxito como todo lo que ha salido desde que publicaron "El conejo lunar". Jimin es una maquina de hacer dinero. Aunque él nunca ve ni siquiera la mitad.

Todo se lo queda Sangwoo. La editorial sabe la realidad, obviamente, pero son los principales en apoyar la mentira. A estás alturas de la vida, le da igual. En lo absoluto. Hace lo que quiere, tiene buen lugar donde dormir, buena ropa, buena comida, el reconocimiento, aunque estaría bien, puede conformarse en no tenerlo.

Dura casi tres horas tecleando, corrigiendo, borrando y reescribiendo. Se frota la cara con ambas manos y revisa superficialmente que no haya tantas erratas. Porque el editor no demora nada en decirle que es una mierda de escritor si hay un mal carácter.

—Ya me siento como una mierda, muchas gracias. —murmura a sí mismo quitándose las gafas y estirándose en su sitio. Mira el calendario en la pared. Se acerca la fecha resaltada y por ello va a la sala, donde Sangwoo mira la televisión—. Se acerca el festival de emparejamiento.

—Ujum.

— ¿Tengo que ir?

—Como de costumbre.

— ¿Sabes que eso no tiene sentido? Si simplemente firmas que-

—No voy a cometer un delito al mentir que eres mi Omega Jimin, debes ir como todos los años—Sacude la mano con desinterés—. Él del problema eres tú si llega a suceder algo. —Jimin se muerde el labio inferior.

El festival de emparejamiento es un evento de cada seis meses. Los Alphas de dieciocho para arriba que estén solteros van a ir por parejas. Tal como los omegas desde los trece años. Es obligatorio en el caso de ciertos beastman: conejo, perro, hámster y algunas especies de gato; si vienen de una familia adinerada pueden no hacerlo.

En general, es una excusa para acumular Omegas y que los Alphas puedan elegir a gusto. Como quien escoge una camisa o su próxima comida. Es dentro de una enorme casa llena de habitaciones, aire acondicionado, comida, personal de vigilancia que evita conflictos y quien lleva un registro de quienes entran y salen. Jimin ha ido desde los trece y a sus veintidós años no ha tenido ningún pretendiente ahí dentro.

Usualmente se esconde, en ocasiones no hace falta. Hay muchos Omegas y él no figura como la mejor opción. Jamás lo ha hecho. Sangwoo le da una palmada en la pierna.

—Es tú problema. —sisea con sonrisa pretenciosa.

Jimin suspira y regresa a su habitación. Si por accidente llegara a tener un Alpha ahí dentro, el acuerdo se rompe, Sangwoo lo acusaría de estar robando su dinero, haber modificado sus obras sin permiso; quien sabe cuanta cosa más. No quiere perder esto.

Le gusta mucho escribir y saber que sus historias son las favoritas de las personas. Es algo que genuinamente ama. Tanto como bailar. En ambos casos, no puede demostrarlo abiertamente por no tener Alpha y tener un tutor que se lo prohíbe puertas para afuera ¿Vale la pena estar así de bloqueado? Sí, claro que sí.

De eso se convence todo el tiempo. Nada importa más que su estabilidad actual. Lo demás es irrelevante. Incluso el sentirse solo, llorar por nada, sufrir desmayos por dejar de comer a veces; ataques de pánico, ataques histeria donde se lastima las orejas de tanto jalarlas; vomitar por tragar demasiadas pastillas...

Todo vale la pena.

De todos modos ¿Quién lo querría como Omega? Lo mejor para él es adaptarse a esta forma de vida. Es la única que tiene para escoger.

Bunny Moon || VMinKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora