❥ 𝕝è𝕧𝕣𝕖𝕤.۵

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En la quincena de Abril, las tiendas se llenaban, las escuelas se cerraron, y un montón de niños, algunos con diademas de orejas de conejo buscaban con una canasta de mimbre en mano en muchos rincones, alguna cantidad de huevitos de chocolate.

Si bien esta actividad era divertida y pensada para los pequeños, no quitaba las ganas de los más grandes comer ese tipo de cosas también. Por lo un par de adultos salían como podían de la tienda con una bandeja de huevos de chocolate y golosinas con forma de conejo. Corrieron a casa felices, tomaron un bowl y lo llenaron de estos dulces. Decidieron ver películas en VHS ya que en los canales estaban dando películas relacionadas con cristo y de más cosas religiosas, como todos los años.

Jean fue a la cocina a buscar una caja de jugo y dos vasos.

Avdol le había sacado la envoltura a un huevito y estaba a punto de comérselo, pero llegó Iggy para tratar de quitarle la golosina.

--¡No! Esto es chocolate y te puede matar.

No le importó al pequeño can, por lo que siguió insistiendo y molestando al egipcio quien con un huevito en la mano y con la otra sosteniendo el bowl daba vueltas.

Polnareff llegó y vió el espectáculo. Dejó las cosas en la mesa y corrió a ayudar al moreno.

--¡Iggy ya basta! ¡¿Te quieres morir?! --tomó con dificultad al pequeño orejón y lo sacó al jardín, dándole un chicle de café para que se distraer y no notara cuando el francés cerró la puerta.

Ya con el ambiente más calmado Avdol sirvió jugo y se sentaron en el sillón. Cuando Polnareff iba a tomar de su jugo, notó que el vaso estaba algo sucio. Tenía algunas manchas que olían a chocolate. Por curiosidad lamió un poco sus delitos que notó también manchados, efectivamente era chocolate. Pero el vaso se Avdol estaba limpio, hasta que, lo tomó y una vez lo devolvió a su lugar, el vaso estaba igual de manchado que el suyo. Logró deducir algo.
Revisó la mano metálica de su amigo y notó el origen del problema: Avdol tenía un huevito de chocolate derretido en su mano prótesica.

Buscó unas servilletas para limpiarle.

--Maldición había olvidado que llevaba un huevito en la mano y no noté que se había derretido -- exclamó Avdol algo avergonzado. Al parecer, aún no superaba no sentir tacto mediante sus manos.

Después de un rato salieron al jardín, Jean había practicado jardinería hace unos días, cosa que hizo que la casa cambiara su imágen de invierno con tonos grises, blancos y azules, a uno con muchos colores brillantes, sobre todo el verde. Pues la primavera había llegado.

Avdol veía si el rosal había florecido. Notó que unas tres rositas ya se habían asomado, pero había una que era más grande y a diferencia de las otras dos color rosa y amarillo, esta era de color blanco, recordandole a cierto francés que olorosaba los jazmines en otra esquina, ambos eran blanquitos con exquisito aroma, ya no recordaba la suavidad de los pétalos ni la suavidad de la piel de su amigo, pero aún así comparó mentalmente aquella suavidad. Se había vuelto más romántico últimamente y ya no temía demostrarlo.

Decidió cortar la flor para dársela al chico, este le había permitido sacar alguna si deseaba.

--¡Mira Polnareff el rosal ya comenzó a florecer! --le entregó la rosa y cuando Jean la tomó alejó la mano de inmediato liberando un quejido de dolor, dejando caer la rosa. El egipcio se acercó a inspeccionar la mano del blanquito. Se veían unas pequeñas manchitas rojas en sus dedos, mirando bien el tallo de la rosa notó que está tenía unas pequeñas y apenas visibles espinas. Él no las había sentido, no portaba con piel en sus manos, y aquellas no estaban conectadas a su sistema nervioso, eran solo una extensión artificial adherida a su cuerpo. Sentía que había perdido una parte importante de la cual sentirse vivo.

.۵ : 𝔸𝕄𝕆𝕌ℝ 𝔸ℕ𝔸𝕋𝕆𝕄𝕀ℚ𝕌𝔼 ❥ 𝔸𝕧𝕡𝕠𝕝 (𝕁𝕁𝔹𝔸) : ۵.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora