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—¡El baño!—gritó Jay hacia ni-ki

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—¡El baño!—gritó Jay hacia ni-ki. Sus músculos comenzaban a doler por toda la fuerza que estaba empleando.—¡Llevémoslo al baño!

—¡Okey!—contestó ni-ki mientras comenzaba a tirar del brazo de sunghoon con dirección al baño más cercano.—¡No lo sueltes!—ordenó tanto para Sunoo como para Jay.

Todo el alumnado presenciaba la escena con ojos expectantes, de igual forma, susurraban y murmuraban cosas sobre tan inusual situación.

La escena estaba dividida en dos partes, en primer lugar estaban ni-ki y Jay, quiénes daban lo mejor de sí, para retener a un bélico sunghoon seguidamente un abrumado Sunoo que luchaba con toda su fuerza para detener a su hermano.

—No sé cuánto podré aguantar—mencionó Jay prácticamente al borde del colapso.

—¡No lo sueltes!—vociferó el peli-negro tirando aún más fuerte.—¡Ya estamos cerca!—exclamó tratando de darle ánimos al rubio.

Con todas sus fuerzas ambos chicos tiraron del pelinegro, mismo que luchaba fuertemente por liberarse. Los ojos de ambos se iluminaron al realizar que estaban más cerca del lugar deseado. 

—¡Suéltenme!—exigió sunghoon comenzando a forcejear de nuevo.—¡Ahora!—demandó soltando uno que otro gruñido, su lobo estaba furioso y él también.

Todos los Omegas, Betas y Alfas de menor rango bajaron la cabeza en señal de sumisión. Sunghoon había hecho uso de su voz y eso era muy malo.

—¡No te detengas!—ordenó con voz firme ni-ki. Sus brazos y piernas ya le comenzaban a doler, sin embargo, no le importó en lo más mínimo.

Sólo bastó un poco más de fuerza y determinación cuando al fin pudieron divisar la blanca puerta del baño.

—¡Ya llegamos!—informó ni-ki a su adverso a la vez que con su zurda abría la puerta del, para su suerte, despoblado baño.—¡Pon seguro!—pidió ni-ki una vez sunghoon estuvo dentro.

El peli-negro observó detenidamente el escenario. Jay cubría ferozmente la entrada del baño y sunghoon estaba, literalmente, convulsionando en una esquina de la habitación.

Ni-ki no esperó mucho y con cautela se acercó al cuerpo del pelinegro.—Park...—le llamó siendo totalmente ignorado.—sunghoon...—intentó nuevamente recibiendo la misma respuesta.—¡ sunghoon!—gritó; claramente obteniendo su atención.

—Apártate—exigió  sunghoon mirando ferozmente a ni-ki , sus ojos irradiando clara molestia.—¡Déjame salir!—vociferó completamente furioso.

—No, no lo haré—replicó ni-ki.

—Te estoy advirtiendo—decretó Kai. Su Alfa se movía por todo su ser, claramente, enfadado y desesperado.

—No saldrás de aquí hasta que te calmes.

Sunghoon gruñó fuertemente, su lobo aullaba y rascaba en su interior. Se sentía morir. Sólo quería estar cerca del castaño y jamás alejarse.

—sunghoon, escúchame—sus pensamientos se vieron interrumpidos por la varonil voz de ni-ki.—Vuelve a tus sentidos—ordenó bajo su penetrante mirada.—Por favor—suplicó.

No le hagas caso, sólo quiere alejarnos de nuestro Omega. Y como magia su lobo habló haciendo aparición por su mente.

¡Estás demente!

Déjame las cosas a mí.

¿Quieres ver al Omega? Su Alfa asintió. Pues, déjame al mando.

¿Cómo puedo confiar en ti?

Sé lo que hago, lo juro.

Sólo por esta vez.

Ni-ki se felicitó internamente al ver cómo los ojos de sunghoon volvían a ser de un tono marrón. Su amigo había vuelto.

—Menos mal es-

El discurso que ni-ki estaba por dar se vio interrumpido por unos fuertes golpes en la puerta del baño.

—¡ jungwon , detente!—se oyó el grito de Sunoo  al otro lado de la habitación.

Y justo ahí la bomba detonó. 

Los ojos de sunghoon volvieron a ser de un potente esmeralda y su olor cambió drásticamente de un momento a otro.

¿Que haces?

Hago lo mejor para ambos.

Pero…¡Esto no era parte del acuerdo!

No me interesa.

Detente, por favor.

No, no lo haré. Y nuevamente su lobo desapareció.

Los golpes continuaron, asimismo, las desesperadas súplicas de Sunoo.

—¡ jung, n-

Todos fueron capaces de escuchar como el cuerpo de Sunoo chocaba contra el suelo en un golpe seco. Jungwon lo había empujado en un movimiento extremo.

Inmediatamente una fuerte patada fue dada a la gran puerta de metal, inestabilizando a Jay y botando el seguro de la misma.

—¡Ve con Sunoo!—decretó ni-ki hacia Jay cuando la puerta del baño al fin fue abierta. 

El rubio acató la orden enseguida, llegando rápidamente al inconsciente cuerpo de Sunoo, por suerte, sólo tenía un pequeño golpe en la cabeza.

Por su parte, ni-ki no perdió tiempo y se colocó en frente de su pelinegro amigo, bloqueando así su paso; teniendo ambos brazos extendidos alrededor del cuerpo de  sunghoon.

Jungwon no tardó en hacerse paso dentro de la habitación, sus celestes ojos fueron directo a los esmeralda de Hueningkai. El castaño dió un paso y sunghoon otro, del mismo modo, ni-ki aplicó toda su fuerza para retener los pasos de su amigo.

—Perdóname, pero tengo que hacerlo—anunció el peli-negro convocando a su lobo, seguidamente, sus ojos se volvieron dorados.—Omega, lo diré una vez. Vete

No, no lo harás—replicó sunghoon tratando de apartarlo, pero, falló en el intento.

Jungwon ni siquiera se inmutó, por el contrario, avanzó un paso más en dirección a sunghoon. Yeonjun gruñó hacia el castaño, dando a entender que sería capaz de todo sino se alejaba de una vez.

Y tanta fue su concentración que no se percató cuando sunghoon colocó una mano en su cadera y mucho menos cuando lo aventó con todas sus fuerzas a algún lugar de la habitación; su cuerpo chocó fuertemente contra la puerta de un cubículo y su espalda resbaló por la misma.

Jay estaba incrédulo. Y también acabado.

 Y también acabado

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🍒 1OO Ways ˢᵘⁿᵍʷᵒⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora