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(Quiero aclarar que acá riki  es mayor que todos )

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(Quiero aclarar que acá riki  es mayor que todos )

La dulce esencia de los labios de Sunoo aún seguía impregnada en los suyos. Nishimura riki sería un completo mentiroso si dijera que ya se le había olvidado el exquisito roce de labios y el acaramelado sabor de la boca del menor. Riki no había sido capaz de borrar ese momento de su mente, incluso con el pasar de los días.

—Yang Sunoo, ¿qué me has hecho?—preguntó a la deriva, exhalando un gozoso suspiro de esos que parecen aliviar un corazón abatido.—El poder de la predestinación, supongo—agregó nuevamente a la nada, sonriendo alegremente mientras seguía su andar por los pasillos de la institución.

El cuerpo de riki reposaba sobre la barra de las gradas. Su brazo izquierdo era usado como apoyo mientras prestaba total atención a las palabras de su omega.

—¿Me estás diciendo que sentar en una misma mesa a jungwon y sunghoon es buena idea?—consultó algo abismado por la descabellada sugerencia.

—¡Sí!—chilló Sunoo bajo los atentos ojos chocolates del alfa.

¿Qué le hacía pensar que eso era una buena idea?

—¿Por qué no lo sería?—preguntó con fingida ignorancia, casi de la misma forma que el villano de la historia lo hace cuándo está por hacer algún plan malvado.

—Por el simple hecho de querer juntar a Yang Jungwon y a Park Sunghoon  en un mismo sitio. Eso sería… una catástrofe segura.

—En la vida debemos tomar riesgos nini —agregó el omega acercándose peligrosamente a su cuerpo.

Riki se sintió hiperventilar cuando la tibia mano de su omega se colocó dulcemente sobre su pecho.

—Sunoo, no. Ésta vez no me dejaré manipular—sentenció desviando su mirar de los tiernos ojitos que le contemplaban. Debía ser duro, debía serlo por el bien de toda la humanidad.

—¿Seguro?—interrogó Sunoo soltando una melodiosa carcajada, repentina y breve, semejante al gorjeo* de pájaro.

—Muy.

—Como mi alfa diga—cedió apartando la calidez de su jadeante pecho. Riki estaba seguro de haber escuchado a su alfa ronronear por aquel apodo repentino.

No perdemos nada con intentarlo, habló su animal totalmente cegado por los desbordantes encantos del peli-negro.

Realmente no creo que sea una buena idea, respondió en un intento de persuadirlo.

Sólo intentémoslo, ¿sí?

De acuerdo.

—Sunoo, está bien. Hagámoslo—accedió. Sunoo simplemente se arrojó a sus brazos mientras le recordaba lo buen alfa que era.

El verdadero plan comenzaba aquí y ahora, cuando sus pasos resonaban sigilosamente contra el suelo en dirección al salón de Jay. 

Riki tenía en claro que debía ser cauteloso con cada palabra que saliera de su boca y que por ningún motivo debía cometer siquiera un mínimo error. Todo pendía de un muy, muy delgado hilo.

🍒 1OO Ways ˢᵘⁿᵍʷᵒⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora