El corazón enamorado, desbordante de los sentimientos más puros y profundos, palpitó en una melodía sin igual, siendo sus continuos latidos el único eco dentro de sí mismo. Sunghoon escuchaba el frenético ritmo de su pulsación, la cual parecía querer llegar al cielo por su brutal velocidad, mientras que, de una forma para nada relajada y tranquila, aguardaba por la casi inmediata manifestación del timbre por cada rincón de la universidad. El alfa de cabellos oscuros finalmente se había armado de valor para invitar a una segunda cita al omega menor que él, teniendo cada vez más convicción con respecto a lo que sentía, sintiendo su amor hacerse mayor con el transcurrir de los días y no pudiendo evitar contener sus pensamientos en torno al bonito joven de ojitos dulces y sonrisa atrayente.
Y entonces, el timbre sonó.
El ramillete de rosas, conformado por los más hermosos pétalos impregnados de un intenso carmesí, iba completamente a juego con la curiosa cajita aterciopelada en forma de corazón y bonito listón color crema envuelto alrededor suyo. Sunghoon se había encargado de conseguir las flores más preciosas y radiantes, llenas de vida y vigor, llenas de ese amor contenido habitante en su palpitante corazón. El rojo simbolizaba esa fuerza, esa energía, esa potencia con la que su ser se llenaba cada que le veía sonreír, cada que le escuchaba cantar, cada que le miraba existir.
—¿Listo?—una cálida mano reposó sobre su hombro izquierdo mientras el alfa de cabellos negros le hacía la pregunta más sencilla de responder, pero con una respuesta tan difícil de hallar.
—Debería decir que sí, pero realmente no lo estoy—admitió un poco decaído por su falta de valentía, a decir verdad, se sentía un completo cobarde carente de cualquier indicio de valor.
Riki esbozó una sonrisita llena de empatía y compasión, él más que nadie sabía lo que era estar enamorado de alguien. Riki ya había vivido en carne propia los excesivos nervios, el choque frenético y atroz* del corazón contra lo que, en su momento parecía, una fuerte murralla dentro de su pecho, el anhelo de querer siempre estar a su lado, el deseo de estar siempre a su lado. La mano firme de su amigo se ciño alrededor de su hombro enfundado en su elegante traje rojo.
—Park—le llamó dulcemente, tal cual una madre lo haría con su retoño*. Los negroscos ojos del menor le miraron directamente antes de emitir un perspicaz sonido proveniente de su garganta en una señal de afirmación para proseguir con lo que sea que estaba por decir.—En estos momentos, ya no tienes porque mirar atrás—sentenció en un gesto adusto*, pero cargado de dulzor.
No fue capaz de detener el adorable gesto que se deslizó por sus belfos y terminó convirtiéndose en una sonrisa inocente, rebosante de sus sentimientos más puros y anhelos más grandes. Sunghoon sonrió como un amante lo haría, con los ojos impregnados de palpable emoción y con el corazón expuesto. Sunghoon era meramente un joven totalmente cautivado por otra persona, era un alma unida a otra, incluso de forma desconocida, era un corazón latiendo a un mismo ritmo, era un espíritu fundiéndose en otro, era la prueba viviente, en carne y hueso, de un amor verdadero.
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🍒 1OO Ways ˢᵘⁿᵍʷᵒⁿ
Fanfiction🌬 𓂅 Sungwon «Hay cien maneras de dejar. a un amante, pero, soy al unico al que necesitas» 🌬⩩⥽Park Sunghoon es el alfa más deseado del momento. Su rostro angelical combinado con su intelecto le convertían en el «prototipo ideal", sin embargo, un...