No estaba segura cuánto tiempo había pasado desde que Dante y Raúl fueron a dejar el último pedido, lo que sé con seguridad era que estaba súper nerviosa y ninguno de los dos contestaba el teléfono.
Tomé a Wenni en mis manos como pude, ya que estaba creciendo a una velocidad sorprendente, y me dirigí hasta la cocina del pent house de Dante, me hice un poco de café, aunque no ayudaba en nada para calmar mis nervios, y me senté en isla de la cocina.
Mis nervios se debían precisamente a que cierta vez que fuimos a entregar cierto pedido, nos habían emboscado y esa es la razón también por la cual hoy me han dejado encerrada. Dante no quiere arriesgarme. A pesar de que me puse toda agresiva cuando intentó insinuar que no era lo suficientemente fuerte como manejar ese tipo de situaciones.
El sonido de la puerta principal abriéndose, nos asustó tanto a mí como a Wenni que salió espabilada en dirección a la sala. Yo deposité mi taza en la mesa y fui hasta la puerta para ver como les había ido a los chicos.
Pero para mi gran sorpresa no eran ellos.
"Hola?" Dije con voz quebrantada a la mujer mas elegante que había conocido. Llevaba vestido rojo sangre entallado a sus curvas, unos zapatos con punta fina y super altos en color blanco, su cabello era rubio platinado y corto hasta el cuello. Me era difícil descifrar su edad pero algo tenía por seguro, estaba en problemas, todos mis sentidos me gritaban que esta era la socia de la cual Dante Rackozy tanto me había ocultado y ahí estaba yo, con pantalones de joga, un t shirt negro y descalza en el pent house de mi "socio".
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El Diamante
RomanceLa vida de Maura Prym no tenía muchas emociones, hasta que conoce al traficante de piedras preciosas más buscado, haciendo que todo diera un giro para ella.