Nos tomamos el primer trago de coñac y hablamos de por qué le puse Wenni al mapache. Creí que era más que obvio, pero tuve que explicarle que era porque lo encontramos en el lago Winnekenni y era un diminutivo de ese nombre tan raro.
Había perdido la noción del tiempo, el sol aún estaba a fuera, pero bajando, haciendo que los rayos entraran por las ventanas del restaurant y luciera una iluminación casi épica.
"Creo que es tiempo de irnos." Dijo Dante mientras le hacía señas a nuestro mesero para que trajera la cuenta.
En lugar de nuestro mesero traer la cuenta, Carlos, el amigo de Dante, vino a nuestra mesa.
"Se van tan pronto? Por qué no se quedan, habrá karaoke esta noche!" Dijo emocionado.
Dante y yo nos miramos. No era amante del karaoke, aunque el cantar no se me daba mal.
"Te quieres quedar un rato más?" El tono que uso para preguntarme eso, me confundió. No quería estar confundida, él había dejado claro en que consistía nuestra relación, una simple sociedad. Pero yo, terca al fin, con solo pensar que tal vez no tendría otra oportunidad como esta para estar con él le dije, "Sí, podríamos quedarnos un poco más."
"Perfecto!" Soltó Carlos dándole una palmada a la espalda de Dante. "Ah, Rackozy, todo esto," dijo señalando a nuestras bebidas, ya hacía rato que nos había retirado los platos. "Y todo lo demás que quieran, corre por mi cuenta."
"No es necesario, Carlos."
"Sé que no lo es. Pero déjame halagar a un viejo amigo."
Cuando Carlos se retiró de nuestra mesa, volví a la carga. "Y de dónde se conocen tu y Carlos?" Pregunté inocentemente mientras tomaba un sorbo de mi trago.
"Éramos socios."
Dios, la vida de él revuelve al rededor de sociedades. Sospecho que él no hace amigos ni relaciones amorosas, sino puras y simples 'sociedades'.
"Socios en qué?"
"Tú eres muy curiosa y yo muy privado, ves el problema aquí?" Dijo señalándonos a ambos.
"Tú y yo no somos amigos, somos socios, yo necesito saber con que clase de persona me estoy asociando." Si él quiere jugar al empresario, pues juguemos.
Alzó una ceja y me dio su media sonrisa. "Eres buena." Dijo como si estuviera orgulloso de la elección que hizo al hacerme su socia.
Pedimos una ronda de cervezas, teníamos que bajarle un poco al coñac.
Cuando nuestras cervezas llegaron, alguien tomó el micrófono y dio la bienvenida al karaoke. Solo en ese momento me di cuenta que el restaurant estaba completamente lleno. Al parecer las noches de karaoke son muy esperadas aquí. Una ola de aplausos y gritos de emoción empezaron a retumbar en el lugar.
"Te gusta cantar?" Preguntó Dante por encima de la voz del animador.
"No tanto." Dije mirando hacia el escenario improvisado.
"Y por qué decidiste quedarte para el karaoke?" Dijo con tono curioso.
Oh Dios, casi se me olvida que mentí para quedarme más tiempo con él, "porque quiero oír a las personas cantar." Me castigué a mi misma porque mi voz salió temblorosa. Así salía cada vez que mentía, solo esperaba que él no se hubiese dado cuenta.
Se rió y movió su cabeza en negación.
"Qué?" Despegué mis ojos del animador para mirarlo a él.
"A nadie le gusta escuchar a las personas que cantan en karaoke. Por favor miente mejor."
"Bien, me gusta cantar. Contento?"
"Hmmm" volvió a reír.
Qué era tan gracioso? Espero que no esté borracho, no pienso conducir de vuelta a Boston.
Un sin número de personas cantaron, intercaladas por peticiones de canciones que el público quería escuchar. Criticamos a algunas, otras cantaron tan bien que me pregunté que hacían cantando en karaoke, deberían tener un disco! Una señora, evidentemente pasada de tragos y con mal de amores, se adueñó del micrófono en dos oportunidades, no para cantar, sino para hablar de sus males, al principio todos reímos pero luego nos apenó y la bajaron del escenario.
Nos bebimos otra cerveza. Yo era muy resistente al alcohol, pero me preocupaba que Dante no lo fuera.
"Estás bien para conducir?"
"Perfecto." Dijo, pero sus ojos tenían un brillo no muy natural. "No pensarás irte sin cantar!"
"No me parece bue..." Antes de poder reaccionar, Dante me llevaba arrastras hasta el escenario y puso el micrófono en mis manos. "Dante..."
"Qué quieres cantar preciosa?" Dijo el animador.
"Yo no..."
"Sí, qué nos vas a cantar?" Dijo Dante con fingido tono de inocencia, pero vi la malicia revolotear en su mirada, él no creía para nada que me había querido quedar porque quería cantar. Pero, nuevamente, si el quiere jugar, juguemos.
Siempre había odiado como las personas escogían las canciones más deprimentes para cantarlas en karaoke, así que escogí una diferente.
Le susurré al oído la canción al animador, que también era DJ, y la puso.
Dante se acomodó en una silla vacía que pertenecía a una mesa frente al escenario, en la cual habían tres chicas, ninguna de las tres le quitaba el ojo de encima, pero el solo tenía ojos para mi. Los nervios me corrieron por el cuerpo haciéndome temblar un poco cuando sostuve el micrófono. Por qué tenía que mirarme así?
No tuve más tiempo para analizar su mirada o el por qué de ella y mucho menos de sentir los nervios, inmediatamente me tocó cantar, puse el micrófono al nivel de mis labios y sin tener que mirar la pantalla con las letras, solté...
"Let's make this fleeting moment last forever. So, tell me what you're waiting for? I'm gonna keep it frozen here for ever. There's nor regretting anymore"
Todo el tiempo mirando fijamente a los ojos de Dante, los cuales me devolvían la mirada. Continué con el siguiente verso de la canción y sus ojos se agrandaron en sorpresa, al parecer se dio cuenta de que puedo cantar y bastante bien. Sonreí triunfante mientras cantaba...
"All alone, just the beat inside my soul
Take me home, where my dreams are made of gold. In the zone where the beat is un-controlled. I know what it feels like. Come on make me feel alive..."
El alcohol que había en mi sistema hizo que se me soltaran algunos cables y mi pequeño, pero presente, miedo escénico se disipara. Miré a mi público que estaba enfocado en mí y en el ritmo electrónico de la canción, luego lo miré a él, que estaba de brazos cruzados observando cada movimiento que hacía.
"Meet me under shining lights, I've been waiting right here all my life. Feelings you can't deny that you're living, open up your eyes. And I just wanna sink into your crazy laughter. Come on make me feel until the pain don't matter. Every second here makes my heart beat faster. Finally think I found what I'm chasing after."
Me volví seductora, o al menos eso creía. Lo de bailar no se me daba muy bien, pero trataba de expresar la canción, no solo con mi voz sino también con mi cuerpo.
"All alone, just the beat inside my soul. Take me home, where my dreams are made of gold. In the zone where the beat is un-controlled. I know what it feels like, come and make me feel alive..."
Canté el coro dos veces más y di por terminada mi sesión de rockstar. La gente aplaudió y silbó, lo que me hizo sonrojar descontroladamente. Bajé del escenario con ayuda de Dante y ambos llegamos a nuestra mesa. Tomé un sorbo de la cerveza inmediatamente me senté para calmar mi garganta palpitante.
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El Diamante
RomanceLa vida de Maura Prym no tenía muchas emociones, hasta que conoce al traficante de piedras preciosas más buscado, haciendo que todo diera un giro para ella.