Capitulo 23

291 20 4
                                    

Salí precipitada después de oír ciertas confeciones, siempre le había aconsejado a mi propia amiga Bri que nunca indagara sino quería enterarse de nada fuera de lugar o algo que a la larga la iba a destruir, y como siempre suele pasar, no seguí mis propios consejos. Había indagado y lo que descubrí definitivamente no me gustaba.

Recogí todas mis cosas y esta vez no me importó quien se me pusiera en el camino, lo derribaría, porque Maura Prym se iba de este lugar aunque fuera lo ultimo que hacía. Como era de esperarse Raul me interceptó en el foyer cuando las puertas de el elevador se abrían.

"Sea lo que sea que haya pasado, no se vaya así, espere a que hable con Rackozy"

"No." Entré sin pensarlo mucho y pulsé el botón para que me llevara abajo.

Mis pasos se oían por todo el fino piso de mármol del lobby. Cuando entré en mi carro y tiré mis cosas, me llegó a la cabeza que había dejado lo más importante allá arriba, a Wenni.

"Mierda!"

Salí del carro con intenciones no muy gratas de subir, pero no tuve que hacerlo. Dos enormes manos me agarraron por los brazos y algo cubrió mi cabeza en cuestión de segundos dejándome a lo oscuro y desorientada. Me levantaron del suelo como si fuera una pluma y me empujaron dentro de un carro.

"Si gritas o tratas de solo moverte usaré el tazer que tengo en mi mano." dijo un hombre a mi derecha.

Estaba más allá de petrificada del miedo. El no tenía que decirme nada, me quedaría inmóvil aquí, quizás moriría de un infarto. Estos eran los momentos en los que me decía lo estúpida que era. Estaba cien por ciento segura que esto tenía que ver algo con Dante, y lamentablemente esto es algo que yo me busqué por estar a su lado.

Quise tener una idea de a donde me llevaban, pero si de por sí tengo problemas orientándome la cosa era incluso peor con los ojos tapados. Mis raptores tampoco eran muy habladores, solo escuché sus respiraciones en todo el camino. Imagino que no habrían de llevarme tan lejos, pero seguro dieron vueltas sin sentido solo para distraerme. Y funcionó.

Todo lo que podía pensar o quería pensar era que Dante me iba a encontrar. Tenía que.

El DiamanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora