Capítulo 31

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Estaba vertiendo café en una taza cuando escuché el rugido de un trueno afuera. Me asuste y deje de moverme. Es muy raro que llueva. Inconscientemente mire por la ventana oscura. Todo lo que podía ver en ella era el reflejo de mi cara pálida. La débil lluvia parecía mostrarse, pero no estaba clara.

Me lleve el café caliente a la boca y luego le sople. Cuando llegué a casa del trabajo, me di cuenta de que me estaba tomando un descanso. Después de salir de la mansión de Yibo, todos los días eran como una guerra, mis nervios estaban de puntas desde el momento en que salía de mi casa hasta que entraba. Sin embargo, afortunadamente no se habían producido ataques, también era porque estaba tomando el medicamento que me había dado Stewart, aunque me sentía mucho más estable que antes.

Fue irónico encontrar estabilidad después de abandonar mis sentimientos por Yibo. Parece que las personas solo aprendemos la lección después de experimentar una decepción. Me reí amargamente. Si este era el caso, pronto podría cortar completamente el medicamento. Tomé la taza y caminé. En la mesa encontré mi teléfono celular, así que verifico cuando será mi próxima cita.

Mañana debería dejar de llover.

Recordando un incendio forestal durante el día, vacío la mitad de mi café, lavo la taza y la volteo. Quizás debido a la lluvia el aire se siente frío. Es difícil sacar una manta gruesa.

✤✤✤✤✤✤

De repente me desperté debido a los violentos golpes que provenían de la puerta. Estaba tan sorprendido que casi me caí de la cama.

¿Quién es? Entré en pánico.

Cuando miré mi reloj ya era pasada la medianoche.

¿Quién demonios venía a esta hora?

El ruido violento continuo. Estaba nervioso y salí apresuradamente de la habitación.

Al mismo tiempo que la idea de ser una molestia para quienes me rodean surge, también lo hace el miedo. No había nadie aquí para protegerme si entraba una persona no identificada. Era la primera vez que lamentaba no haber comprado un arma. Por otro lado, hay un pensamiento racional de que cualquiera que llamará tan fuerte a la puerta no era un criminal. Sin embargo, contrariamente a la razón, las emociones aún despiertan mi ominosa imaginación.

—Quién, ¿quién...? —pregunté con voz temblorosa y revisé cuidadosamente el exterior a través de la mirilla.

En el momento en el que vi el rostro familiar de la persona allí parada, tragué mi aliento por la sorpresa.

—¿Yibo? —exclamo sin darme cuenta.

Él se detuvo por un momento, pero luego volvió llamar a la puerta. Volví a mis sentidos tarde y apresuradamente solté la cerradura de la entrada. Mientras desbloqueo los tres cerrojos y grilletes, él llama frenéticamente a la puerta.

Cuando finalmente la abrí casi me golpeó. Su mano, intentando de golpear la puerta, vaciló en el aire. Yibo quien me miró, está empapado.

¿Por qué?

Tardíamente me di cuenta de que continuaba lloviendo afuera. Pero eso era todo lo que pensaba. Me observó aturdido. Sus labios temblaban débilmente, parecía tener frío. Me apresuré a dejarlo entrar a la casa sin pensarlo un momento. Afortunadamente, no había nadie en el pasillo. Yibo entró y cerré la puerta con prisa.

¿Por qué había venido aquí en este momento? Esto era tan repentino.

—Sr. Wang...

Me di la vuelta gritando su nombre.

No puse cerrojo a la puerta por si Dylan lo seguía.

Yibo volverá pronto, así que todo estará bien. Estaba pensando eso cuando de repente Yibo me miró y respiró hondo.

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