Extra 2- Capítulo 9.3

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Estaba preocupado de que pudiera ser sorprendido imaginando algo en su cabeza. Pero Yibo entendió mal su reacción.

—No esperaba que te sorprenderás tanto… Tú también eres de los que reacciona así con los peces, Qiang se parece más a ti que a mí.

—Eso no puede ser posible.

—¿Qué?

La expresión de Yibo pronto cambió misteriosamente. Pero Xiao Zhan no podía ser sincero.

—Es…… hay un inconveniente, pero creo que es un poco serio

Al evadir su mirada, Yibo le dio la razón inesperadamente:

—Oh no…. Es cierto. Es cierto hay problema grave

Uh….

Xiao Zhan parpadeó avergonzado. ¿Cómo lo sabes? Bueno, soy el único con amnesia, así que Yibo conoce mi lado lascivo.

—No sabía que lo habías notado. Entonces no tengo que decírtelo

Yibo se rió amargamente después de dar un paso más.

—No se solucionará solo porque yo lo diga.

—… sí

Xiao Zhan agachó la cabeza con la cara roja. Me sentí avergonzado y quise salir corriendo.

—….. Lo siento.

Cuando Yibo apenas se disculpó, dijo despreocupadamente.

—No podemos evitarlo, pero no hemos podido educar bien a Qiang. Vamos a enseñarle bien, ¿de acuerdo?

—Sí

Xiao Zhan habló con un poco más de fuerza. Es ridículo crecer para ser un niño sucio como yo. Nunca permitiré eso con Qiang.

Mirando a Xiao Zhan, que estaba tan avergonzado, Yibo pensó que era inesperado.

……¿No puedes cuidar de ti mismo primero?

Más tarde, Xiao Zhan se lamentó cuando escuchó el suspiro de Yibo. Aún más, Xiao Zhan, que no puede levantar la cabeza, y Yibo, que solo ve peces sin dudarlo, tuvieron ideas completamente diferentes, pero la conclusión fue la misma.

Xiao Zhan es el problema.

Yo soy un verdadero problema.

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Cuando salí, era bastante tarde. Ahora era el final, pero parecía que todavía quedaba un lugar. Xiao Zhan, que no podía soportarlo, finalmente preguntó.

—Bueno, ¿cuál es la razón por la que estamos saliendo así ahora? ¿Hay alguna razón en particular?

En lugar de responder, Yibo lo miró a la cara. La respuesta parecía ser clara.

—Sí, por supuesto

—Entonces….

Iba a preguntar cuál era, pero Yibo dijo primero.

—Pronto lo sabrás. Espera

Eso es todo. Yibo no parecía tener intención de hablar de inmediato. Finalmente, Xiao Zhan se calló sin hacer más preguntas. Mientras estaba ansioso y preocupado, Xiao Zhan esperó a que el coche se detuviera, con la vaga expectativa de que no fuera una mala experiencia.

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El lugar al que se dirigía el coche era una especie de mansión. La mansión que se encontraba en medio de la carretera, a lo largo de un camino remoto, era dos veces más grande que aquella en la que Yibo vive ahora.

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