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Capitulo 38

Me sorprende la inesperada visita. Yibo me está mirando con un rostro inusualmente pálido.

¿Por qué este hombre se encuentra aquí?

Inclino mi cabeza casualmente. Yibo, que me mira a la cara sin decir una palabra, luego abre la boca:

—... ¿Estás bien?

—¿Sí?

Me sorprende nuevamente la repentina pregunta.

Me observa por un momento, solo parpadea y suspira. Se pasa los dedos por el pelo como si estuviera cansado y abre nuevamente la boca:

—¿Por qué no contestaste el teléfono?

—¿Teléfono? —repito sus palabras como un tonto.

Yibo frunce el ceño como si estuviera molesto por mi reacción.

—Bueno, quién...

Lisa, que se acerca a la puerta de entrada preguntándose qué está pasando, se sorprende y suelta un grito. Yibo pasa por encima de mi cabeza en silencio y la mira. Lisa habla primero:

—¿Por qué el Sr. Wang está aquí...?

De repente se da cuenta de algo. También me percato de que Lisa encuentra la respuesta a la pregunta que hizo justo antes de que sonara la campana. Por supuesto, lo negaría inmediatamente, sin embargo, necesito habilidades de actuación de las que nadie dude. No puedo garantizar que pueda negar de manera calmada.

Afortunadamente, Lisa no dice nada al respecto. Todo lo que hace es vernos por turnos a Yibo y a mí. De nuevo se cierne un pesado silencio. Una vez más, abre la boca primero:

—Bueno, me retiro. Xiao Zhan, hablemos de esto nuevamente la próxima vez. Le preguntaré a mi hermano.

—Ah gracias. Lisa. Espero que...

Me doy cuenta de la presencia de Yibo mientras hablo. Me veo obligado a apartarme y pedirle que entre.

—Te veré en un momento.

Lo digo a espaldas de Yibo, pero él no mira hacia atrás. Cierro la puerta y bajo el edificio con Lisa. El camino está bordeado de autos familiares. Me detengo para ver a Dylan parado en la calle fumando un cigarrillo.

—... ¿Dónde está el auto?

Lisa, ante mi pregunta, sin decir nada señala al otro lado de la calle. En silencio caminamos uno al lado del otro. No fue hasta que llegamos al frente del auto que Lisa abre la boca:

—No sabía que tenías tal relación con el Sr. Wang... Es del Sr. Wang, ¿no es así?

Se a lo que se refiere, aunque no lo diga claramente. Digo que sí y asiento con la cabeza.

—Ya veo —murmura Lisa con una mirada amarga.

Abre la puerta del auto y me mira antes de sentarse en el asiento del conductor.

—No le diré a nadie sobre esto hasta que Xiao Zhan lo diga directamente.

Sonrío amargamente.

—Confío en ti Lisa.

Lisa sonríe.

—Lo que preguntaste antes, se lo preguntaré a mi hermano y te lo haré saber. Es difícil decírselo ahora porque tengo que comprobar cuándo tiene día libre.

—Sí, gracias.

—De nada. —Ella habla de manera entrecortada—. Somos amigos.