Yibo llegó un poco más de 30 minutos después.
A sus familiares guardaespaldas los vi primero, así que tuve el presentimiento de que aparecería pronto. Como esperaba, las expectativas fueron correctas.
—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunta Yibo fácilmente, sentándose en el asiento donde antes se había sentado Josh.
Respondo con indiferencia:
—Solo estaba pensando.
—¿Qué?
—Solo esto y aquello.
Es verdad, es una respuesta sincera. Cuando se corta la conversación, Yibo se queda en silencio por un momento.
—¿Qué es eso?
Vuelve a preguntar señalando la bolsa junto a él. Respondo de nuevo:
—Pudín.
—¿Pudín?
Como está perplejo, sostengo la bolsa en silencio y se lo entrego, Yibo mira dentro y se sorprende.
—¿Todo esto era pudín?
—Sí.
Asiento suavemente. Hay muchos contenedores vacíos en la bolsa. Yibo se da cuenta y no puede creer que comiera tantos pudines solo. Digo fingiendo no saberlo.
—La cantidad fue poca.
Yibo me mira desconcertado por un momento e intenta cambiar de tema.
—¿Qué dijo el doctor?
—¿No le preguntaste?
Cuando pregunto sarcásticamente, frunce el ceño.
—Todo lo que le pregunté fue si tu tratamiento había terminado, eso es todo. No pregunté nada más, porque es tu vida privada. Y si es un buen médico, no hablará con otras personas sobre los registros médicos de su paciente solo porque alguien se lo pregunte.
Por supuesto, eso es cierto, pero si este hombre se viera obligado a usar su dinero, nadie podría resistir mucho. Afortunadamente parece no haberle preguntado al médico sobre el tratamiento. Por supuesto así es la personalidad de Yibo. No es el tipo que se entromete en los asuntos de otras personas y prefiere preguntarle a la persona directamente.
—No me dijo mucho. Solo hizo unas pruebas simples... —Dejo de hablar. ¿Qué tan lejos debo llegar? Mientras estoy angustiado, Yibo espera. Poco tiempo después concluyo mis palabras con indiferencia—. No había nada especial.
—Simplemente me mira sin decir nada y luego cambia de tema.
—Todavía no has comido, ¿cierto? ¿Esto es tu almuerzo?
Pronto sacude su cabeza con el ceño fruncido.
—Por supuesto que no —contesto y de repente siento hambre.
Justo a tiempo Yibo se levanta y pregunta:
—Vamos a almorzar. ¿Hay algo que quieras comer?
Una cosa pasa por mi mente.
—Carls Jr.
—¿Qué?
Yibo vacila. Pero lo digo en serio.
—Quiero agregar pepinillos y cebollas a la hamburguesa teriyaki, papas fritas y un batido de fresa.
ESTÁS LEYENDO
BM
De TodoDescripción: Leer adentro Aclaración: El objetivo es que disfruten de la lectura