Capítulo 30

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“Ouch”

Había estado tomado inhibidores como un hábito por las mañanas, de repente sentí un dolor en el estómago. Inconscientemente fruncí el ceño y presioné mi abdomen, pero el dolor agudo duró por unos segundos más.

¿Qué era esto...?

Estaba desconcertado por el dolor que acababa de sentir. Tal vez había estado tomado demasiados inhibidores. Mientras estaba en una relación con Yibo, dejé de tomar medicamentos, pero desde que comencé a ingerirlos de nuevo, he estado tomando el máximo permitido todos los días, como solía hacerlo.

Nunca más volvería a caer en las feromonas de nadie. No habría un efecto secundario, ¿o sí?

Me consolé a mí mismo pensando que estaría bien, pero, por otro lado, tenía miedo. Era posible que no pudiera tener hijos, pensé vagamente. Antes, tenía más miedo de estar loco, pero, extrañamente, cuando pensaba en que podría ser estéril, mi mente colapsaba.

¿Qué era más doloroso?

 Pensé y respiré hondo. El dolor disminuyó, pero fue solo después de un tiempo que mi cuerpo se movió.

✤✤✤✤✤✤

—Buenos días Sr. Wang.

Como de costumbre, Yibo abrió la puerta y apareció. Paso por mi asiento sin mirarme mientras se dirigía a su oficina. Deliberadamente me tomé el tiempo necesario para tocar la puerta y pasar. Yibo estaba de pie junto a la ventana, mirando hacia afuera mientras encendía un cigarrillo. Se dio la vuelta y aspiro lentamente una bocanada. La punta del cigarrillo se tornó roja y de pronto se volvió gris. Por un momento, nuestros ojos se encontraron mientras exhalaba el humo, evité su mirada y me dirigí al escritorio.

—Es el horario de hoy. Consulte el memorando adjunto. El Sr. Brightman, que se suponía que se reuniría a la hora del almuerzo, cambió rápidamente su cita. No cancelé la reserva en el restaurante, así que me gustaría que le echara un vistazo a la propuesta mientras almuerza.

Dejé los documentos y enderecé la espalda.

Hasta entonces, Yibo no había dicho una palabra. No pensé mucho, porque había sido así hasta ahora. Traté de salir después de contar internamente hasta diez, como de costumbre.

—...Tú.

De repente, Yibo abrió la boca.

Fue un comentario breve, pero dudó, no dijo más. El silencio reino de nuevo. Yibo aspiró el humo y exhaló lentamente. Continuaba mirándome en silencio. Tampoco dije nada mientras esperaba a que él hablara, pero al final no pude soportarlo y hablé primero:

—¿Sr. Wang?

De repente Yibo parpadeo ante la furtiva pregunta. Tardíamente note que estaba distraído. No podía creer que estuviera pensando en otra cosa después de llamar a alguien. Estaba internamente molesto, pero fingí no saber y dije:

—¿Puedo salir si no tiene nada que decir? —pregunté cortésmente, pero soné sarcástico.

Efectivamente, Yibo frunció el ceño. Pero, aun así, no hablo. En lugar de preguntarle qué demonios estaba haciendo con alguien esperando de pie, intente salir. Entonces Yibo ordenó:

—La mujer, cámbiala.

Noté el significado de inmediato. Había sido menos de una semana y ya estaba cambiando de compañera. Solo la había llamado dos veces al hotel. De todas formas, solo habían sido 6 días, pero si hubiera sido buena no me estaría pidiendo que la terminara. Llegué a una conclusión razonable. Parecía dormir con todas las mujeres de América. No tenía nada que ver conmigo. Pensé internamente, ¿no podía no acostarte con nadie?

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