Día 19: Colmillos
Gracias por todos sus comentarios y votos, les quiero.
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Besó sus labios y mandíbula, sintiéndose dentro de una nube de vapor. La piel que acarició era más tersa de lo que imaginaba, y conforme sus dedos ascendían, debajo del suéter, la vibración proveniente de la garganta de Liam se transformó en un dulce suspiro.
Inspiró su fragancia profundamente al separarse. Apretó los dientes y la mano que no tenía sobre su cuerpo, aferrándose a la cordura con todas sus fuerzas. Dominaría a aquella parte irracional de su ser sin importar nada.
Al final, dejó salir un gruñido y se tendió junto a él, de costado. Liam no perdió el tiempo y le imitó para quedar frente a frente.
―No me voy a romper por mucho que me toques, Sherly ―soltó en tanto su mano reptaba por su pecho, dispuesta a desabrocharle la camisa. Sin embargo, a medio camino pareció cambiar de idea y bajó hacia la hebilla del cinturón―. Deja de reprimirte.
―¿Ahora te las das de seductor? Pequeño falso beta ―dijo a su vez, rodeándole la cintura. Se inclinó para estampar sus labios sobre los suyos, pero soltó un gruñido al sentirle acariciar su entrepierna por sobre las capas de ropa. Una caricia demasiado superficial para conseguir aliviarle.
―No se necesita esforzarse mucho cuando te estás quemando a fuego lento.
Se besaron de nuevo en tanto se encargaba de deshacerse de la correa, botones y cierre con una presteza que le hizo dudar de que aquella fuera la primera vez que lo hacía con alguien más. No obstante, no le dio muchas vueltas a la idea, porque entonces la diestra de Liam se coló directamente dentro de su bóxer y la suavidad de sus dedos envolviéndole le transportó a un mundo de placer.
Lo siguiente que él hizo fue tirar del elástico para liberarle por completo, y no pudo sentirse más agradecido. Enterró el rostro en su hombro, en la fuente de su embriagante aroma, y de repente se arrepintió de no haberlo desnudado. Echó un vistazo hacia abajo para comprobar que Liam estaba en la misma situación, aunque no había intentado desprenderse de sus propios pantalones.
Mientras él continuaba estimulando su erección de arriba hacia abajo, sin mucha prisa, Sherlock movió la mano para alcanzarle. Presionó la dureza y percibió cómo se tensaba; sus párpados se apretaron, sus piernas se revolvieron.
No pudo evitar reírse en voz baja.
―¿Quién es el que se reprime ahora? ―inquirió, tomando su muñeca para detenerle por un instante―. Ayúdame a quitarte esto.
Le notó algo indeciso, pero al final levantó la cadera para que pudiese desprenderle de los jeans y la ropa interior. Con la piel del rostro ruborizada hasta las orejas, gimió cuando empezó a masturbarlo y encogió el cuello; no había demostrado ni ápice de timidez al ser él quien le complacía, pero al transformarse en una tarea mutua, sus feromonas se descontrolaron. Los dedos de su mano libre se cerraron en torno a su camisa abierta, como si buscase ocultarse cerca de su pecho.
Aceleró el ritmo antes de que su imagen y esencia le absorbieran por completo. Pero ya era tarde. Al siguiente suspiro que exhaló, Liam estaba retorciéndose mientras le tallaba la garganta con los incisivos, apostado encima de su cuerpo. No se había dado cuenta del momento en que lo empujó y trepó sobre él como un animal.
Liam pasó los brazos tras su nuca, acercándole más, como si quisiera que sus colmillos le marcaran otra vez. Estaba claro que tampoco era ya capaz de aferrarse a la razón. Entonces probó la piel de su clavícula al tiempo que sus dedos lo llevaba hasta el final; y solo verlo deshacerse en una sucesión de pequeños estremecimientos, con el cabello pegado a la frente, bastó para que pudiera seguirle en el clímax, dentro de su mano crispada.
Eran un desastre, pero todavía se abrazaron por unos momentos antes de caer de espaldas. Le besó los labios, queriendo oír más de su voz, pero ya solo quedaba el suave ronroneo.
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Deseo sin fragancia
FanfictionWilliam James Moriarty procura esconder la clase a la que pertenece para evitar la discriminación y llevar una vida normal. Cuando Sherlock, un alfa, lo conoce, no logra identificar qué es lo que tanto le atrae de él. Omegaverse. Universo alterno...