Celo omega

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Día 21: Celo omega

Un poco tarde hoy porque estaba escribiendo uno de los siguientes, disculpen.

•••

     Sherlock ya había arribado al estacionamiento del edificio cuando William terminó de despedir a su hermano. Iba a ayudarle a buscar un taxi cuando el mensaje hizo sonar su teléfono con el tono característico que tenía para él. Echó un vistazo a la pantalla, indeciso sobre cómo actuar.

     —Ese debe de ser Holmes, ¿no? ―Le dijo Louis mientras traspasaban las puertas del vestíbulo. Llevaba apenas una mochila sobre la espalda y un bolso más pequeño en el brazo―. Ve con él, no es necesario que me acompañes.

     No pudo evitar quedársele viendo, ya sin esconder sus dudas.

     ―¿Seguro que estás bien con esto? Después de todo creo que sería mejor que sea yo quien se vaya.

     ―Este es tu hogar, hermano ―contestó él, negando con suavidad―. No hay mejor sitio para que pases este periodo ahora que tienes a alguien. Puedo entender eso.

     ―Que lo entiendas no quiere decir que necesariamente te agrade.

     ―Es verdad que desconfiaba de él, pero debo admitir que ha estado a la altura...―la voz se le extinguió en un murmullo y su ceño se frunció levemente detrás de sus gafas, pero al final soltó un suspiro y añadió―: Más vale que no haga nada para decepcionarte. Una marca no es cualquier cosa, después de todo.

     Tras eso se despidieron, y William no pudo evitar recordarle que le llamara si necesitaba algo. Bajo el celo o no, se encargaría de ir en su ayuda. Al fin y al cabo todavía conservaba supresores de emergencia.

     Luego de ver a Louis alejarse rumbo a la acera, rodeó el bloque de apartamentos para ir en busca de su amante. Le encontró a la salida estacionamiento, recargado contra la pared mientras se fumaba un cigarro. A sus pies descansaba el mismo bolso negro que había traído aquella vez en le ayudó a crear el nido.

     Aún su estado era normal, pero la mezcla del leve aroma a cítricos y humo de tabaco propició una especie de descarga eléctrica a través de su columna. Hizo lo posible porque no fuera evidente, y debió lograrlo, porque Sherlock le recibió con su acostumbrada sonrisa y no hizo comentarios al respecto.

     ―¿Estás listo para los próximos días? ―le preguntó él, alzando una ceja, después de darle un beso rápido.

     ―Sí, aunque menos ansioso que tú al parecer.

     ―Lo que es algo contradictorio, ya que fue tu idea. ―Se rio y lanzó la colilla al suelo―. ¿Todavía te preocupa que nos quedemos aquí?

     Echaron a andar de vuelta hacia el apartamento en tanto lo meditaba.

     ―Hubiese preferido no causar problemas ―reconoció―. Louis no tendría que salir de casa por mi culpa.

     A pesar de que había sido su propia idea, pues cuando le informó que no suprimiría su siguiente celo y que planeaba irse a un hotel a pasarlo, Louis rechazó la idea y le dijo que sería él quien se iría. Era cierto que su nido estaba allí y que por ende ese se convertía en el lugar más idóneo, como le argumentó, pero su hermano tampoco es que tuviera otro sitio en el que estar. Cuando se lo comentó a Sherlock, sin embargo, este le propuso que se fuera a su piso en Baker Street; lo que finalmente había hecho.

     ―Si te sirve de algo, esta vez sí limpié el lugar ―le dijo, guiñándole un ojo en un intento de animarlo mientras se detenía frente a ellos el ascensor―. Incluso vacié los ceniceros. Y eso no le hecho ni cuando vas tú.

     ―Qué gran proeza, Sherly, deberían concederte un diploma ―se burló, dándole una mirada altiva―. Tal vez el doctor Watson te cambie por mi hermano o se vaya a vivir con su novia de una vez.

     ―Si eso ocurre tendrás que recibirme aquí. Pensándolo bien, no estaría tan mal.

     ―Quién sabe. Esperaré a recibir alguna propuesta ―contestó. Pero una vez que cruzaron el umbral y estuvieron oficialmente solos, Sherlock le agarró por la cintura y le atrajo en un abrazo más cálido de lo usual. No tardó en darse cuenta de que lo percibía así debido a la proximidad del celo.

     ―Bueno, en realidad tengo varias, ¿quieres escuchar una por una?

Deseo sin fraganciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora