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Horacio

Al llegar a casa estaba todo oscuro, Gus aún no llega, supongo que se va a tardar un rato, hace unos meses que no se ve con Conway deben tener mucho de qué hablar. Me siento mal por haberlos alejado, si yo simplemente hubiera aceptado lo que mi padre quería para mí en este momento seguirían siendo una familia.

Horacio intentó hacer algo de comer ya que tenía el estómago vacío, sin embargo, la impotencia que le generó pensar en su familia le volvió la tarea imposible y solo se pudo dedicar a llorar y mientras se culpaba por todo lo que había pasado.

En algún momento de la noche apareció Gustabo, se sentía bien después de ver a su padre, la verdad es que lo extrañaba aunque no suela decirlo. Se iba a dirigir a su habitación de inmediato, sin embargo, un bulto en el sofá de la sala llamo su atención.

-Horacio? Que haces despierto aún? - dijo al ver por la espalda a su hermano menor - ah qué te has quedado dormido aquí, como si no tuvieras una cama enorme! - decía mientras se acercaba, estaba alegre y suponía que su hermano solo estaba ahí por haber estado esperándolo, pero mientras más se acercaba pudo notar como un rastro de lágrimas se posaba sobre sus mejillas, tenía la cara roja como señal de que había llorado durante un buen rato y ahí Gustabo se preocupó.

-Horacio? Despierta bebé, hay que hablar - decía mientras hacía un leve movimiento sobre el brazo izquierdo del menor para despertarlo.

Horacio poco a poco fue abriendo sus ojos dejando ver qué estos se encontraban rojos e hinchados a causa del llanto anterior, a pesar de eso al ver a su hermano le dedicó una pequeña pero sincera sonrisa.

-Hola Gus, por fin llegas, como te fue? - preguntó aún un poco adormilado.

-Que importa como me fue! Que te ha pasado a ti? Te han hecho algo en el trabajo? Lloraste mucho! Dime quién fue y voy y se lo explico a puñetazos!

-Gus calma, en el trabajo todo fue perfecto, hasta se ofrecieron a traerme tranquilo. - dijo mientras se sentaba en el sofá dejándole espacio a su hermano quien se sentó a su lado. - solo me puse un poco sentimental al saber que estabas con él, es todo.

-Ay mi niño, sé que lo extrañas pero no puedes ponerte así cada vez que pienses en él, yo también extraño nuestra familia pero mírame, me tienes a mi y estoy seguro que en algún momento papá se va a arrepentir de todo lo que dijo y querrá volver a hacer parte de tú vida. -Gustabo le dedicó una sonrisa que tranquilizó un poco al menor. - mejor cuéntame cómo es eso de que te trajeron a casa, ya andas ligando en el trabajo perro!

-Que va, solo es el jefe, me vio solo en la entrada ya que ALGUIEN no fue a recogerme así que le dió lastima y me trajo.

Los hermanos se pasaron un rato más hablando sobre sus días, Gustabo le comentó que la reunión con Conway fue para acordar pasar de una vez la mitad de las empresas a cargo de Gus debido a que ya se siente incapaz de manejarlas todas él solo. También hablaron sobre el día de Horacio y lo agradable que es Athenea; hasta que los ojos de ambos se empezaron a sentir bastante cansados y decidieron irse a dormir para estar bien descansados el día siguiente.

Volkov

Llegó a su hogar después de dejar al de cresta, Volkov vive solo en un pequeño apartamento en el centro de la ciudad, es pequeño pero es perfecto para él solo. Al cruzar la puerta de entrada pudo escuchar como habían ruidos provenientes de su cuarto algo que lo alarmó bastante y con todo el valor que pudo recolectar de asomó a la alcoba pensando que podría ser un ladrón.

-Cariño! Pero que tarde llegas - ahí en su cama pudo notar como su futura esposa estaba acomodada viendo la televisión con total confianza.

-Que hace aquí? - preguntó Volkov con su tono frío y la molestia plantada en su rostro.

-Bueno, nuestros padres creyeron conveniente que empecemos a pasar más tiempo juntos, ya sabes con eso de que nos vamos a casar pues nos debemos conocer, y el señor Volkov me dió una copia de la llave de tu apartamento para que estuviera aquí unos días, aunque la verdad esperaba que fuera un poco más grande.

Para Volkov oír eso fue como un baldado de realidad, las últimas horas las ha pasado distraído acercándose a un hombre que apenas conoció está mañana y se ha olvidado por completo de sus responsabilidades.

Cómo siempre, aceptó sin opinar las decisiones de su padre, terminando él por dormir en el cuarto de invitados debido a que ni él ni la mujer estaban dispuestos a compartir la cama. Ambos tenían bastante claro que su matrimonio era efectuado por simple interés y ninguno de los dos pone resistencia a lo que sus padres eligen así que en ese sentido son muy parecidos y simplemente están decididos a dejar que sus vidas sean manejadas por otros.

Aunque, en el caso de Volkov, conocer a Horacio va a significar empezar a cuestionar varias cosas...

El pasante de moda. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora