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Horacio

He de admitir que la noche fue mejor de lo que imaginé, no hubieron tantos silencios incómodos entre Volkov y yo además Viktor parece prestarme una atención increíble cuando le hablo de las cosas que amo, ni siquiera me interrumpió cuando me extendí contándole historias con mis compañeros en la escuela de moda, me contó un poco como es ser modelo y me habló de la sesión de fotos que tuvo este mismo día más temprano.

Durante toda la cena estuve encantado con la hermosa vista, definitivamente la ciudad iluminada en la noche es un paisaje realmente hermoso, se lograban distinguir unas cuantas estrellas y la luna en cuarto menguante nos acompañó todo el tiempo, por un momento me sentí en la cita perfecta, me encantaría poder tener una velada así con alguien que realmente me guste, nunca me he enamorado por estar ocupado en mis metas pero siempre sueño con conocer el amor de una pareja.

-Muchas gracias por acompañarme hoy Horacio, su compañía me agrada bastante. - Viktor estacionó el auto frente a mi casa y me miró mientras me regala una leve sonrisa.

-Gracias a usted por invitarme Viktor, fue una linda noche - le devolví la sonrisa y me desabroché el cinturón de seguridad para proceder a abrir la puerta.

Salí del auto y me dirigí a la puerta de mi casa, desde allí voltee a ver a Viktor para despedirme de nuevo con un movimiento de mano que el ruso imitó enseguida añadiendo una sonrisa para después volver a encender el auto e ir a su destino.

Al entrar a casa pude ver a Gus sentado en el sofá de la casa viendo una película que no logro reconocer.

-Ya regresé Gus - anuncie mientras me acercaba a mi hermano.

-Hola crestas, que tal la cena? - apenas me tuvo cerca de él apartó la vista de la televisión y me prestó atención a mi.

-Bastante bien, el restaurante era muy elegante y la cena fue en la terraza de este así que tuvimos unas vistas increíbles de la ciudad todo el rato. - le dije mientras me sentaba a su lado en el sofá.

-Suena a una cita muy romántica, no a una cena casual con tu jefe - se escuchó una pizca de diversión en la voz de Gus.

-La verdad lo sentí igual un momento pero supongo que solo es porque él está acostumbrado a ese tipo de lugares - le dije restándole importancia - tú ya cenaste Gus?

-seh, comí algo cuando salí del trabajo - contesto volviendo dirigir su vista a la película.

Ya en mi cuarto me cambio por un conjunto de ropa más cómodo y me recuesto en mi cama, no puedo evitar pensar en lo bien que pase la noche hoy con Viktor, estiró mi brazo derecho a la mesita de noche donde tengo la tarjeta que él me dió la noche anterior decidido a anotar el número en mi teléfono y mandarle un mensaje.

~Hola Viktor, soy Horacio, solo escribía para agradecerte de nuevo por lo de esta noche, me divertí mucho.

La respuesta del ruso no se hizo esperar ya que apenas solté el celular en la cama a mi lado la pantalla de este se iluminó anunciando un nuevo mensaje.

~Hola Horacio, no tiene que agradecer, me agrada mucho su compañía y si le parece me gustaría que se repitiera.

Decidí no responder más a ese mensaje, principalmente porque aún me confunde un poco que él se tome tantas molestias conmigo cuando se nota que no es así con el resto de trabajadores de la boutique.

Para no seguir haciendo suposiciones absurdas sobre las intenciones de Viktor me dispuse a encender el televisor de mi cuarto y poner alguna película mientras me daba sueño para irme a dormir.

Viktor

El mensaje de Horacio me alegro bastante, tanto que incluso permanecí unos minutos con una boba sonrisa en mi cara. De verdad no entiendo qué me pasa con este chico y sé que debería parar de acercarme a él pero se me hace realmente imposible.

-Uy alguien está muy contento hoy, creo que en lo que llevo conociéndole nunca lo había visto sonreír. - la voz de Carla interrumpió mis pensamientos y me hizo regresar a mi característica seriedad.

-Buenas noches señorita. - le dije en un tono frío y me aleje hacia mi habitación sin esperar respuesta de su parte.

No me agrada compartir mi espacio con ella, sé que yo acepte este trato y en un principio no me importaba pero ahora empiezo a pensar que no sería buena idea compartir mi vida con una completa desconocida.

El pasante de moda. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora