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Han pasado ya dos semanas desde la cena que tuvieron en aquella terraza y durante este tiempo Viktor se encargó de atender demaciado a Horacio, tanto que ahora sin importar que tan ocupado sea su día siempre se toma la molestia de ir a la boutique a la hora de la salida de Horacio, a veces van a cenar pero la mayoría de las veces se han ido directo a la casa del joven a petición de este.

Para Horacio estás semanas han sido un poco complicadas ya que su diseño junto con los otros dos trajes presentados con Athenea fueron elegidos para el desfile de la colección de otoño así que se han dedicado a realizar los retoques que les exigió Alexey y por fin después de dos semanas lograron complacer a su jefe para poder enviar los diseños al taller de confección que se encarga de darles forma en la tela.

En esas semanas Viktor ha logrado acercarse más al menor, conociendo así su historia familiar y como Gustabo ha sido la única persona con la que ha contado durante mucho tiempo.

Por otro lado, Horacio ha logrado notar que el verdadero Viktor es una persona muy sensible y atenta, todo lo contrario a lo que se empeña en mostrar día a día al resto de personas; a pesar de que le sigue pareciendo extraño que solo él sea tratado así de parte del ruso se siente feliz de estar haciendo un nuevo amigo.

Viktor

Es viernes en la tarde son más o menos las tres, debería estar en uno de los talleres de confección de los que es dueño mi padre verificando que las prendas para el desfile de la próxima semana se estén realizando adecuadamente, pero mi padre cambio mis planes ya que me llamó exigiendo mi presencia en su oficina de la boutique así que en este momento me encuentro entrando por la gran puerta de cristal de la oficina de él.

-Viktor! Sientate quiero comentarte algo - dijo Alexey en cuanto me vio entrando.

En silencio me senté y lo mire dándole a entender que podía empezar a hablar.

-Veras, he notado que compartes mucho tiempo con el joven que trabaja con Athenea, y sinceramente nunca te he visto ser amable con alguien por iniciativa propia, no entiendo qué es lo que pasa con este chico pero no quiero que te termines distrayendo de tus responsabilidades. - su tono era calmado pero en sus palabras se podían notar expresiones de molestia.

-Horacio no es una distracción padre, y si  he pasado mucho tiempo con él últimamente pero eso no hace que olvide mis responsabilidades - cada vez que una palabra nueva salia de mi boca empecé a sentir una presión fuerte en mi pecho y en mi rostro se notaba un poco de decepción - tengo claro que es lo que debo hacer, no te preocupes.

-Si me preocupo porque puedes estar arriesgando tu futuro, con la que deberías estar pasando tiempo es con Carla no con un estudiante de moda que nadie conoce. Sé muy bien que lo tuyo con Carla es falso y solo por aparentar pero si ni siquiera han salido una sola vez nadie se va a creer que en realidad están juntos y este trato con su familia no se puede desaprovechar.

-Me parece suficiente con que la hayas mandado a vivir a mi casa un año antes de la boda, la gente ya sabe que nos vamos a casar, dudo que haya problema con eso.

-Quiero que te alejes de ese muchacho y vuelvas a ser como yo te crié, no puedes desobedecerme.

-Padre, toda mi vida he hecho lo que tú me has dicho sin poner resistencia a nada por más que lo odiara pero por primera vez hay algo que quiero hacer por mi mismo y me hace bien, no me voy a alejar de Horacio y no me importa lo que digas. - sin más que decir me fui de esa oficina dejando a mi padre con la palabra en la boca, tenía una expresión de enojo muy marcada y mis pasos iban muy fuertes, hasta que lo ví allí en su puesto de trabajo riendo frente a un maniquí y sentí como poco a poco le fui relajando.

Horacio

Con Athenea hemos pasado unas semanas muy pesadas, terminar los diseños resultó ser más complicado de lo que esperábamos pero por fin hace unos veinte minutos logramos convencer al señor Volkov y mandamos nuestros diseños al taller donde serán confeccionados; ahora nos encontramos preparando la exhibición que se va a presentar la otra semana en los aparadores principales de la boutique.

Estábamos riendo por una de las ocurrencias de Athenea cuando sentí una mirada sobre mi, al girar a mi derecha lo ví, Viktor estaba parado mirándome a unos metros de distancia sonriéndome, le devolví la sonrisa y le indique con la mano que se acercara.

-Hola Viktor, como te encuentras? - lo saludé cuando ya se encontraba cerca a nosotros.

-Hola Horacio, un poco estresado por el trabajo la verdad - en ese momento pude notar que sus ojos se encontraban apagados - Hola señorita Athenea, cómo va el trabajo? - la pregunta la dirigió a ambos.

-Muy bien señor Volkov, con Horacio nos estamos encargando de diseñar la exhibición de la próxima semana. - contestó con su característica sonrisa y buena energía.

Por alguna razón Viktor decidió quedarse con nosotros e incluso nos ayudó a darle forma a nuestra exhibición lo que ambos agradecimos ya que estábamos un poco flojos, al final del día la presentamos ante el señor Alexey, él se acercó al puesto de trabajo donde nos vio junto con Viktor y se pudo sentir una fuerte tensión entre ellos.

Cuando se terminó el turno Viktor se ofreció a llevarnos a ambos y así lo hizo dejando primero a Athenea en su casa.

-Muchas gracias Viktor, por ayudarnos y también por traernos, eres muy atento. - le dije sonriendo y bajandome del auto sin esperar respuesta de él.

-Horacio... - me detuve al sentir que Viktor estaba sujetando mi brazo impidiendo que termine de bajar del auto, sin decir nada me acerco a él y con su otra mano tomo mi mejilla para acercarse y depositar un pequeño beso en mis labios.

-Viktor que haces - me aleje de él muy alterado y de inmediato el soltó su agarre - si no recuerdo mal tú te vas a casar y no sé que signifique esto para ti pero por favor no lo vuelvas a hacer, como amigos estamos muy bien.

Sin más me dirigí a mi casa y sin saludar a Gustabo me fui a mi habitación, en mi cama me pasé toda la noche pensando en lo que había ocurrido y tratando de darle algún sentido pero simplemente no pude encontrarlo.

El pasante de moda. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora