Desordenas mi vida [✓]

4."Eres un pervertido"

Nerea
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¿Creen en las vidas pasadas?

Esa teoría afirma que cada ser humano pudo haber vivido en otra época o en otro cuerpo.

Yo justamente me preguntaba, ¿qué habré hecho en mi vida pasada para lo que se suponía que fuera un día perfecto, se arruinara?

Venía con las mejores vibras para comenzar esta nueva etapa de mi carrera, y mírame aquí. Había dañado un coche carísimo, y por si fuera poco me acababa de besar un loco pervertido. Involuntariamente, había traicionado a Derek

Pero, ¿en qué momento pasó todo esto?

Sí, probablemente escupí el agua bendita en mi vida anterior. Pero ahora el coche dañado era mi menor problema, este pervertido me había besado. Me hervía la sangre de rabia.

—¡¿Qué diablos haces?! —grité, como si el demonio hubiese tomado mi cuerpo.

Él, en cambio, me observaba desconcertado, atónito. No sé si por el beso o por la grandiosa cachetada de campeonato que le había proporcionado. Aún me picaba la mano, pero se lo había ganado a pulso.

—¿Me pegaste? —preguntó demasiado alterado, mientras tomó mi brazo derecho tan fuerte que choqué contra su pecho—. ¿Quién te crees que eres para pegarme?

El muy idiota quería hacerme quedar como la mala de la película.

—Error, esa no es la pregunta. —Le informé aún más alterada que él—. La pregunta es, ¿quién te crees tú para besarme?

No emitía una sola palabra, solo se limitaba a mirarme con ira en esos ojos negros.

—Eres un pervertido. ¿Por qué lo hiciste? —Luchaba por zafarme de su agarre.

El estacionamiento estaba tan solitario, que nuestras voces alteradas hacían eco por todo el lugar.

—Primero, tranquilízate. No te voy a soltar hasta que no te hayas calmado.

Pero, ¿quién se creía ese imbécil para pedirme calma en un momento como este?

—Yo no sé qué puto loco eres. Si eres un pervertido asqueroso que va besando chicas que no conoce, pero te aseguro que si no me sueltas en este instante, voy a gritar tanto que vas a tener a toda la universidad en este estacionamiento, en segundos. —Utilicé un tono de voz que incluso para mí fue desconocido.

Sentía rabia, impotencia y mucha ansiedad.

Él observaba cada parte de mi rostro, como analizando un mapa que había visto por primera vez. Detallando cada ruta, cada camino.

En cambio, yo lo miraba como si me hubiesen proporcionado una inyección de ira y rabia. Sentí como su agarre iba perdiendo fuerzas, pero aún me tenía cerca de su cuerpo, como si le costara alejarse.

Aproveché mientras disminuía la fuerza y de un tirón me aleje de él. Seguro mi brazo dolería por un buen rato.

—Escucha —expresó mientras frotaba su cabello negro como signo de frustración—. Olvida lo que pasó aquí, olvida ese beso. No te hagas ilusiones, no eres mi tipo.