Primer encuentro

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"Conocerte fue como escuchar una canción por primera vez y saber que va a ser mi favorita".
—?

Tener a Dolores por la librería se volvió algo cotidiano para los hermanos, hasta se habían acostumbrado al constante coqueteo de Mariano cuando cuando venía a acompañar a su pareja.

Habían instalado una campanilla en la puerta, que sonaba cada vez que alguien entraba. Así que la mayoría de las tardes, a las cuatro menos cuarto; se escuchaba la campanita y se podía ver a Dolores pasar con un libro en mano totalmente emocionada por hablar con Celeste del libro que había terminado.

Como se dijo, casi siempre venía sola o con Mariano. Así que fue una gran sorpresa para los hermanos ver a Dolores acompañada de una mujer de vestido amarillo con el cabello acomodado en una trenza larga, y un joven de ruana amarilla y pelo rizado.

El día antes de su llegada fue tranquilo. Celeste había estado acomodando unos nuevos libros que habían llegado mientras su hermano se encargaba de atender a los clientes o (cuando no había nadie), ayudar a su hijo a caminar por sí solo.

Desde su lugar, la muchacha de ojos verdes podía escuchar a su hermano animar a Tobías a dar unos pasitos más hacia él.
Por un segundo realmente pensó en ir con ellos a hacerles compañía, pero el sonido de la campanilla le indicó que claramente no podía. Tenía que hacer su trabajo.

Estaba en una zona lejana de la librería por lo tanto tuvo que apurar el paso, levantando su falda rojiza para no pisarla y caerse. Sería muy vergonzoso que suceda eso frente a los clientes.

Una vez que llego al mostrador, Celeste pudo notar a su amiga junto a la mujer y un joven de su edad.

Dolores le sonrió mientras caminaba hacia ella.— Es muy lindo escuchar a Marcos animar a Tobi para que camine.

Celeste se rió levemente, por un momento se preguntó como lo escucho pero luego recordó su super audición. Concentrándose en saludar alegre a su amiga y su familia.

— Oh, me olvide de decirte. Mi madre quiere saber si tienes algún tipo de libros sobre astrología o el clima... cualquiera de los dos nos sirve.

Celeste se llevó una mano a la mandíbula pensando en donde había dejado cada libro.

— Tengo de esos libros... —murmuró mientras se daba media vuelta.— Por favor sígame...

— Pepa, Pepa Madrigal —. Se presentó la mujer mientras la seguía a la muchacha de falda rojiza— Vamos Camilo, no te quedes ahí quieto. Los libros no muerden —. Bromeó la madre hacia su hijo.

Celeste se tuvo que morder el labio para no soltar una risa e interrumpir la pequeña pelea de bromas que tenían la madre e hijo. Aunque este último soltaba más quejas que nada.

Ella se detuvo ante un estante repletos de libros, decorado con un cartel que decía "astrología".

— Acá están los libros de astrología... no tenemos muchos de estos debido a que a mi hermano nunca le intereso el tema —. Explico mientras se encogía de hombros.

Pepa parecía muy interesada en cada libro, acercándose y tomando algunos de ellos mientras leían la sinopsis de la contra tapa.

En el momento en el cual Pepa estaba concentrada leyendo la información que traían algunos libros, dejo que se arme un silencio incomodo entre los dos jóvenes al no saber que decir.

Solo había unos metros lo que separaba a ambos, pero gracias al silencio que los rodeaba hacia parecer que la distancia desaparecía rápidamente.

Hubo alguna que otra mirada entre ambos, o eso pareció sentir Celeste que había concentrado su vista en los pliegues de su falda; de un momento a otro realmente se habían vuelto muy interesantes.
Cada cierto tiempo ella levantaba la vista hacia el chico de cabello rizado. Ella se decía que era por pura curiosidad, pero en cada momento que lo hacía, encontraba al chico mirándola atentamente.

~Momentos~ Camilo Madrigal Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora