Unica propuesta

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"Soy tan tuyo que nunca volveré a ser mío".
—Ron Israel.

Celeste se encontraba en su cuarto preparándose para ir a cenar a la casa de los Madrigal.

No sabía cuál era la ocasión, pero al parecer Isabela después de tanto tiempo llevaría a su novia y la presentaría como su novia oficialmente. O al menos eso entendió de la vaga y rápida explicación que le dio Camilo cuando pasó hace un tiempo por la librería.

Estaba usando un vestido claro con detalles en rojo y naranja en la base de la falda. Acompañado de un simple peinado que quitaría algunos mechones de su rostro.

Ella estaba tranquila en su cuarto, pero podría escuchar desde la planta de abajo, que tanto Marcos como Florencia estaban corriendo de un lado a otro.

Aunque podría decir que ya estaban actuando raro desde un inicio. Pues tenían una sonrisa rara en su rostro desde el momento del desayuno que duró hasta el momento de la merienda donde Marcos mandó a Celeste a que se prepare, así ellos también podían hacer lo mismo.

Lo único raro era que faltaban varias horas para la cena, pero ella no contradijo a su hermano. El pobre hombre tenia suficiente con su pequeño hijo que se volvía cada vez más rebelde.

Una sonrisa apareció en el rostro de la chica ante el recuerdo de las constantes discusiones entre su hermano y sobrino. Dicha sonrisa se reflejo en el espejo de su tocador.

Había terminado de pintarse sus labios y de colocarse unos aretes y pulseras en sus manos. Una vez que se dio el visto bueno por su aspecto, ella se levantó y fue hasta la sala de estar donde estaba Florencia que batallaba con el cabello de Tobías.

Una leve risa salió de ella cuando ver la expresión molesta de su sobrino.— Déjame hacer esto Florencia, anda a terminar de prepararte —comento con una sonrisa.

Florencia le agradeció, pasándole el cepillo para después desaparecer por la escaleras. Celeste por su parte, empezó a separar los mechones del cabello de su sobrino para empezar a desenredarlo más fácilmente.

El niño parecía molesto, y lo demostró cruzándose de brazos.— ¿Por qué tenemos que ir tan preparados? Solo vamos a Casita, yo fui varias veces y nunca me peine tanto así.

Celeste se encogió de hombros, tratando con mucho cuidado el cabello del niño.— No lo sé. Camilo me dijo que era para conocer a la hija del panadero como su novia.

— ¿Esmeralda? —pregunto él niño al recordar el nombre de la joven.

Su tía asintió.— Si ella. Aunque creo que se tomó su tiempo.

Tobías se giró para ver a su tía, mirándola como si fuera un adulto que acabará de decir que la luna era de queso.— ¿Entonces por qué vamos? Solo vos tenes alguna relación con ellos.

Okey esa pregunta dejo en silencio a la joven mientras seguía con el cabello del niño.

Realmente no se puso a pensar el porqué de eso, solo simplemente acepto que toda su familia vaya debido a que Alma dijo que fueran.

— La señora Alma nos invito, y es de mala educación no aceptar la invitación de mayores —. Justifico sin dar paso a otra cesión de preguntas.

Termino de peinar al niño y este fue hasta la habitación de su padre para buscarlo y decirle que ya estaba listos.

Al rato, Celeste se sentó en uno de los sillones, notando extrañamente que se estaban tomando su buen tiempo en bajar sus tres familiares.

¿Qué era lo que estaban haciendo? Dentro de poco tendrían que ir hasta la casa Madrigal y ellos ni siquiera estaban en la planta baja de la casa.

~Momentos~ Camilo Madrigal Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora