"... entonces te vi, y todas las canciones de amor tuvieron sentido".
—?Después de casi dos horas de secar el agua que entró dentro de la librería y revisar que todos los libros no estén mojados o dañados por la lluvia interna.
Celeste finalmente pudo ir hasta su casa, dejando que su hermano comience su turno tranquilo mientras ella se iba cansada hasta su hogar.
Cuando llego saludo rápidamente a Florencia que estaba limpiando la casa y a Tobi que estaba jugando con unos pequeños animales en su habitación. Parecía que él niño tenía ganas de jugar con ella pero al ver la expresión casada en su rostro simplemente lo dejo como un posible plan antes de ir a la cama.
Celeste se lo prometió, para luego salir del cuarto del niño e ir hasta su cuarto que estaba iluminado por el brillante sol que estuvo gran parte del día desde que Pepa se fue.
Sin molestarse en ver su cuarto completo, simplemente se dirigió a su baño, donde se quito la ropa que tenía y la cambio por un pijama que le regalo Lily hace un buen tiempo.
Había intentado recoger su cabello, pero se volvió una causa perdida gracias a lo enredado que estaba, obligándola a tomar su cepillo y prepararse mentalmente para la tortura que estaba por vivir su cuero cabelludo.
Salió del baño y caminó hasta su cama que estaba cubierta por la cortina del dosel. Esto fue raro para ella, ya que nunca solía dejarlo bajo por un miedo de encontrar alguna mierda paranormal del otro lado.
Pero ahora, no tenía la suficiente energía para ponerse a pensar sobre los posibles fantasmas que aguardaban para atacar. Así que con un firme movimiento, abrió las dos cortinas.
Un leve chillido salió de ella al ver a Camilo sentado sobre su colchón mirando atentamente a la muchacha.
— Te tardaste un buen —habló con una vaga sonrisa.— Por cierto, parece que tu cabello fue goleado por una tormenta —su voz salió con un claro tono nervioso.
Celeste lo miró con ojos casados pero una pequeña sonrisa decoro su rostro.— Si... digamos que la tormenta se generó en la librería —murmuró mientras se subía a la cama y tomaba su propio cabello para analizar más de cerca el estado de su cabello.
Y si, estaba para la mierda. Una de las tantas desventajas de tener el cabello lleno de rulos era que se enredaba rápidamente.
Camilo soltó una risa nerviosa, logrando que los ojos de la joven se posen en él.
Ella noto con un leve pánico, que el lenguaje corporal del chico se veía totalmente nervioso.
— Bueno... mami hablo con nosotros sobre la charla que tuvo contigo.
Celeste miró más atenta al chico a su lado, siendo contagiada horriblemente por su nerviosismo.
— Oh mierda, ¿ahora ella no quiere que te juntes conmigo? —. Expresó nerviosa mientras estrangulada entre sus manos su cabello.
Camilo negó, dándose cuenta con una mueca, que sus nervios parecían contagias a su novia, logrando que ella esté peor que él. Se tuvo que tranquilizar o las cosas podrían salir mal.
Así que agarró el cepillo que Celeste había dejado a un lado y se posicionó detrás de ella.
Por experiencia, sabia que peinar el cabello de sus primas o hermana lo calmaba, y el cabello de la joven bibliotecaria era muy parecido al de ellas (exceptuando al de Isabela). Así que con suaves movimientos empezó a desenredar los mechones marrones.
— Camilo... —escucho como la voz nerviosa de la chica llegaba a él.
Coloco una mano en su hombros para luego inclinarse y depositar un beso en la cabeza de la chica.— Mamá quiere que vengas a comer con la familia mañana —murmuró contra el cabello de la chica, sintiendo un dulce aroma a jazmín ¿Ella se puso perfume cuando estuvo en el baño?
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~Momentos~ Camilo Madrigal Y Tu
FanficUna historia en donde Celeste, su hermano y sobrino deciden iniciar una nueva vida, o mejor dicho su hermano decide crear una nueva vida, (Celeste no dejaría ir solo). Un nuevo comienzo que se ve marcado desde la perdida de seres queridos, adaptars...