Primera ayuda

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"La reír y de impedirlo deseé poder ser divertido solo para ella".
—Ron Israel.

A lo largo de toda su vida, para Celeste fue normal ayudar a la gente que la rodeaba.

Desde joven ayudaba a su tía con las tareas del hogar, pues sus hijos barones siempre estaban ocupados con su padre en el garaje. Así que la niña de cinco años se ofrecía para ayudar a su pobre tía que parecía que le salían canas verdes del estrés.

Rra lo mínimo que podía hacer después de que ella y su familia a aceptarán. Aunque en su mente tan joven ese pensamiento no aparecía en ningún momento, es más, sólo lo hacía debido a que nunca salía de la casa y estaba aburrida.

Luego, cuando se fue a vivir con su hermano a sus 8 años. Hacía lo máximo posible para ayudar a su hermano que estaba muy ocupado entre el trabajo, trámites de tenencia, y tener tiempo libre para su novia y hermana.

Tenía 10 cuando Lily fue a vivir con ellos y la situación no cambió mucho que digamos. Los adultos de apenas 20 años estaban muy ocupados, más que antes podía ver la niña, así que su ayuda fue aceptada con los brazos abiertos.

Pero claro, nunca la dejaban hacer algo peligroso o que haga varias tareas hasta que esté exhausta. A la primera que veían a la niña bostezar, la mandaban a la cama.

Lo mismo paso cuando nació Tobías, solo que cuando la mandaban a la cama, le pedía que se lleve al bebé con ella. Pues sus habitaciones estaban al lado.

Ahora, en la librería, se podría decir que seguía ayudando a la gente, solo que ahora era mediante libros. Si alguien necesitaba un libro de cocina, ella le daba el libro indicado. Si alguien necesita alguna lectura de terror, ella encontraría el indicado para hacer temblar al más valiente.

Realmente amaba su trabajo, pero había momentos en los cuales la chica realmente necesitaba la ayuda de alguien.

Normalmente se la pedía a Marcos. Él siempre era la primera persona que le venia a la mente cuando realmente necesitaba ayuda, pero con la llegada de Tobi eso se complico.

Aún más que su sobrino estaba aprendiendo (por no decir que ya sabia) caminar sin la ayuda de nadie. Así que era más que indispensable que Marcos este con él.
Dejando una librería completa a cargo de su hermana menor.

Y ahí fue donde entraba Camilo.

Para la sorpresa de Celeste, que pensó que solo tendría una sola interacción con el chico de cabello rizado, el Madrigal la empezó a ayudar en cada ocasión que podía si se la encontraba en el pueblo.

Al principio ella pensó que era solo porque estaba cargada de bolsas, pero después notó que el chico la ayudaba igual, por más que solo tenga unas pocas bolsas y este sin Tobi.

Fue extraño, ella no lo iba a negar. Pensaba que lo estaba distrayendo de sus labores en el pueblo cuando sostenía unas bolsas que ella tranquilamente podía tener.
Pero todo tipo de dudas desaparecieron cuando ella le preguntó directamente.

- Mira... -. Empezó a hablar buscando las mejores palabras- ¿No te estoy distrayendo de tus labores en el pueblo?

El chico giro su rostro hacia ella, mostrando una expresión confundida.- ¿Te molesta que este aquí?

Celeste negó rápidamente, aunque cualquiera que escuchara, no entendería nada.- ¡Nunca dije eso! Es que solo... -. Bajo su mirada a las dos bolsas que tenia Camilo- No crees que estas malgastando tu tiempo, cargando unas bolsas que yo tranquilamente podría llevar.

~Momentos~ Camilo Madrigal Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora