Primeras Cenas p1

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"Y no quiero buscar a alguien más...
Yo quiero intentarlo contigo hasta que nos salga bien".
—?

Esta de más decir que una gran sonrisa acompaño a la chica el resto de la festividad hasta llegar a su hogar.

Había besado a Camilo. Ni ella se lo podía creer cuando se recostó en su cama y cerraba los ojos, aunque dudaba que pudiera dormir. Pues toda su emoción hacían que el sueño desaparezca de su sistema.

Aunque de alguna manera u otra se tuvo que convencer de dormirse, pues mañana la librería abría, pero un poco más tarde, y ella tenia que ir a cumplir las horas correspondientes de su turno.

La epifanía de los hechos ocurridos siguieron hasta cuando se despertó, mostrando una pequeña sonrisa que en ningún momento pudo ser borrada.

Un pequeña risa se escapo de ella cuando se acomodaba el cabello al notar un color rojizo en sus mejillas.

¿Desde tan temprano ya estaba sonrojada?

Esto era un maldito récord para el chico, ni siquiera lo había visto y ya tenía sus mejillas sonrojadas.

— Mierda... es raro —. Susurró para si misma una vez que estuvo lista, mirándose una vez más en el espejo del tocador para después irse de su cuarto y bajar hasta el comedor donde su hermano ya estaba despierto.

Marcos saludo con una sonrisa a su hermana mientras le pedía que pase el agua de la pava al termo para los mates. Él por su parte, se concentro en lavar algunas cosas que habían quedado de ayer.

Celeste hizo lo que le dijo y preparo el mate en sí, dándole el primero a su hermano quien la miró de mala gana.

— Sale amargo el primero —. Se justifico la joven con una sonrisa mientras se sentaba en su lugar y comía algunas tostadas con mermelada.

Marcos miró desde su lugar a su hermana, notando que se veía más alegre de lo normal, ni siquiera en las mañanas tenia una sonrisa como esa.—  ¿Está todo bien?

Ella se volvió hasta él con una sonrisa, asintiendo repetidamente.— Si, la pasé muy bien en la celebración. Eso sí, me olvide de quedaba con mi velita... no sé en donde lo deje.

El mayor asintió mientras le pasaba él mate a la joven.— ¿A qué hora volviste? —preguntó recordando perfectamente que su hermana no estaba junto a él ni Tobi cuando volvieron a la casa.— Sé que volviste tarde, y que ese chico Madrigal te acompaño, pero no vi la hora exacta.

Comento tranquilamente, actuando lo más neutral que podía al ver la mejillas de su hermana sonrojarse más.

Recordaba despertarse a alguna hora del amanecer, escuchando la risa de su hermana acompaño de las carcajadas del Madrigal.

— Como a las siete y media —expresó tímidamente mientras tomaba del líquido caliente.

— Celeste solo dormiste cinco horas.

— Puedo dormir una siesta a la tarde —. Se excuso la joven mientras volvía a llenar el mate y se lo pasaba a su hermano.

Con un rápido movimiento de la falda, ella limpio cualquier miga que pudiera haber, para luego ver el reloj y despedirse de su hermano con un beso en la mejilla. Le explicó rápidamente que iría a la librería y volvería cuando su turno se termine.

Y con eso salió de su casa, comenzando a recorrer el camino que normalmente hacía hasta llegar a la librería. Casi siempre lo hacía sola, pues la mayoría de las personas de Encanto estaban durmiendo o desayunando antes de empezar con el día.

~Momentos~ Camilo Madrigal Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora