Cuando llegó al edificio de departamentos, se encontraba agitado, Reo le había llamado de la misma forma y su lobo interno ciertamente había respondido a su omega necesitado, ignorando incluso su acostumbrado raciocinio.
Luego tendrá que inventar una buena excusa en el trabajo o seguir, el consejo del pelinegro:
¡Di que tienes una pareja a la que atender!
Hyuuga asintió sin darse cuenta a la voz ofuscada de su pareja en su cabeza. Si, ya era hora de terminar de salir del closet, no podía seguir lastimando a Mibuchi.
Avanzó a paso presuroso por el elegante edificio, nunca lo había observado detenidamente pues siempre iba con su omega charlando y en los mejores casos, besuqueandose pero ahora, podia hacerlo mientras avanzaba sin menguar su paso. Tampoco quería que los que ahí vivían dijeran que parecía sospechoso, no dudaban que lo hicieran después de lo que les hizo.
Reo era muy popular en el lugar por ello había sido muy notoria la decepción en la mirada de los vecinos cuando se corrió la voz de que tenía pareja y bueno, de ahí su precaución.
Hyuuga se apresuró en llegar, sin embargo cuando se encontró frente a la puerta, no tardó en darse cuenta que su omega no estaba solo.
—¡Llegaste Hyuuga-nii! — ese condenado mote era tan irritante cómo quien le saludaba.
—¿Que haces aquí? — no pudo evitar gruñir al rubio.
—¡Tranquilo! ¡Tranquilo! — comenzó a reír. —Vine a cuidar Reo-nee mientras llegabas, es obvio. — observó cómo el chico se apresuraba en sacar su patineta del armario. —Pero ya que estás aquí, me voy.
El alfa no pudo evitar sentirse alegre y avergonzando al mismo tiempo, el muchacho era un beta, no tendría porque estar celoso de su cercanía con su pareja, además del claro amor fraternal que ahora a ambos profesaba.
—Gracias Kotaro. — este pareció animarse aún más si era posible para luego, salir veloz del departamento.
Él no tardó en imitarle pero rumbo a la habitación de su pareja, ahí cómo imagino tras olfatear, se lo encontró debajo de las sábanas masturbándose. Supuso que aún estaba algo lúcido y tenía en cuenta la presencia de Kotaro, gruño de nuevo al pensar que el rubio en algún momento le haya visto de esa manera.
—¿P-por que aún tienes ropa? — le lloriqueo el pelinegro al darse cuenta de su presencia.
Se destapó sin pudor mostrando su casi desnudez pues lo único que llevaba era una de sus tantas faldas ahora, arrollada en su delgada cintura.
Hyuuga trago duro, la imagen era perfecta.
Se acercó donde él para besarle, previendo cómo los delgados y finos brazos le atrajeron encima suyo.
Sus manos pasearon por sus bíceps, jugueteando con sus pezones que pedían sin duda ser lamidos. El ex- capitán de Seirin así lo hizo, una, dos, tres veces antes de seguir su descenso.
—No, no, te quiero desnudo antes. — el rostro del megane enrojeció, aún necesitado el antiguo escolta de Rakuzan siempre lo manejaba a su gusto.
—Tú ni siquiera te quitaste la falda. — recriminó mientras se alejaba de mala gana para obedecer.
—Al diablo la falda. — Hyuuga entorno los ojos.
—Te voy a recordar eso. — se quitó la camisa antes de regresar a los brazos de su omega.
—Iba a verte pero e-esto inicio. — quiso contarle entre besos pero al alfa era a quien ya le daba igual la explicación. Sólo había retenido lo importante, se la había colocado para él.
Lo beso profundo, justo cómo el mismo omega le había enseñado su mano descendió pronto a su entrepierna masturbándole causando que sus feromonas corrieran junto a las suyas enseguida.
—Te ves tan linda. — soltó con el ceño fruncido pero eso a Mibuchi hacía mucho que le dejó de preocupar. Había aceptado que Hyuuga era una persona naturalmente seria.
—Alfa, te quiero dentro. — pidió cuando comenzó a tantear su entrada. —Estoy listo, ¿lo sientes?
Dioses, claro que lo sentía. Reo había lubricado bastante tras todo el tiempo que tardo en llegar donde él.
Se colocó entre sus piernas y se deslizó feliz en esa entrada pecaminosa que conocía desde ya unos meses.
Los empujes iniciaron lentos para desesperación del omega pero pronto se aceleraron ahora por el alfa buscando satisfacer la necesidad de su pareja.
En un momento, embestida tras embestida sintió por fin el golpeteo en aquel punto que lo hacía balbucear.
La sonrisa ladina de su alfa no tardó en mostrarse, así cómo el engrosamiento de su nudo. Se lo tomaba cómo un reto y Hyuuga amaba los retos.
Cuando se encontraron unidos, el megane sintió cómo el picor en sus encías llegaba, su instinto lo hizo besar y arrastrar los dientes encima de la glándula de su pareja.
Se alejo negando una y otra vez, quería evitar que el lobo tomara el control y marcara a su omega sin su consentimiento.
Decidió morder su mano antes que fallarle a Reo. Además, primero tenía que arreglar la situación en la que estaba. Él lo amaba, cómo sea que se sintiere cada día, ya no quería esconderlo más.
—Tus pensamientos son ruidosos alfa. — lo escucho murmurar.
—¿Quieres comer algo antes del siguiente? — murmuro enrojecido mientras dejaba el interior de su omega.
—Luego, sólo te quiero a tí. — se abrazaron mientras Hyuuga cepillaba su cabello y él por fin quitaba la falda de su cintura. —Te extrañe mucho Junpei-chan.
—Yo también cariño. — sonrió avergonzado al ver la sorpresa y conmoción en los orbes azules que tanto le gustaban. —Es en serio, tenemos que hacer algo con las distancias ya no quiero estar lejos de ti.
Con el rostro sonrojado el más alto lo hizo girar, dejándolo debajo suyo, los besos hambrientos entre ellos con la promesa que habrían más en un futuro venidero.
.
.
.Que triste, rompí mi racha de publicar diario 😞 aún así, espero les haya gustado este capítulo.
Esta pareja se ha vuelto de mis favoritas, aunque no veo que les llame mucho la atención por aquí 😅 en fin.
ESTÁS LEYENDO
"Omegacember: KNB version."
FanfictionSerie de escritos de todos tamaños: one-shots, drabbles, cortos... con temática omegaverse y shipps variadas de Kuroko No Basket, así es 😎🏀